Personal sanitario del Servicio Penitenciario Bonaerense repudian los ajustes realizados por Vidal

Los profesionales de la salud se manifestaron frente a la Gobernación platense en contra de los despidos, traslados injustificados y sumarios masivos. Denunciaron “persecución” y el “desguace” de áreas de trabajo en detrimento de la salud y los derechos de las personas privadas de su libertad.

Desde la intervención del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), en noviembre del año pasado, la gobernadora María Eugenia Vidal echó a unos 1.200 trabajadores, entre ellos agentes de bajo rango y profesionales del equipo de Salud.

Actualmente, las fuentes laborales de otros 600 profesionales se encuentran en peligro a partir de traslados injustificados y sumarios masivos.

“Los trabajadores de la salud vienen padeciendo permanentes cambios de horarios, traslados continuos e intempestivos con la consecuente desorganización familiar, los sumarios sin fundamentos, el desguace y desmantelamiento de áreas de trabajo profesional e interdisciplinario, la eliminación de la autonomía profesional y la consecuente desaparición de los dispositivos de salud de los internos y la desprotección de sus derechos”, señaló el Colegio de Psicólogos del Distrito XI, que abarca a La Plata y otros municipios.

Ante la falta de respuestas de la gobernadora y su ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, los profesionales afectados se concentraron hoy frente a la Gobernación bonaerense, donde exigieron que se pare el “brutal ajuste” y la “persecución”.

“No somos corruptos, somos trabajadores”, decían los carteles de los manifestantes, mientras que otros agregaban leyendas como “Cambiemos = Fábrica de pobres”.

Álvaro Ruta, médico que presta servicios en la Unidad 12 de Gorina, detalló sobre los traslados que “a mucha gente de La Plata la mandan a Campana, a la de Varela a Magdalena y a la de Bahía Blanca a Mar del Plata”.

“Si a alguien que trabaja en La Plata lo trasladan a más de 120 kilómetros de su casa, ocho horas diarias, prácticamente lo están obligando a renunciar”, agregó otro profesional en diálogo con TV Universidad (UNLP), y calificó la cantidad de sumarios que se iniciaron como “inédita”.

“Hoy muchas unidades penitenciarias se han quedado sin profesionales específicos, como la Unidad 22 que funciona como Hospital del SPB. De allí sacaron a más de 20 profesionales y quedó prácticamente desmantelada”, remarcó.

Además de reclamar que se revean los despidos, los traslados y los sumarios, los profesionales “condiciones de trabajo y salarios dignos para el sector”.

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Ausencia y desidia de Vidal en la Masacre de Pergamino

Los asesinatos de los siete reclusos en la Comisaría primera de Pergamino tiene una responsable política que es la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, quien brilla por su ausencia. La Policía Bonaerense y el Servicio Penitenciario, intactos desde la dictadura hasta nuestros días.

Esta vez, con los mensajes telefónicos de su hijos y hermanos pidiendo ayuda porque “nos van matar”, familiares de los presos muertos en la Comisaría Primera de Pergamino acusan a la policía de haber cometido eso crímenes con alevosía.

Denuncian amenazas previas y la comisión de una matanza que no es la primera, ya que la Policía y en el Servicio Penitenciario de la provincia de Buenos Aires se trata de moneda corriente.

Durante la dictadura cívico militar, el genocida Ramón Camps hizo de “la Bonaerense” un cuerpo policial para estatal dedicado al terrorismo de Estado. Posteriormente, con la reinstalación del régimen constitucional, esta estructura se perfeccionó para hacer cargo del estado mayor del crimen organizado, con complicidades políticas, fiscales y judiciales.

Salvo algunos intentos de depuración y corrección, que siempre fracasaron, y por falta de energía en la aplicación de esas decisiones, el mantenimiento de esa trama macabra, causal última de la inseguridad en la Provincia, quedó transformada en una constante. Por los crímenes de Pergamino la responsabilidad política recae sobre la gobernadora María Eugenia Vidal.

En octubre de 2014, la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, a través de la Red Federal de Sitios de Memoria, señalizaba a la Comisaría Primera de Pergamino, por su funcionamiento represivo ilegal durante el terrorismo de Estado.

