Con el proyecto del Gobierno nacional sobre la reparación histórica para jubilados y pensionados, se esconde la intención de solo alcanzar al 10 por ciento del total, que se encuentran entre los jubilados con más altos ingresos, así lo denuncia Fernández Pastor en una carta enviada a Sergio Massa, donde también explica que el proyecto de Cambiemos puede hacer colapsar el sistema previsional.
Fernández Pastor trabajó junto a Massa, cuando el tigrense se encontraba al frente del Anses, durante el primer mandato de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Además, el abogado con el referente del Frente Renovador, escribieron un libro juntos: “De la Exclusión a la Inclusión Social”, fue el ideólogo y mentor de la Ley 25.994, y también reglamento la Ley 24.476, leyes que constituyen la base de lo que se conoce como el “plan de inclusión jubilatoria”.
El argumento principal que sostiene Fernández Pastor en su denuncia, es que esa Ley en realidad quiere destruir el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que hoy tiene 770.000 millones de pesos. Para el ex funcionario de Anses este es el epicentro de la cuestión. Es decir, con esta la Ley Reparatoria de Jubilados (27.260) el gobierno Nacional se quedará con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, "por medio de 5 clausulas que aparecen escondidas en la ley", según relató el abogado en una entrevista radial con Daniel Tognetti.
La Ley Reparatoria de Jubilados, la terminan votando Massa y Bossio en el Parlamento, a lo que Fernández pastor les envió una carta donde les comenta con detalles el gravísimo error que cometieron. Sobre todo a Massa que lo conoce de su paso por Anses y lo aborda como el próximo Presidente de la Nación.
Carta a Massa
Querido Sergio Massa
Esta carta está escrita desde el dolor, desde el dolor incrustado en el alma por el impacto que produjo en mí leer el dictamen de mayoría, que se aprobó con el apoyo del Frente Renovador que vos liderás, del proyecto de ley del Programa de reparación histórica para jubilados y pensionados propuesto por el gobierno.
La Argentina hoy goza de un sistema previsional que tiene la mayor cobertura, con el haber mínimo y medio más alto de América Latina y con un fondo de reserva como es el FGS que garantiza su sustentabilidad.
Esa situación se logró por un conjunto de decisiones políticas. Nadie mejor que vos ha podido constatar la poderosa herramienta de redistribución del ingreso que representa la seguridad social, por lo que mi tristeza se agranda.
Ambos sabemos que el logro de esos resultados no fueron sencillos para la sociedad Argentina, cuando llegaste a ANSES, hacía más de 10 años que los jubilados tenían un haber inalterable de $150, cifra que representaba, en el momento que asumiste como Director Ejecutivo (principios de 2002), menos de 75 dólares, lo cual a dinero de hoy significaría $1.095, un quinto de lo que cobran quienes perciben hoy la mínima. Pero más impactante aún es que quienes recibían ese haber podían considerarse como “privilegiados”, ya que el número total de beneficiarios previsionales ascendía a menos de la mitad de los que existen en la actualidad.
Tu inteligencia y el coraje de Néstor Kirchner hicieron que exista el caso Badaro. Te recuerdo que Badaro surgió producto de haber privilegiado a los que cobraban la mínima, once aumentos para los que más necesitaban entre el 2002 y el 2006, así nació ese caso. Tal decisión “aplastó” la pirámide y dio motivo para que fueran a la justicia quienes ganaban más que la mínima. Curiosamente reclamando la “igualdad ante la Ley”, es decir que se les diera el mismo aumento que a los que cobraban la mínima, particular interpretación de la igualdad que hace añicos la equidad. Si el Gobierno hubiera resuelto dar amento de menor envergadura pero para todos en el mismo porcentaje, no habría caso Badaro. Tengo que decirte que a pesar de ello aún me exalta el corazón recordar aquellos tiempos. Hacía falta coraje, sabiendo las consecuencias que traían aparejadas usar todos los pocos pesos con que contaba el Estado para beneficiar a los que mas necesitaban. Aún siento legitimo orgullo el haber sido parte, aunque sea en una parte chiquitita, de aquella decisión.
También recuerdo tu alegría cuando se aprobó la Ley 25.994, que nosotros bautizamos como “plan de inclusión jubilatoria”, sentando las bases del crecimiento continuo de la cobertura previsional. Eufórico me lo transmitiste por teléfono, sin duda ese fue el principio de la revolución más grande en materia previsional que recuerde nuestro país y fuimos parte…! Te acordás lo que decía aquella viejita cuando cobró la jubilación, que a los 90 años iba a poder comprarle por primera vez en su vida un regalo a su nieto? Esta es solo una anécdota, hubieron miles, luego cientos de miles y por fin millones que pudieron hacerlo. Hoy ninguna viejita de 90 años podrá decir lo mismo, ya que seguro que cobra una jubilación y pasarán al menos 30 años antes que alguien haga una confesión como esa, y siento orgullo de haber sido parte de esa reparación. Aquella “travesura” significó el triunfo del amor, fue la exaltación máxima de la solidaridad social. Cuando escribo esto aún me emociono…
Luego vino la Ley 26.222, otra iniciativa relevante de esa época en la que nació lo que hoy se quieren robar, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad y el principio de la estatización del sistema previsional.
Tanto esfuerzo y tanto amor están por desbarrancarse, están por irse por el túnel del individualismo, de la pobreza intelectual y del egoísmo. Te quiero pedir desde lo más profundo de mi corazón y con la mayor humildad, que no lo permitas.
Adjunto a esta carta te envío tres cuestiones que no pueden permitirse que ocurran. Si quieren blanquear plata que lo hagan, que blanqueen todo lo que se les dé la gana, pero que al menos no se lleven puesto lo que tanto esfuerzo costó construir. Que no haya que empezar de nuevo.
Podría darse la paradoja que en un futuro no muy lejano, tengas que reconstruir lo que hoy están a punto de destruir, ya no como un parlamentario sino como Presidente.