La diputada electo por la ciudad de Buenos Aires Elisa Carrió suele constituirse como la fiscal moral de ajenos y propios. No solo reparte críticas contra su odiado kirchnerismo, también suele meterse en la interna de Cambiemos, la alianza de Gobierno que integra.
Sin embargo, esas interrupciones fueron moderadas en el último tiempo. ¿Por la campaña electoral? Hace unos meses, Carrió había pedido la renuncia de Gustavo Arribas, jefe de los servicios, por una denuncia de corrupción. Sin embargo, rápidamente se arrepintió. Luego fue elegida candidata número 1 en Capital y todo quedó en el olvido.
Antes de comenzar la campaña, la controversial diputada tiró fuerte contra la posibilidad de que Jorge Macri, intendente de Vicente López, fuera candidato en provincia de Buenos Aires. "No voy a avalar delincuentes en las listas", afirmó. Macri debió conformarse con bajar el perfil.
Ahora, se supo que el alcalde fue embargado por 8 millones de pesos, en una causa que lo investiga por supuesto lavado de dinero. La jueza que lo embargó es nada menos que una aliada del macrismo, Sandra Arroyo Salgado, ex mujer de Alberto Nisman. La mirada está puesta en un departamento comprado en Miami por 400 mil dólares. Además, el nombre de Jorge, como otros miembros de la familia presidencial, apareció vinculado con los Panamá Papers. Por el momento, Carrió no dijo una palabra sobre el caso. ¿Silencio táctico o estratégico?