En la Comisaría que ahora aparece como el escenario de un nuevo crimen de “la Bonaerense”, dependiente de la policía de la provincia de Buenos Aires, funcionó un centro clandestino de detención durante la última dictadura. Según testimonios de sobrevivientes, allí permanecieron secuestrados hombres y mujeres perseguidos por su militancia política, sindical y social.

En su mayoría, se trataba de vecinos de Pergamino sobre los que se efectuaron operaciones represivas comandadas de manera conjunta por fuerzas policiales locales y militares provenientes del Batallón de Combate de Ingenieros 101, al mando de los tenientes coroneles Manuel Saint Amant entre 1975 y 1977 y de Norberto Ferrero entre 1977 y 1979. Dicha jefatura, la del Área Militar 132, abarcaba ciudades como San Nicolás, Ramallo, Pergamino, Baradero y San Pedro.

Madres y hermanas de jóvenes presos muertos en la Comisaría Primera de Pergamino, hacinados y recluidos sin condenas, denunciaron esta mañana ante las cámaras del canal C5N que sus familiares fueron asesinados por la policía. Exhibieron los mensajes telefónicos de sus hijos y hermanos pidiendo auxilio y que se movilizan para evitar la matanza. También que ya venían siendo amenzados desde hacía días.

Una autoridad de la Departamental no decía nada al respecto, mientras Infocielo y otros medios bonaerenses informaban que Asuntos Internos del ministerio de Seguridad desafectó al oficial de servicio, subayudante Alexis Miguel Eva, y al imaginaria de calabozos, sargento César Brian Carrizo, quienes estaban de guardia en el momento del incendio. En el hecho murieron siete detenidos tras el fuego originado por una pelea entre internos alojados en la comisaría primera.

Dice Infocielo: “Se trata de la mayor tragedia ocurrida en una seccional de la Policía bonaerense donde había 19 detenidos alojados en los calabozos, entre ellos, dos jóvenes acusados de haber violado a una joven de 26 años cuando el jueves de la semana pasada.

Según los investigadores, el alojamiento de estos dos sospechosos, de 18 y 19 años, originó una pelea con el resto de los detenidos y durante esos disturbios se produjo un incendio. Los presos quemaron todo lo que tenían a su alcance dentro de sus celdas y el fuego se generalizó.

Fueron los Bomberos Voluntarios los que sofocaron el siniestro y hallaron muertos a siete de los presos. Las víctimas fueron identificadas por la Policía como Sergio Filiberto, que había sido detenido el 18 de enero último por “robo agravado”; Federico Perrota, desde el 16 de febrero por “encubrimiento”; Alan Córdoba, desde el 26 de enero; Franco Pizzarro, desde el 23 de enero por “quebrantamiento de arresto”; John Mario Chillito Claros, desde el 17 de diciembre por “tentativa de robo”; Fernando Latorre, desde el 12 de noviembre también por un “intento de robo”; y Juan Carlos Cabrera, desde ayer por “lesiones culposas” y “encubrimiento”.

No hubo personal de la comisaría que haya resultado herido y el resto de los presos fue derivado a otra sede policial de la zona. Hoy se realizarán las autopsias para determinar si murieron por inhalación de monóxido de carbono o por las quemaduras. Abogados de los presos reclamaron que se les diera información de en qué condiciones estaban los sobrevivientes.

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Temen que los penitenciarios dados de baja y mil federales “invisibles”, conformen un nuevo “ejército” del crimen organizado al servicio del poder político

¿Al servicio de la gobernadora María Eugenia Vidal? Ella reconoce que el refuerzo de patrullajes es solo “maquillaje” y dice que su política de seguridad se basará en mil agentes “invisibles”, quienes actuarán en el Conurbano. También alardea con la purga dentro del SPB. En ámbitos políticos y académicos especializados formulan críticas, pero las más audaces provienen de los “territorios”, de voces reservadas pero autorizadas de la seguridad privada, que conocen a las fuerzas y tienen información de primera mano.

Por Víctor Ego Ducrot (*) / Sospechamos que las amenazas sufridas por Vidal son pura ficción, aseguraron fuentes vinculadas a empresas de seguridad privada, de gran experiencia y sobre todo con decenas de miles de agentes armados prestando servicios. Y señalamos: esas cortinas de humo formarían parte de un operación comunicacional más amplia y  por ahora muy exitosa, tendiente posicionar a la mandataria provincial como emergente de una nueva derecha “progresista”, discurso que se complementa a la perfección con la imagen de persona “como una más del pueblo”, tal cual se explayó este miércoles en el programa “Morfi, todos a la mesa” que emite el Canal 11 de TV.

