Un estudio de la fundación URBE da cuenta de un problema que está invisibilizado en el debate público: "Si las dificultades del pago de las cuotas de los créditos indexados se generaliza, puede suceder una crisis inmobiliaria derivada de la proliferación de ejecuciones hipotecarias”, aseguraron. Ocurre que muchos préstamos están indexados por inflación, en un nivel récord en 2018.
Sigue el duro informe: “Un deterioro en la capacidad de los salarios para el repago de los créditos otorgados en UVAs (Unidad de Valor Adquisitivo). En los momentos de auge de los UVA, la capacidad de compra de estos instrumentos evolucionó por sobre todas las variables nominales. De modo que ese efecto riqueza de los salarios medidos en UVAS favoreció la colocación de créditos”, aseguraron de acuerdo a una reseña de Ámbito Financiero.
Sin embargo, “el aumento del tipo de cambio y la necesidad del programa de que la inflación sea menor que la devaluación, y, a su vez, el aumento de los salarios menor que la inflación, empeoran la posición de los deudores frente a sus compromisos”, siguió URBE.
Así es como “la caída de la capacidad de adquisición de UVAs por parte del salario medio impacta en las posibilidades de colocación de nuevos créditos”.
El informe sostiene que “de presentarse una relativa normalidad cambiaria en el segundo semestre, para que de hecho el tipo de cambio real se mantenga casi constante, la caída de la capacidad de repago de UVAs por parte de los salarios es del 4%”. Pero “si la inflación se acerca al 40%, la capacidad de compra de UVAs para devolver el crédito habrá caído un 10%”. “Los deudores UVA ven que a pesar del esfuerzo que hacen para pagar las cuotas de sus préstamos, su deuda en pesos aumenta, porque el valor de las UVAS sigue el desbocado ritmo de los precios”, indicó el informe.