Crisis en el sector electrónico

Por la caída del consumo y la apertura de importaciones, la mitad de los trabajadores del sector fueron despedidos o suspendidos.

Un informe de la Undav así lo demuestra ya que por la caída del consumo y la apertura de importaciones, la mitad de los trabajadores del sector fueron despedidos o suspendidos. El complejo productivo industrial “electrónico” comprende diferentes cadenas de valores, entre las que se pueden encontrar la “línea blanca” (heladeras y freezers, lavarropas, cocinas, termotanques, aire acondicionados, etc.), la “línea marrón” (televisores, reproductores de DVD y equipos de audio, incluso para automóviles) y la “línea informática” (celulares, tablets, notebooks, netbooks, etc.). La producción de éstas cadenas productivas son las que mayor agregado aportan, no solo en montos de ventas, sino en el uso de mano de obra intensiva, la producción y desarrollo de conocimiento y tecnologías. En la última década se vio un cambio de paradigma entre la industria electro – mecánica a la electrónica, luego de la revolución informática, lo que trajo consigo un proceso de sustitución de importaciones, fundamentalmente en lo referido a los electrodomésticos de línea blanca, para luego continuar por el rubro informática. En este marco, desde el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), realizaron un informe de caracterización de la cadena de valor y evaluación de la trayectoria del sector en la coyuntura actual. El documento, al que tuvo acceso este medio, abarca una disparidad de temáticas, como el empleo, la producción y el desempeño del comercio del sector.

Como primera caracterización, los miembros del Observatorio UNDAV marcan que “históricamente el sector de electrónicos operaba en tres puntos neurálgicos estratégicos: Capital Federal, Gran Buenos Aires y Tierra del Fuego. Aproximadamente 152 empresas proporcionaban 15 mil empleos técnicos y profesionales. Durante la década de los 90’ debido a la apertura indiscriminada de las importaciones y el proceso de desindustrialización, en el año 2000 quedaban tan solo 129 empresas al mismo tiempo que su planta laboral se reducía un tercio” Por tanto, las empresas multinacionales radicadas en el país, que lideraban la producción a comienzos de esa década, redujeron su actividad de desarrollo y fabricación. La apertura económica, el deterioro del tipo de cambio y la ausencia de normas antidumping provocaron un profundo cambio en el sector y la consolidación del montaje de partes importadas. Entre 2001 y fines de 2002 cayeron fuertemente las importaciones de productos electrónicos debido a la profunda crisis económica. La venta a manos privadas de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (ENTel) tuvo como consecuencia la reducción en la producción local, debido a la caída de la demanda, ya que las privadas comenzaron a comprar productos importados, ignorando la ley de Compre Nacional.

En contraste, según los economistas, “el proceso de crecimiento del sector se comenzó a verificar entre 2003 a 2009, en una primera etapa a partir de dos políticas claves; por un lado, la restricción importadora de bienes finales y por el otro por incentivos (impositivos, laborales, tecnológicos, etc.) brindados por el gobierno nacional para la creación de un polo productivo tecnológico en la isla de Tierra del Fuego”. La segunda etapa se desarrolló entre 2010 y 2015, ya no solo invirtiendo en la producción, sino que, alentando el consumo mediante políticas como Precios Cuidados, Ahora 12 o el Plan Canje de Electrodomésticos. No obstante, a partir de las modificaciones introducidas al régimen de Tierra del Fuego, hacia fines del año 2009, que amplían las ventajas impositivas respecto de los productos importados, se han concretado nuevas inversiones que determinaron un importante incremento de producción de algunos productos, especialmente teléfonos celulares. Un mercado que se creó en el año 2009 con la aparición del sistema argentino de televisión digital terrestre es el de los equipos conversores para TV digital por aire. La oferta local de esos dispositivos fue capaz de proveer más de 1.200.000 unidades.

Indica el informe de la UNDAV que este proceso de crecimiento del sector fue tal que, en 2010, la línea blanca Argentina marcó nuevos récords de producción, con aproximadamente 1.100.000 lavarropas, 700.000 heladeras y 620.000 cocinas fabricadas en el año. El 80% de las heladeras que se vendían en Argentina eran fabricadas en el país (en 2003 era apenas el 30%). Las cocinas, en tanto, pasaron de un 78% a casi el 95% y los lavarropas de un 75% a casi el 90%. Según consignan, por tanto, “el incremento de la producción se dio en paralelo a una caída de las importaciones, que en conjunto fue del 45% entre 2008 y 2010, tomando los 10 primeros meses. Las importaciones de cocinas cayeron 70%, las de lavarropas 50% y las de heladeras un 30% entre ambos años. Es decir, se dio un claro proceso de sustitución de importaciones y el ahorro de divisas por las menores importaciones en estos dos años superan los 50 millones de dólares. Entre 2003 y 2011, la producción de heladeras creció 451%, la de lavarropas 239% y la de cocinas 248%. Además, en los primeros 6 meses de 2012 las ventas de línea blanca marcaron un nuevo récord, con un crecimiento de 2% respecto al mismo período del año anterior. Para 2012, el 90% de las heladeras que se vendían eran de producción nacional, 90% de lavarropas de producción nacional y 100% de cocinas”.