El personaje desplegado por Vidal hoy en la tele, y en muchas otras apariciones, en casi todas, desde su posicionamiento en las primeras planas de la política nacional, es útil para figurar una ida de trabajo: el ascenso al gobierno de una fuerza representante de las clases ricas por primera vez sin golpes de Estado, matanzas ni proscripciones, en elecciones libres y sin emboscarse en un caballo de Troya, como lo hizo durante la experiencia Carlos Menem, disparó otro fenómeno consecuente, el surgimiento de una nueva derecha “progresista”, desde la que la gobernadora sueña con convertirse en la heredera de Mauricio Macri, quien no tiene posibilidad alguna de simular ser “uno más del pueblo”.

Pero ello quedará para otro análisis. En este, lo destacable es que Vidal usó ese programa para complementar sus apariciones vinculadas a una supuesta reforma del sistema carcelario provincial. Para ella “corrió por izquierda”, postulando que ni el peronismo ni el radicalismo terminaron con una ley de la dictadura y subrayando que su decisión se basa en reclamos de la Comisión Provincial de la Memoria (CPM) y otras organizaciones de Derechos Humanos; y este miércoles, en Canal 11 TV, apeló a dos datos que, a priori y fuera del contexto adecuado, pueden ser compartidos: a que el aumento del patrullaje como único recurso “es maquillaje” – la misma consideración puede aplicarse al fetiche de las cámaras de seguridad – y a la necesidad de desarrollar un buen trabajo de inteligencia criminal, de ahí la figura de los mil federales invisibles.

Especialistas observan en forma crítica los recientes anuncios oficiales sobre Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), conforme consta en un artículo publicado este miércoles por el diario Contexto, de La Plata: “Este siempre fue un tema de debate, lo que se suele decir ‘purgas’. Esas personas siguen manteniendo sus redes de contacto, desde donde organizar hechos de corrupción. La cuestión de la remoción de la cúpula es de lo que más se habla, pero tiene que ir acompañada de cambios estructurales. No es una cuestión de sacar ‘manzanas podridas’. Por supuesto, si hay un hecho de corrupción, tiene que ser sancionado. Cuando se intenta aplicar alguna medida, las fuerzas de seguridad toman represalias o maneras de intervenir en las decisiones políticas. Pasó muchas veces. Aunque no haya remociones, hay prácticas extorsivas. Pero en un caso tan drástico como una cúpula, resulta demasiado ambicioso”, consideró el sociólogo y especialista Iván Galvani.

En el mismo medio, el ex director provincial de Políticas Carcelarias, Juan Escatolini destacó: “No creo que sea una tarea simple la que está encarando la gobernadora, y creo yo que es una tarea un tanto tardía. Todos sabíamos quién era Díaz y ya pasaron diez meses de gestión. El SPB es una corporación y opera en las sombras. Recordemos el caso del MOPOL (Movimiento de Policías y Penitenciarios), que solían acuartelarse y realizar operaciones de todo tipo. Cada vez que se desarrolla este tipo de medidas, el MOPOL reaparece y son peligrosos. Es una fuerza civil armada, y sabemos lo que eso puede significar”.

En tanto, las fuentes consultadas del entramado empresario de seguridad privada sostienen que el fondo de la cuestión pasaría por reagrupar a los carceleros purgados y a los federales “invisibles” en un nuevo mapa y una nueva conducción de la trama de complicidades que explican el fondo último de la agenda de “inseguridad”; trama integrada por agentes de las fuerzas de seguridad –la bonaerense ocupa un lugar destacado pero también hay involucrados de las policías Federal y Metropolitana, de Gendarmería, de Prefectura y de la Aeroportuaria, y si Vidal logra que las FF.AA. se sumen aportando logística, el círculo quedará cerrado – , fiscales, jueces, elementos parlamentarios y de los Ejecutivos nacional, provinciales y municipales, y bandas narcos y del crimen organizado en general. En esa compleja red, que alcanza a la Aduana, a la venta ilegal de armas y de drogas, pero también al delito por menudeo – más de dos millones de teléfonos celulares robados por año, por ejemplo – radica la verdadera jefatura de la “inseguridad”.

