El motivo del cambio de la movilización se deba a la coincidencia de la fecha inicial con el aniversario de la Tragedia de Once. Horas antes, Hugo Moyano en una entrevista televisiva dijo sentirse “apuntado” por el Gobierno y que tomaría un café con CFK. La CTA llamó a un paro para el 15 de este mes.
Hugo y Pablo Moyano anunciaron este miércoles, en una reunión en la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT), que la fecha de la marcha en defensa del trabajo será el miércoles 21 de febrero próximo.
En el plenario estuvieron presentes el dirigente bancario Sergio Palazzo, el titular del Suteba Roberto Baradell y los referentes de las dos CTA, Hugo Yasky y Pablo Michelli.
"La movilización del próximo 22 de febrero sigue en pie y más firme que nunca, pese a algunos transcendidos periodísticos mal intencionados. Siempre vamos a estar del lado de los trabajadores, marchamos a proteger todas y cada una de las fuentes de trabajo, ese es nuestro compromiso", aseguró Pablo Moyano
La decisión se tomó porque el jueves el jueves 22 coincidecon el sexto aniversario de la "Tragedia de Once", accidente ferroviario en el que fallecieron 52 personas en la Estación de Once del tren Sarmiento.
Por su parte las dos CTAs, anunciaron un paro general para el 15 en rechazo a los despidos en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), así como otras instituciones como el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), la mina de carbón Río Turbio y el Hospital Posadas.
Horas antes del cambio de fecha para la movilización del 21 de febrero, Hugo Moyano en declaraciones televisivas se denunció al Gobierno un ataque personal y puntualizó: “Me apuntaron con todos los cañones, pero no me molesta; lo que sí molesta son las gansadas que se dicen”.
Consultado sobre las críticas recibidas por parte de los funcionarios nacionales, aclaró: “Yo no voy en contra de nada, reclamo un bono para los trabajadores, que hace diez años lo vienen pagando”.
“No es posible que se digan tantos disparates”, recalcó, con notorio malestar, se mostró desafiante: “Investiguen lo que quieran, pero no digan estupideces. No tengo nada que ocultar, no tengo miedo de ir preso”.
En esa línea, manifestó que la movilización convocada para el próximo 22 de febrero está sustentada en “la desocupación y los salarios que perdieron poder adquisitivo”.
“Se terminó el tiempo de inventar cosas. Esto no quiere decir que nosotros no seamos responsables de los mandatos que fija la democracia”, dijo, acto seguido, a modo de explicación de la polémica que se desató, después de que dijera que al Gobierno “le queda poco tiempo”.
A su vez, Moyano estableció marcadas diferencias con el sector sindical de ‘Los Gordos’, que no acompañará la marcha. “Ellos son oficialistas, no tienen la culpa si cambian los gobiernos”, ironizó.
En otro orden, y respecto al quiebre en la relación con el presidente Mauricio Macri, señaló: “Estaba empedernido con que yo diga que estaba de acuerdo con la modificación de la ley laboral”.
“Son vengativos. Se creen que con eso a uno lo van a doblegar, y esto no es así”, enfatizó, y añadió: “Detrás de los ataques ocultan otras cosas, como los despidos. Me interesa que me crea el laburante, porque yo represento al trabajador”.
Antes de concluir, cargó en duros términos contra el gurú político del macrismo, Jaime Durán Barba, quien opinó que la mayoría de los argentinos “quiere la pena de muerte”.
“Durán Barba la falta el respeto a los argentinos. Decir que todos piden la pena de muerte, ¿de dónde sacó eso? No se puede alentar a que se mate a la gente”, afirmó.
Para terminar, negó haber respaldado electoralmente a Macri en la campaña 2015, al expresar que "no lo apoyé; sí fui a la inauguración del monumento a Perón, pero nadie sabe si lo voté o no”, y confirmó que "tomaría un café con Cristina Fernández de Kirchner si ella lo desea".