Aranguren en el ojo de la tormenta: lo culpan por la inflación y paga sobreprecios por el Gas
Días complicados para el Ministro de Energía, Juan José Aranguren. Es que por estas horas el accionista de Shell está en el ojo de la tormenta por sus decisiones que complican el plan de bajar la inflación en el segundo semestre para Cambiemos.
Uno de los primeros en levantar la voz fue Federico Sturzenegger. El presidente del Banco Central sólo redujo medio punto (a 37,5 por ciento anual) la tasa de interés de las letras a 35 días, a pesar de que el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat Gay, venía presionándolo para que la reducción sea más pronunciada y apuntó por esa decisión a Aranguren.
"A pesar del descenso de la inflación subyacente la situación sigue recomendando prudencia", sostuvo el BCRA en un comunicado, donde le pega sin duro al ministro de Energía. "Por ejemplo, en el mes de mayo la suba del precio de los combustibles incidirá en la tasa de inflación", afirma.
A Aranguren en estos momentos e pegaron desde todos los sectores, hasta Domingo Cavallo salió a cruzarlo públicamente. El ex Shell tuvo que salir a defenderse y sostuvo que la nafta aumenta por la devaluación, pese a que durante semanas Prat Gay habló de una "inflación asumida" y que los precios se habían anticipado a la corrección cambiaria.
"El balance de estos factores induce al BCRA a mantener el actual sesgo contractivo de su política monetaria", señala el comunicado de la entidad, que resistió la presión de las otras áreas económicas del Gobierno. Sturzenegger viene repitiendo que sólo habrá un descenso importante de las tasas una vez que se perciba una baja sostenida en la inflación.
Pero no es lo único. Es que ayer se conoció que el propio Aranguren convalidó una polémica importación de gas natural de Chile con cláusulas secretas y precios 128% superiores a los que se venían pagando.
Por medio de la empresa estatal Enarsa, la administración macrista cerró un contrato de compra de gas a Chile con un precio que resulta un 53% más caro que el GNL que llega por barcos y un 128% más elevado que lo abonado por las importaciones provenientes de Bolivia.
Además de lo llamativo del precio, la operación con Chile tiene otros tres aspectos significativos: establece que Enarsa deberá pagar la totalidad de la compra por anticipado, determina que cualquier controversia será resuelta por la legislación de Nueva York y obliga a las partes a mantener el acuerdo bajo un marco de “estricta reserva y confidencialidad”.