En términos generales, es la misma trama que fue puesta en evidencia por el Informe Candela del Senado provincial, de 2012 e impulsado por el entonces vicegobernador Gabriel Mariotto, en torno al crimen de la niña Candela Sol Rodríguez. Sin embargo en la propia Cámara que gestó el documento se admitía por aquél entonces que, desde el Ejecutivo bonaerense, en especial desde la poderosa Secretaria de Seguridad que conducía el abogado de origen en el SPB, Ricardo Casal, todo fue sepultado en las sombras.

Las fuentes reservadas consultadas para este artículo deslizan que el SPB es una pieza clave dentro del sistema de complicidades, una mando “desde el adentro” del crimen, y que muchos elementos superiores de la administración provincial que silenció las investigaciones del Senado, siguen entre los pliegues de la conducción actual, a partir de acuerdos entre ellos y la estructura de gobierno de Cambiemos.

Algunos de los consultados no niegan que ciertas empresas de la seguridad privada pueden estar participando de ese proyecto, pero “no nos chupamos el dedo, sabemos que por lo menos 100 agentes encubiertos de la DEA y de otras yutas estadounidenses están detrás de todo esto. ¿Por qué?”, dijeron y se interrogaron.

La respuesta a la pregunta que se formularon las fuentes se encuentra en los propios manuales de los servicios de inteligencia de Washington: las llamadas guerras de baja intensidad, de control de los  eufemísticos “nuevos desafíos”, como el narcotráfico comandado por esos propios servicios, y la teoría de los “Estados fallidos” demandan esas intervenciones armadas, entre delito y represión en una sola síntesis, para ejercer el control de la conflictividad social.

Hay mucho escrito al respecto, por ejemplo el libro “Recolonización o Independencia”, de 2004, Grupo Editorial Norma, Buenos Aires, de mi autoría en conjunto con la querida y admirada colega Stella Calloni. Y más precisiones aún se pueden encontrar en los Documentos de Santa Fe, capitales para lo que en su momento se denominó Consenso de Washington y vigentes en su esencia para este nuevo escenario regional de contraofensiva exitosa del diseño neoliberal.

En medio de estos juegos siniestros de luces y sombras, de informaciones y desinformaciones, sufre la sociedad, víctima del delito, pero sobre todo de sus jefaturas ocultas.

(*) Doctor en Comunicación por la UNLP. Profesor Titular de Historia del Siglo XX (Cátedra II) FPyCS UNLP. Periodista. Escritor. Director de AgePeBA.

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“No creemos en las purgas”

La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, anunció hoy "una profunda reforma" al Servicio Penitenciario Bonaerense y destacó que "no es una purga, porque las purgas no resuelven el problema". Destacó el envío a la Legislatura de una modificación del Estatuto que rige al personal de esa fuerza, ya que el actual es una norma de la dictadura vigente desde 1980.

Los cambios en esa fuerza, anunciados por la mandataria, incluyen el pase a disponibilidad de 132 altos jefes del Servicio Penitenciario Bonaerense y la remoción del jefe de ese organismo, Fernando Díaz, quien será reemplazado por el civil Juan José Baric, quien será interino por 90 días.

También se pondrá a prueba por tres meses todos los agentes a cargo de alcaidías, unidades y complejos penitenciarios y se crearán dos organismos de control, uno sobre el desempeño del personal y otro que auditará la gestión en su totalidad.

Vidal, en el transcurso de una conferencia de prensa que brindó en la casa de gobierno provincial, en La Plata, acompañada por el ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, destacó que en los cambios introducidos "siempre está acompañada" por el presidente Mauricio Macri.

“Nosotros no vamos a convivir con el delito, esto no es una purga, no creemos en las purgas, porque no resuelven los problemas”, expresó Vidal en el marco de una conferencia de prensa que brindó en la Casa de Gobierno provincial para referirse a los cambios.

Vidal afirmó que “en estos cambios siempre estamos acompañados por el presidente” Macri y destacó que todo se hace en función de “darle más seguridad a los vecinos”.

