En los telegramas de despido, la empresa hace referencia a la “gravísima situación económica”.
La profunda recesión económica y la caída del consumo interno comienzan a afectar con dureza a la industria alimenticia, cobrando una nueva víctima emblemática: Dánica, la histórica marca de margarina, cerró su planta de Llavallol, en el sur de la Provincia de Buenos Aires, tras 84 años de operación.
El cierre definitivo, anunciado recientemente, dejó a 150 empleados despedidos, marcando el fin de una era para una fábrica que inició actividades en 1939. Según fuentes sindicales, los trabajadores ya comenzaron a recibir notificaciones con el pago del 50% de las indemnizaciones, financiado por la venta de maquinaria e instalaciones.
En los telegramas de despido, la empresa invocó el artículo 247 de la Ley de Contrato de Trabajo, que habilita indemnizaciones reducidas en casos de “fuerza mayor”. El Grupo cordobés Beltrán, dueño de la marca, justificó la medida citando una combinación de problemas estructurales:
- Desfasaje de costos y encuadre sindical que, según la empresa, duplica la media de la industria.
- Altos costos laborales y logísticos.
- Profundización de la caída de ventas en un contexto de recesión económica.
Una marca con historia
Dánica nació en 1940, fundada por un inmigrante danés, y en 1963 la planta de Llavallol introdujo su famosa margarina vegetal “Dánica Dorada”. Con el tiempo, la empresa diversificó su producción, innovando en alimentos libres de grasas trans y enriquecidos con nutrientes esenciales.
En 2005, la compañía renovó toda su línea de margarinas y comenzó a elaborar alimentos libres de ácidos grasos trans, sin colesterol y con el agregado de nutrientes esenciales y vitaminas.
Sin embargo, en los últimos años, las dificultades económicas del país derivadas en primer lugar de la pandemia y finalmente de la actual crisis económica que atraviesa el país, erosionaron la viabilidad de su operación. En octubre pasado, Dánica había detenido la actividad en Llavallol, otorgando vacaciones anticipadas a su personal e implementando un plan de retiros voluntarios, preludio del cierre definitivo anunciado ahora.
Impacto de la recesión en la industria alimenticia
El cierre de Dánica no es un caso aislado. Con un consumo interno en declive y un contexto inflacionario que presiona tanto a empresas como a consumidores, la industria alimenticia enfrenta uno de sus momentos más críticos. Empresas emblemáticas que antes eran pilares del mercado ahora luchan por sobrevivir.
El impacto no solo recae en los trabajadores despedidos, sino también en la economía local y en los consumidores, quienes ven desaparecer marcas históricas que fueron parte de la mesa de los argentinos durante décadas.