Caso Maldonado: un gendarme confesó haber herido a un manifestante
El agente está de licencia desde el operativo en Chubut. Su testimonio podría ser el vuelco definitivo en la investigación que hace más de 40 días negaba posarse sobre la Gendarmería. ¿Se rompe el pacto de silencio?
La hipótesis que apunta a la supuesta responsabilidad de la Gendarmería en la desaparición de Santiago Maldonado cobra fuerza con el correr de los días, a pesar de las maniobras dilatorias y distractivas del oficialismo. Es que un agente confesó haber herido a un manifestante durante el desalojo de la manifestación mapuche el pasado 1º de agosto, en la que testigos aseguran que estaba el joven artesano de 28 años. Ayer se presentó a declarar ante la Justicia.
Eran ocho y no siete, como trascendió en un principio, los gendarmes que estaban cerca del río Chubut cuando varios de los manifestantes lo cruzaron, según fuentes de la investigación indicaron al diario La Nación.
El "nuevo" agente es Neri Armando Robledo, quien admitió que le dio un piedrazo a uno de los "encapuchados" que cruzaron el río. Su confesión fue tomada ayer por la Gendarmería y el Ministerio de Seguridad se la entregó al juez federal de Esquel a cargo del expediente, Guido Otranto.
Robledo, de 27 años, integra el el Batallón 35 El Bolsón y el día después del desalojo en la ruta 40 pidió licencia por "enfermedad de su padre". En el informe que Gendarmería le envió al Gobierno no había muchos detalles de lo que el agente hizo durante el operativo, aunque sí figuraba en el listado.
Según relató el gendarme, "uno de los individuos encapuchados le arrojó una piedra que impactó en su rodilla" y que "en defensa personal" agarró una roca y se la tiró a los manifestantes que estaban nadando para cruzar el río. La piedra le habría dado en la espalda de uno de ellos, que se encontraba a unos 30 metros de él, que lo insultó tras lograr cruzar al otro lado de la orilla.
"Era una persona robusta y de casi dos metros de altura", describió Robledo, quien precisó que "vestía pantalón largo" y llevaba una capucha de "un trapo o una remera vieja, de color oscuro" que perdió al meterse en el río Chubut. Después de la agresión, se dirigió a la construcción donde "se encontraban las mujeres".
Se trata de la primera vez que un gendarme reconoce en una declaración que agredió a los manifestantes durante el procedimiento tras el cual desapareció Maldonado.
Más tarde los mapuches negaron haber sido atacados y heridos por piedrazos, pero se cree que el testimonio puede ser la punta del iceberg que desemboque en algo mucho más profundo: el quiebre del pacto de silencio en la fuerza de seguridad.