"La inseguridad no se resuelve con parches ni improvisaciones sino con un plan como éste, de reforma del Sistema Penitenciario de la Provincia al que, a lo largo de tantos años de democracia, nadie quiso cambiar", destacó y remarcó que hasta el momento los penitenciarios "se autogobernaban".

“Sabemos lo difícil de las decisiones que tomamos, pero lo hacemos convencidos”, remarcó la gobernadora y agregó que “en 10 años no hubo un solo informe positivo de los organismos de Derechos Humanos sobre el Servicio Penitenciario Bonaerense".

"Trabajar por la seguridad de los vecinos, pelear contra mafias, el narcotráfico y el juego clandestino es pelear también contra la corrupción y el mal funcionamiento de estas fuerzas de seguridad", aseveró Vidal.

Ayer, el ministro de Justicia decidió descabezar a la cúpula del Servicio Penitenciario Bonaerense, unos 132 oficiales, y en ese sentido la mandataria advirtió que "esta reforma es mucho más profunda. Las purgas no resuelven los problemas, es dar la pelea de fondo en contra de cómo funcionan las instituciones".

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Acorralada: Vidal anunciará el desplazamiento de la cúpula del Servicio Penitenciario Bonaerense

Tras la renuncia del jefe del sistema penitenciario provincial, Fernando Díaz, la gobernadora bonaerense dictó órdenes al ministro de Justicia provincial, Gustavo Ferrari, para que renuncie toda la cúpula de ese organismo.

A las 10 de la mañana en la Casa de gobierno de La Plata, la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal acompañada por Ferrari brindará detalles acerca del pedido de renuncia a toda la cúpula de del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB).

Como anticipó ayer PRIMEREANDO, entre los detalles por anunciar se espera la construcción de una reforma integral al sistema que tendrá (por el momento) a civiles, que estarán encabezado por el subsecretario de Política Carcelaria Juan José Baric a cargo de las cárceles de la Provincia.

Luego del anuncio similar que anunció la semana pasada en conjunto con el ministro de Seguridad Cristian Ritondo, en donde pasaban el manejo de la caja de la bonaerense a manos civiles, algo similar se dará con el manejo de las cárceles y el SPB. Sin dudas, ha sido uno de los caballitos de batalla de Vidal y parece estar concretando las modificaciones tan prometidas.

Cabe recordar que desde la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) habían pedido la remoción de  Díaz, quien enfrenta una causa por administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública en concurso real con el delito de vejaciones por irregularidades en el servicio de catering del complejo penitenciario federal de Salta.

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Por los resultados de una investigación judicial, renunció el jefe penitenciario de Vidal

Se trata de Fernando Díaz, quien está acusado de administración fraudulenta e irregularidades en el servicio de catering del sistema penitenciario provincial. Desde el Ejecutivo bonaerense minimizaron el hecho y designaron a un auditor por 90 días.

El mismo día que desde el Ministerio de Seguridad anunciaron el cambió de siete comisarios de la plana mayor de la Policía Bonaerense, el jefe del Servicio Penitenciario de la provincia de Buenos Aires, Fernando Díaz, renunció a su cargo. Había sido designado en diciembre del año pasado por la Gobernadora María Eugenia Vidal.

Quedará en ese importante puesto el subsecretario de Política Penitenciaria, Juan Pablo Baric, y como auditor general, Fernando Rozas. El ministro de Justicia, Gustavo Ferrari, dijo luego de  hacerse pública la citación a la indagatoria de Díaz, que estaba analizando el caso con su par de Nación, Germán Garavano, y que no tenía tomada una postura ni decisión al respecto.

Díaz declaró en octubre pasado en una causa en la que se lo acusa (junto a otros 37 funcionarios) de administración fraudulenta y está sospechado de participar de esa maniobra delictiva –irregularidades millonarias en el servicio de catering del complejo penitenciario federal de Salta– durante su gestión como auditor general del Servicio Penitenciario Federal.

A pesar de estas cataratas de citaciones y declaraciones en la justicia, Díaz aseguró que su alejamiento de la dirección del sistema penitenciario se debe a “motivos personales”.

