Larreta se enojó con el Congreso porque quiere mandar para atrás el decreto de Macri que le dio recursos que no le correspondían
El Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, rompió con un perfil "dialoguista" para salir con una cadena de tuits temerarios contra el Congreso nacional. Con argumentos increíbles, Larreta pidió desconocer lo establecido por la Cámara de Diputados, que mandó para atrás el decreto de Mauricio Macri, que le regaló recursos extraordinarios a la Ciudad de Buenos Aires.
El Jefe de Gobierno pidió "respetar el federalismo", pero fue el Congreso, donde están representadas las provincias, las que ayer le dieron media sanción al proyecto oficialista. La iniciativa busca restituir a Nación fondos que Macri le transfirió de modo extraordinario a Larreta, un dirigente de su mismo espacio político. Durante 4 años, Larreta recibió 65 mil millones de pesos que no le correspondían y los recibió gracias a un decreto presidencial, que no pasó por el Congreso. ¿Y las instituciones?
Ahora, el Parlamento está revirtiendo esa situación irregular que favorece al distrito más rico del país. Todavía falta que se debata en el Senado. De modo insólito, Larreta dijo que "esto afecta el federalismo del país, porque hoy perjudica a Ciudad pero mañana puede ser otra provincia". El argumento es falso: los fondos de coparticipación se distribuyen según una ley nacional.
Igualmente, Larreta dijo que desconocerá lo resuelto por el Congreso e irá a la Corte Suprema: "Por eso ya presentamos una demanda ante la Corte Suprema de Justicia por el primer decreto. Ahora, frente a este nuevo ataque, vamos a ampliar esta demanda para seguir defendiendo por los medios institucionales lo que le corresponde a la Ciudad", describió.
Y agregó: "Equivale a menos patrulleros. Equivale a la construcción de 217 escuelas primarias, a 13.000 viviendas nuevas en barrios populares, a la construcción de 475 kilómetros de cloacas y pluviales, a la construcción de obras y al mantenimiento del espacio público". Durante su gobierno no se construyó ni un sola escuela primaria y eso lo saben todos los porteños que cada año penan por una vacante en el sistema educativo público.