Los pequeños horticultores se instalaron frente a la Casa Rosada para vender su cosecha al precio de quinta y visibilizar la crisis que atraviesa el sector por los tarifazos, la importación de alimentos, la falta de acceso a la tierra y el descontrol de la cadena de comercialización.
Plaza de Mayo se convirtió en una gran feria de frutas y verduras, donde se venden más de 20.000 kilos de productos a precio de quinta, para repudiar la ausencia de políticas públicas para campesinos, pequeños productores y agricultores familiares.
“Salimos a protestar porque Mauricio Macri nos está matando con los tarifazos y con las importaciones de alimentos. Hoy está llegando cebolla de Holanda y tomate de Brasil, entonces es una situación insostenible. Hoy salimos a luchar los que ponemos el cuerpo en los cinturones verdes de las ciudades, miles de familias inmigrantes. Nos deslomamos todos los días y lo único que recibimos del Gobierno son políticas discriminatorias y xenófobas”, dijo una productora en alusión al decreto 70/2017 que facilita la expulsión de residentes extranjeros.
Uno de los objetivos del Feriazo en Plaza de Mayo es visibilizar el contraste de precio entre lo que reciben los horticultores por kilo de verdura y el que se paga en las verdulerías y supermercados.
“Los consumidores están pagando sobreprecios de entre 800 y 1000 por ciento. Los que se quedan con toda esa plata son los intermediarios”, señalaron los productores.
Durante la protesta también cuestionaron la paralización del monotributo social agropecuario gratuito al que acceden los pequeños horticultores, que les permite contar con obra social y jubilación, y reclamaron por el avance del proyecto de Ley de Acceso a la Tierra, así como la reglamentación de la Ley de Agricultura Familiar.
Más del 80% de los pequeños productores que trabajan, viven y producen los alimentos que consumen diariamente todos los argentinos no son dueños de la tierra. Esto los lleva a vivir en condiciones extremadamente precarias.