Díaz había sido nombrado por Vidal como máximo responsable del SPB en diciembre pasado, luego de la salida de Florencia Piermarini y tras el escándalo por la fuga de los condenados por el triple crimen de General Rodríguez. En estos momentos, lo que se baraja es realizar una auditoria general, en donde quien quedará a la cabeza será Fernando Rozas, ex diputado provincial de Francisco De Narváez y colaborador del intendente de La Plata, Julio Garro, durante la última campaña. El plazo será de 90 días, y una vez terminado, ahí se eligirán a las nuevas autoridades. Mientras tanto será Juan Pablo Baric -actual subsecretario de Política Penitenciaria- quien quede a cargo.

Conocida la causa judicial que involucra a Díaz, lo que alarmó al organismo emblema de los derechos humanos en la provincia de Buenos Aires, comandado por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, es que "desde la nueva designación de Díaz al frente del SPB se resolvió implementar un sistema de viandas similar al denunciado en esta causa federal". Entonces, en base a esto, le pidieron formalmente mediante un escrito a la gobernadora y a Ferrari que separen del cargo al funcionario, según le confirmaron a Letra P.

Según el último informe de la Comisión Provincial de la Memoría, en las cárceles de la provincia de Buenos Aires 2074 víctimas describieron 6843 casos de torturas y/o malos tratos que incluyen malas condiciones de detención, aislamiento, falta o deficiente alimentación, agresiones físicas, falta o deficiente asistencia de la salud, impedimentos de vinculación familiar y social, traslados constantes, amenazas, robos de pertenencia, traslados gravosos y requisas personales vejatorias. El Servicio Penitenciario Bonaerense es tristemente célebre por eso. Vidal y Ferrari ahondarán nuevamente en esta problemática y prometerán seguir reestructurando el área.

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Purga en la Bonaerense: descabezan la cúpula y analizan cambios en el SPB

La gobernadora María Eugenia Vidal avanzó con una purga parcial de la cúpula de la policía bonaerense, que comprendió a siete altos mandos de esa fuerza sospechados de tener vinculación, por acción u omisión, con la triple fuga de los presos del triple crimen y que será un primer paso de una reforma integral que abarcará también al Servicio Penitenciario Bonaerense.

El anuncio de la depuración corrió por cuenta del ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, quien pasó a retiro activo obligatorio a siete comisarios generales, seis de los cuales controlaban superintendencias, mientras que uno estaba a cargo de una dirección general, todos cargos de la estructura de mando de la fuerza, la llamada “cúpula” que está compuesta por más de 30 integrantes.

Según explicaron a la agencia plantense DIB fuentes del Ejecutivo, los nombres comprendidos en esta primera medida fueron corridos del servicio porque el gobierno sospecha que están vinculados con la fuga de los hermanos Martín y Cristian Lanatta y con Víctor Schillaci, porque contribuyeron al escape con información o logística, porque por omisión permitieron que se prolongara o por incompetencia.

“Si uno mira qué territorios controlaban varios de estos policías surge que por esos lugares pasaron los prófugos en su escape”, explicaron desde el gobierno para justificar la purga, que no comprenderá al jefe de la fuerza, el comisario Pablo Bressi, quien fue nombrado por Ritondo y era hasta ahora el único cambio importante respecto de la gestión de su antecesor, Alejandro Granados, el ministro de Seguridad de Daniel Scioli.

Los expulsados son los titulares de las superintencias de San Martín-Tres de Febrero (Miguel Ángel Maccario), de Seguridad Interior (Oscar Eduardo Terminiello), de Seguridad Interior Sur (Gabriel Alejandro Lamónico), y de Seguridad Oeste (Miguel Ángel Alanís). También se desplazó al Superintendente de Seguridad (Claudio Marcelo Blanco), de Seguridad Vial (Rubén Alberto Lobos) y al director provincial de Suministro, Claudio Alberto Lobos.

El gobierno no anunció aún quienes son los reemplazantes de esos altos jefes porque la medida es la primera fase de la reforma: algunos de esos puestos podrían no continuar porque los cambios incluirían fusiones de áreas en una cúpula que sería más chica que la actual, con un menor número de superintendencias.

Los cambios también abarcarán a niveles menores del escalafón, porque “acá hay una connivencia con sectores de la política y del delito, que debe ser erradicada”, explicaron las mismas fuentes. A nivel estructural, tal como había adelantado DIB, podría traducirse en un menor número de Departamentales y DDI, y la salida de los coordinadores uniformados que se encargaban de la relación entre la fuerza de seguridad y las DDI. “La reforma será integral y profunda”, insistieron.

