La Justicia no encuentra a los fideicomisos de Caputo que le mandaron $ 12 millones al neonazi Morel
Violencia opositora.
La justicia no puede ubicar a Caputo Hermanos y a los dos fideicomisos que le mandaron 12 millones de pesos al neonazi Jonathan Morel, el líder del violento grupo Revolución Federal. A los investigadores los mandaron de una dirección a otra, les dijeron que en realidad era otra y terminaron mencionando una tercera en la que ni el encargado del lugar ni los vecinos dicen que funcionan los empresas de la familia tan vinculada a Mauricio Macri, reseñó Página 12.
Pero tampoco parece del todo creíble la fabricación de los muebles, colchones y otros elementos que se habrían mandado a cambio de los 12 millones de pesos: eran casas de familia, pequeños talleres, construcciones precarias, galpones diminutos sin cartel identificatorio y apenas tres locales en los que efectivamente se fabrica o, más bien, se venden cortinas, lámparas o colchones. ¿Una empresa gigante contrató a un pequeño taller de barrio y le adelantó 12 millones de pesos?
La pesquisa que hizo la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) a pedido del juez Marcelo Martínez de Giorgi refuerza la idea de que la operación de provisión a los fideicomisos de los Caputo es sospechosa y el objetivo fue hacerle llegar semejante suma de dinero a Morel y Revolución Federal.
Pero la causa sigue arrojando novedades. Ayer, el juez solicitó a su colega María Eugenia Capuchetti que le remita copias de algunos elementos de la causa del atentado contra CFK con el objeto de establecer posibles vínculos entre la copito Brenda Uliarte y la organización de Morel. Es un pedido en el que insiste la querella de la Vicepresidenta que exige la unificación de las dos causas. Hasta ahora Capuchetti no quiso hacerlo, pero el pedido de Martínez de Giorgi finalmente lo hace de hecho. Otro de los tantos motivos que instan a pensar que Capuchetti no quiere investigar a sectores macristas, sea la familia Caputo o el diputado nacional Gerardo Milman, que un testigo asegura que le escuchó hablar del atentado dos días antes de ocurrir.