Aunque al sushi no lo pongan en la mesa, sushi queda

La insólita foto que “retocó Massa” dio que hablar hoy en el mundo de las redes sociales y en todos los medios de comunicación del país. Las negociaciones por ganancias entre el líder del Frente Renovador y funcionarios del Gobierno pasó a un plano secundario, mientras la CGT acordó con el Ejecutivo.

Esta nota se podría titular también “encuentre las 10 diferencias”, pero todo empezó cuando la diputada Graciela Camaño subió a Twitter una imagen de una reunión sobre tema ganancias. "Nosotros el domingo a la noche trabajamos", remarcaba la legisladora, quien en su mensaje disparaba hacia otros políticos.

En la imagen se podía ver a Sergio Massa junto al vicejefe de Gabinete Mario Quintana, el ministro del Interior Rogelio Frigerio y el diputado de Cambiemos Luciano Laspina.

Aunque lo importante de la(s) foto(s) era una negociación por Ganancias, el asunto que se llevó toda la atención fue el fotoshop utilizado. "Sushi no”,  fue la consigna que, alguien ordenó  a un que se encargó de borrar, los platos que contenían arroz y pescado.

El encuentro fue entre sushi y sanguchitos de miga, y tuvo por objeto destrabar las negociaciones sobre el proyecto de Ganancias. Uno de los puntos centrales, que según fuentes de la oposición manifestaron que tendría el visto bueno del bloque PJ en el Senado, sería el de establecer para los trabajadores casados con hijos, un mínimo no imponible cercano a los $ 40.000 pesos.

Muchos remarcaron, en las redes, la necesidad de Camaño de despegar al grupo de la foto de otro grupo, el grupo Sushi, círculo de confianza del ex presidente Fernando De la Rúa apodado de esa manera porque eran habitués de restaurantes exclusivos del barrio Las Cañitas.

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ÂŋVolviÃģ el grupo Sushi?

Mientras el 31 de marzo vencían cientos de contratos del Ministerio de Educación, hoy se dio a conocer una factura pagada por funcionarios del ministro de Educación Esteban Bullrich, a uno de los locales del empresario gastronómico Diego Fernández, quien además es el encargado de la urbanización de la villa 31, por parte del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

El ticket tiene fecha del 8 de marzo último y con hora de las 11: 32 que fue abonado con recursos del Ministerio de Educación de la Nación, al valor de 704,50 pesos, que fue lo que costó esa famosa comida oriental.

Las coincidencias con el denominado Grupo Sushi, que funcionó como el círculo de confianza y de consulta del ex presidente Fernando de la Rúa (1999-2001), volvieron de la mano de la Alianza Cambiemos -que integran la Unión Cívica Radical (UCR) y el Partido Republicano (PRO)- a  los gobiernos nacionales, provinciales y de la ciudad de Buenos Aires.

Los integrantes del grupo al que se bautizó sushi en referencia al supuesto rito de reunirse en la zona de Las Cañitas para compartir esa comida oriental, hoy vuelven a las diferentes oficinas del Estado. Sólo parecen tener un único factor en común: la mayoría admite que en los próximos comicios presidenciales votará por el ex economista radical Ricardo López Murphy.

Por ejemplo, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, estuvo al frente de la cartera de Trabajo durante la presidencia de la Alianza, entre octubre de 2000 y el mismo mes de 2001, donde se destacó por recortar del 13% a los salarios de los trabajadores estatales y de los jubilados.

Otro funcionario de peso de la Alianza fue el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien fue interventor del PAMI por decisión directa de De la Rúa. Larreta ejerció en ese organismo, mientras que la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal fue subgerenta del PAMI durante ese periodo.

Federico Sturzenegger, al frente del Banco Central, fue secretario de Política Económica en 2001, posición a la que llegó de la mano del entonces ministro de Economía, Ricardo López Murphy, y que conservó su sucesor al frente del Palacio de Hacienda, Domingo Cavallo.

El funcionario a cargo de la TV Pública, Radio Nacional y Télam, entre otras áreas, Hernán Lombardi, también fue parte del llamado «grupo Sushi», junto al ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, Darío Loperfido.

Miguel de Godoy, hombre de la mesa chica del PRO y titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca) y ex vocero de De la Rúa, también se encontraba en el pelotón de funcionarios que desde el 2001 no pisaban la Casa Rosada.

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