Una cena que acerca posiciones
La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, cenó anoche con la diputada Elisa “Lilita” Carrió en su casa de Exaltación de la Cruz, luego de que la líder de la Coalición Cívica pidiera la remoción del jefe de la Bonaerense, Pablo Bressi, a quien vincula con el narcotráfico, pero que la gobernadora raifica.
Tras la reunión que mantuvo con Carrió, quien por carta denunció que Bressi tendría vínculos con el narcotráfico, Vidal remarcó: "Lilita y yo somos parte del mismo equipo, nada cambio nunca. Tenemos una muy buena relación" y dijo que el de ayer "no es el primero ni el último encuentro".
"Todas las denuncias son investigadas como lo ha hecho este Gobierno, más allá de si involucra o no al jefe de Policía. Todas las personas que forman parte de mi gobierno si son denunciadas van a ser investigadas y si tienen algún vínculo con el delito van a ser separadas de sus cargos", sentenció en una conferencia de prensa en el partido de Morón.
Vidal, por su parte, ratificó a Bressi al frente de su cargo, pese a la denuncia de la diputada que lo considera copartícipe del narcotráfico en la Provincia. La gobernadora aseguró que los informes que pidió no tienen pruebas fehacientes contra él.
La cena sirvió para que ambas dirigentes acerquen posiciones, en el marco de la relación “personal” que mantienen. También participaron de la cena Santiago Cantón, secretario de Derechos Humanos, y el secretario de Legal y Técnica, Julio Conte Grand.
Carrió había publicado un texto dirigido a Vidal en donde sostuvo que “la recaudación ilegal no cesó con el cambio de gobierno” y descargó su furia con el ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, a quien acusa de “pactar el control de Policía Bonaerense”.