Make América Great Again: mientras Milei celebra la entrega de empresas estratégicas, Estados Unidos las protege

Mientras el ministro “toto” Caputo junto al gobierno celebran la privatización de IMPSA, Estados Unidos decidió mantener bajo control nacional una de las principales acerías de ese país.

La primera privatización de la era de Javier Milei ha llegado con el traspaso de Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A. (IMPSA) a una empresa estadounidense, consolidando la filosofía libertaria del gobierno argentino de eliminar cualquier control o vestigio de presencia estatal de las áreas clave de la economía. En contraste, Estados Unidos, bajo el liderazgo del demócrata Joe Biden, cuyo gobierno esta de salida, ha adoptado un enfoque diametralmente opuesto al bloquear la venta de una de las principales acerías del país, US Steel a la japonesa Nippon Steel, aludiendo razones de “seguridad nacional”.

Este contraste evidencia la profunda divergencia entre el discurso y las políticas en ambos países y en el caso de los Estados Unidos reafirma que el proteccionismo y las razones de seguridad nacional trascienden a la agenda de disputas del bipartidismo. En este sentido cabe recordar que Donald Trump ya había anticipado también que vetaría la venta de la acería a la empresa japonesa, y además adelanto que impulsara un plan de recuperación de la industria siderúrgica estadounidense.

IMPSA: Privatización de una industria clave para el desarrollo Argentino

El gobierno argentino, en colaboración con el gobierno de Mendoza, ha acordado transferir las acciones de IMPSA a las firmas estadounidenses IAF y Arc Energy. Esta privatización, fue celebrada como un hito por el ministro de Economía, Luis Caputo, y el gobernador mendocino Alfredo CornejoPrivatizamos Impsa. Gran trabajo en equipo de Juan Pazo, Pablo Lavigne y el gobernador Alfredo Cornejo”. comunicó orgulloso este miércoles el ministro Caputo en sus redes sociales.

IMPSA produce y repara las turbinas para distintos emprendimientos hidroeléctricos como los de la Central Hidroeléctrica binacional Yacyretá.

Sin embargo, especialistas de diversas áreas advierten sobre los riesgos de transferir una empresa estratégica y . La privatización de Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A. (IMPSA) ha generado alarma entre los especialistas del sector energético y de defensa. IMPSA es una empresa argentina especializada en la fabricación de grandes equipos de generación de energía tanto en base a recursos renovables como no renovables y es la única compañía en Latinoamérica con tecnología propia para la fabricación de turbinas de generación hidráulica y fabricación de componentes para el plan nuclear argentino que el gobierno libertario dice querer revitalizar.

IMPSA es la responsable de fabricar el recipiente a presión para el primer reactor nuclear argentino para la generación de energía entre otras grandes piezas para el sector nuclear.

En el caso de los hidrocarburos se destaca su rol como proveedora de importantes equipamientos para las refinerías de Lujan de Cuyo y otras. La firma mendocina también tiene a su cargo las modificaciones en las torretas de los tanques TAM del ejercito, actualmente sometidos a un proceso de modernización que implica intervenir sus torretas a fin de poder acoplar los nuevos equipos. La firma mendocina también ha ganado importantes contratos internacionales como ser la provisión de grúas portuarias para la armada de los Estados unidos.

IMPSA fue proveedora de equipos pesados en el marco del proyecto que llevó adelante YPF para la ampliación y modernización de la Refinería de Luján de Cuyo.
Grúas portuarias de gran capacidad producidas por IMPSA.

Estados Unidos: la Defensa de la Industria Nacional

Mientras en Argentina el gobierno carente de visión estratégica celebra la privatización de IMPSA, en los Estados Unidos, Joe Biden vetó la compra de US Steel por parte de la firma japonesa Nippon Steel, argumentando que mantener la industria siderúrgica bajo control nacional es esencial para la seguridad y las cadenas de suministro críticas de Estados Unidos.

“Es mi solemne responsabilidad como presidente garantizar que, ahora y en el futuro, Estados Unidos tenga una industria siderúrgica fuerte, de propiedad y gestión nacional, que pueda seguir impulsando nuestras fuentes nacionales de fortaleza en el país y en el extranjero; y es un cumplimiento de esa responsabilidad bloquear la propiedad extranjera de esta empresa estadounidense vital”, afirmó Biden en el comunicado difundido por la Casa Blanca en el que explica su decisión.

Esta decisión refleja un enfoque proteccionista que prioriza la revitalización de la industria nacional, la creación de empleo y la protección de sectores estratégicos frente a inversiones extranjeras, incluso de aliados cercanos como Japón.

U.S. Steel es el tercer fabricante de acero de EE.UU. Tanto demócratas como republicanos vetaron el control de la acería por parte de accionistas extranjeros.

El Libertarianismo Aplaudido, Pero No Adoptado

La disonancia entre las políticas de Milei y las decisiones proteccionistas de Estados Unidos resalta un hecho contundente: el libertarianismo radical es celebrado por sectores económicos y políticos, pero raramente se implementa en naciones desarrolladas. Mientras Biden multiplica aranceles al acero chino y rechaza acuerdos que debiliten su industria, Argentina apuesta por abrir su economía al capital extranjero, con el riesgo de perder el control sobre sectores estratégicos.

El contraste entre ambos enfoques pone en tela de juicio la viabilidad de las políticas de Milei y deja en evidencia que mientras algunos mandatarios sonrían al presidente libertario por conveniencia y para la foto, lo cierto es que a la hora de pararse ante el mundo las grandes potencias y también otros países desarrollados prefieren blindar su soberanía económica a través de la protección y fomento de sus activos estratégicos. Como sugirió la mandataria italiana Giorgia Meloni “Creo que Milei es una novedad interesante en la escena argentina, pero no creo que lo que propone se pueda replicar en Italia”.

Mientras el gobierno de Milei avanza con políticas que desmantelan industrias estratégicas, Estados Unidos refuerza su base industrial bajo una lógica nacionalista. El eslogan “Make America Great Again”, que Milei adopta como lema propio para su gestión, cobra un significado irónico: mientras Estados Unidos lo utiliza para proteger sus intereses nacionales, Argentina lo traduce en la entrega de sus activos clave. Quizá lo que realmente busque Milei es hacer grande de vuelta a la América de Donald Trump en detrimento de la economía y soberanía Argentina.

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