Tras negarse a integrar el grupo por cuestiones ideológicas, ahora la canciller Diana Mondino aseguro que el gobierno libertario “podría rever su postura”.
Desde Nueva Delhi, la canciller argentina, Diana Mondino, dejó entrever que el gobierno libertario podría reconsiderar su postura inicial y “estudiar” su nivel de asociación con los BRICS, el bloque político y económico de países emergentes que aglutina a las economías mas pujantes del mundo. Esta declaración refleja un giro inesperado en la política exterior del gobierno, que anteriormente criticaba la cooperación con países como China y Rusia, pero que ahora parece tropezar con sus propias contradicciones al abrir la puerta a posibles vínculos con este grupo. Mondino subrayó que para que la integración sea viable, los BRICS deben desarrollar un sistema financiero propio como alternativa a la plataforma internacional de pagos Swift, lo que contradice la retórica anti-intervencionista del gobierno libertario.

“Sabemos que están tratando de abrirse. Cuando algunas de estas iniciativas empiecen a concretarse, sin duda tendremos que estudiarlas”, afirmó Mondino, según consignó la agencia EFE. Esta afirmación se refiere al interés de los BRICS —integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— en desarrollar un sistema financiero autónomo, lo cual ha sido un objetivo clave del bloque. Sin embargo, este reconocimiento del gobierno libertario de potenciales beneficios de los BRICS contradice sus propios discursos anteriores, que promovían una desvinculación de los lazos con países que no compartían la visión ideológica del gobierno de Javier Milei (que es un reflejo de la de EEUU).
En su participación en un evento organizado por el laboratorio de ideas indio Observer Research Foundation, Mondino también destacó las reformas económicas del presidente Milei, promocionando las “oportunidades del nuevo clima de negocios” en Argentina. Curiosamente, mientras el gobierno intenta seducir a inversores extranjeros con promesas de un mercado más abierto y pro-occidental, sus recientes declaraciones sugieren un interés en explorar alianzas con potencias que forman parte de la esfera de influencia de Rusia y China, los cuales representan modelos económicos y políticos que antes se rechazaban enérgicamente pero que se han mostrado extremadamente exitosos.

Cabe recordar que en agosto del año pasado, bajo el gobierno de Alberto Fernández, los BRICS ya habían acordado la adhesión de Argentina junto con Arabia Saudita, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán. En ese momento, el presidente de Brasil, Lula Da Silva, destacó la importancia creciente del grupo, mientras que el presidente ruso, Vladimir Putin, también subrayó el deseo de expandir la influencia del BRICS en el mundo. La reciente apertura del gobierno libertario a “estudiar” su posible vinculación con este bloque expone las tensiones internas y contradicciones en su política exterior, que oscila entre el rechazo y la pragmática necesidad de vínculos económicos estratégicos.
Este cambio de enfoque contrasta claramente con el discurso libertario original que criticaba asociaciones con potencias emergentes como China y Rusia, lo que pone de relieve las dificultades que enfrenta el gobierno en mantener una política exterior coherente mientras busca capitalizar nuevas oportunidades económicas globales.