Desde fines de 2015 se observa un cambio de paradigma que afecta a toda la cadena de valor en su conjunto donde, debido a la falta de controles en el tipo de cambio y el consiguiente aumento del valor de la divisa, encareciendo la importación de insumos destinados a la industria electrónica. La consiguiente pérdida del poder adquisitivo debido a la devaluación y el incremento de las tarifas de servicios públicos, según el informe del Observatorio de la UNDAV “ha redundado en un ajuste en los niveles de consumo y por lo tanto de ventas hacia abajo, afectando las ganancias de las empresas en su conjunto”. Por otro lado, la quita de los aranceles destinados a proteger a la industria local de la importación de productos finales fue la última medida que terminó de afianzar la crisis en un sector que, sin contar con políticas económicas favorables a la producción nacional, se ve aún más comprometido. Producto de esta liberalización indiscriminada en el comercio exterior, cuando se estudian las compras al exterior en cantidades se observan aumentos pronunciados en la entrada de productos que compiten con la producción nacional. Por ejemplo, en los rubros de componentes. Por ejemplo, para en el acumulado de los primeros cinco meses del año las importaciones de lavarropas automáticos aumentaron 73% interanualmente, pasándose de importar 24.333 unidades en el 2016 a 42.104 unidades en el corriente año. Las importaciones de heladeras por su parte, crecieron 21% en cantidades en el acumulado de enero a mayo, interanual. Mientras que en los primeros cinco meses del 2016 entraron al país 40.356 heladeras, en los primeros cinco meses del 2017 ingresaron 48.960 heladeras importadas. El incremento de las importaciones resulta más evidente aun si el análisis se efectúa en relación al año 2015. Comparando los primeros cinco meses de cada año, en el 2017 se triplicaron las importaciones de heladeras (+2013%) y se duplicaron las importaciones de lavarropas (+101%) con respecto al 2015. Algunos electrodomésticos de cocina experimentaron una dinámica similar. En efecto, siempre comparando el periodo de enero a mayo, crecieron 269% las compras de licuadoras importadas, aumentaron 185% las de batidoras y 36% las de procesadoras de alimentos (multifunción). El siguiente gráfico ilustra los principales incrementos en la importación de productos electrónicos terminados.

En cuando los productos intermedios de la cadena de valor electrónica, se destaca la importación de cables aislantes, circuitos integrados, metales y piezas aislantes, semiconductores, entre otros. En todo proceso de reemplazo de importaciones por producción local es esperable que, gradualmente, se genere un proceso de incorporación de valor agregado, mejora en los estándares de productividad y de integración vertical, hasta alcanzar los niveles más altos en la frontera tecnológica, alcanzando competitividad en los segmentos más competitivos del mercado. No obstante, según consignan desde la UNDAV, “típicamente, los países en vía de desarrollo generan instancias intermedias hasta consolidar su eslabonamiento productivo, y a partir del ensamblaje de piezas y partes procuran subirse al tren del desarrollo a partir de trepar a un vagón intermedio”. Ahora bien, en materia comercial, esto se materializa en la compra de insumos y componentes intermedios, muchos caracterizados por el desarrollo de procesos tecnológicos de punta. No obstante, cuando se analiza la dinámica del último año se encuentra una reducción sistemática en el volumen de compras al exterior de componentes intermedios. Este resultado no deja de ser indicativo del retroceso en las expectativas de inversión de las empresas locales, y de la incubación de un proceso de reversión en la producción local de productos, que gradualmente se vuelven a comprar (ya terminados) desde el exterior.

Con todo lo anterior, del análisis llevado adelante por los investigadores del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV sobre el sector de electrónicos y electrodomésticos, surgen las siguientes conclusiones sobre la coyuntura en materia de empleo, producción, consumo y resultados comerciales:

• La producción de reproductores de video en unidades tuvo una caída del 46%, los equipos retrocedieron 23%, las cámaras fotográficas 59%, los aires acondicionados para automóviles tuvieron una baja del 16% y las notebooks, netbooks y tabletas cayeron 23%. Las comparaciones se realizan entre 2015 y 2016.

• La producción industrial proveniente de las PyMEs en unidades presentó caídas interanuales en 13 meses de los últimos 15, revelando que no existe una recuperación del sector.

• Los incrementos de las ventas en pesos de electrónicos o electrodomésticos fueron insuficientes para combatir la inflación durante 2016. Tomando la inflación anual del 41% para dicho año, las ventas de equipos de aire acondicionado estuvieron 36% por debajo de la inflación, las computadoras y accesorios informáticos un 43%, los televisores, DVD y filmadoras un 20% y los equipos de audio, radios y similares 30%.

• Producto de la recesión, disminuyó la importación de componentes electrónicos utilizados para producir localmente artículos terminados. Comparando el promedio de los 5 primeros meses del año 2011 a 2015, contra los primeros 5 meses de 2016, la caída es del 11%, mientras que con 2017 se pronuncia al 23%.

• Las importaciones de productos terminados se incrementan durante los primeros cinco meses de 2017 respecto a 2016, en productos como licuadoras (269%), batidoras (185%) y lavarropas (73%), entre otros. Las compras desde el régimen promocional fueguino entre los primeros cinco meses de 2016 y 2017, cayeron 17%.

• Tomando el promedio de los primeros cinco meses desde el año 2011 a 2015, las exportaciones de productos electrónicos caen por segundo año consecutivo.

• La caída de las ventas y consiguiente producción derivó en despidos, suspensiones y reducciones horarias. Según el MTySS, los sectores relacionados a la fabricación de computadoras y artículos de radio y televisión perdieron más de 2.000 empleos entre el tercer trimestre de 2015 y mismo periodo 2016.

• Según estimaciones propias en base a datos de la UOM, los despidos ascienden 11.400, mientras que las suspensiones a 8.000 trabajadores.

• La disminución de los precios de las notebooks, netbooks y tabletas no fue del 50% como fijaba la estimación del Gobierno, ni tampoco 35% que fue el monto de los aranceles eliminados. Según estimaciones propias, los precios bajaron tan solo 14,28% en casos muy puntuales.

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