Por otra parte, también está en la mira el funcionamiento del SPB, que quedó cuestionado tras la salida de los Lanatta y Schilaci del penal de General Alvear, que se produjo con evidente colaboración interna. Hasta ahora, el gobierno de Vidal había reemplazado a la titular del SPB Florencia Piermarini por Fernando Díaz, quien había desempeñado su cargo durante el gobierno de Felipe Solá).

Pero ese cambio –que se completó con cinco modificaciones en la cúpula del Servicio- se produjo luego de la fuga. Por estas horas, el gobierno comenzó a avanzar con reemplazos en la conducción de algunos penales, pero con la Emergencia de ese servicio vigente por decreto, la idea es producir modificaciones estructurales más profundas, que están siendo definidas.

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Alarma penitenciaria: hubo un intento de motín en el penal de Barker

Reclusos de la Unidad Penal N° 37 de Barker, localidad del partido de Benito Juárez, protagonizaron una revuelta para reclamar mejoras en las condiciones de detención que fue contenida horas más tarde por autoridades policiales y penitenciarias.

El intento de motín comenzó por la mañana y disparó el alerta en medio de la delicada situación que atraviesa el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) tras la fuga de la cárcel de máxima seguridad de General Alvear de los tres condenados por el triple crimen de General Rodríguez, los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Víctor Schillaci.

La revuelta fue protagonizada por un grupo de 15 internos alojados en el Pabellón 1 de máxima seguridad de la UP 37, aunque otras fuentes mencionaron un número de 60 presos.

Los mismos internos dieron cuenta -mediante un video filmado con un teléfono celular en medio del reclamo- de las malas condiciones de detención del penal al tiempo que advertían que “nos van a matar a todos”.

“Estamos cansados, nos estamos recagando de hambre. Digitan a todos los presos del penal y es siempre la misma historia. Ahora nos están amenazando que van a entrar y nos van a matar a todos. Queremos que nos escuchen porque somos seres humanos y no podemos vivir así”, indicaron los reclusos a los que se veía con palos y ropa cubriendo sus rostros.

“Estamos todos en la misma situación, acá hay un grupo de pibes que están para irse y no pueden hacerlo porque si no tenés plata para pagar los informes te pasa cualquier cosa”, denunciaron.

“Lo único que les pedimos es que nos escuchen, no queremos lastimar a nadie pero desgraciadamente lo tenemos que hacer”, agregaron.

Los voceros consultados indicaron que no se registraron hechos de violencia ni heridos y que se logró apaciguar los ánimos bajo la promesa de mejorar su situación de detención. Según las fuentes consultadas por la agencia de noticias DIB, efectivamente se registra una carencia de alimentos debido a la falta de pago a los proveedores, una situación que se extiende a otros ámbitos de la provincia como los comedores escolares.

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Salvador: “Están abiertas todas las hipótesis por la fuga”

El vicegobernador bonaerense Daniel Salvador reiteró que el Servicio Penitenciario requiere "cambios profundos y de fondo" y aseguró que están abiertas todas las hipótesis en la investigación por la fuga de presos acusados por el triple crimen de General Rodríguez.

"Somos conscientes, y lo éramos antes de este episodio, de la situación del Servicio Penitenciario por eso habíamos solicitado, y se tratará hoy en la legislatura, la emergencia del Servicio Penitenciario", indicó Rodríguez.

"Se requiere cambios profundos y de fondo en cuanto a la formación, capacitación, implementación de tecnología, de inversión, y de dotar al Servicio Penitenciario de la gente que pueda reunir las condiciones suficientes como para asumir semejante responsabilidad", añadió.

Respecto al tinte político que se le adjudica al hecho, Salvador aseguró que "están abiertas todas las hipótesis y que se lleva adelante una investigación con todos los elementos para obtener resultados con la mayor rapidez posible".

"Se realiza una búsqueda muy profunda con las fuerzas policiales y federales para poder dar con el paradero de estos tres fugados. Mientras tanto todas las líneas de investigación deben estar abiertas, el hecho puede responder a diversos motivos", señaló.

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