El exdirector del BID, Mauricio Claver Carone, que supo ser un hombre cercano a la política argentina, confirmó en la CNN que el FBI investiga la criptoestafa y que hay mas causas judiciales en curso.
El escándalo por la criptoestafa que involucra a empresarios y operadores cercanos al gobierno de Javier Milei ha dado un giro explosivo: según fuentes citadas por CNN, el FBI ya inició una investigación formal sobre el caso, lo que podría convertirse en un verdadero dolor de cabeza para el presidente argentino cuya figura quedo notoriamente desgastada tras el escandalo internacional.
El avance de la pesquisa en territorio norteamericano no solo pone en jaque a los principales responsables del fraude, sino que también amenaza con afectar la ya frágil relación entre Milei y la administración de Donald Trump, a quien el mandatario argentino ha intentado acercarse en reiteradas ocasiones sin resultados palpables.
Un enemigo dentro del círculo de Trump
Uno de los elementos más preocupantes para Milei es el rol de Mauricio Claver-Carone en la investigación. El exdirector del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), destituido tras un escándalo interno, es una de las voces republicanas más críticas del líder libertario dentro del círculo de Trump. Su influencia es tal que algunos lo señalan como una figura con más peso en la relación bilateral que el propio secretario de Estado, Marco Rubio.

Claver-Carone, quien ya ha expresado su escepticismo sobre Milei y su gobierno, podría utilizar este escándalo financiero como un argumento para bloquear cualquier intento de acercamiento entre la administración libertaria y el entorno de Trump.
Un obstáculo en la relación con Washington
La creciente presión de la justicia estadounidense complica seriamente los planes de Milei para obtener respaldo del Departamento de Estado y del propio Trump. Si bien desde el entorno republicano se ha hablado de posibles acuerdos que permitan atraer inversiones a Argentina, el Criptogate se erige ahora como una amenaza que podría cerrar puertas en Washington.
Con el FBI profundizando la investigación y la incertidumbre política en aumento, Milei enfrenta un dilema clave: cómo sostener su discurso de alineamiento con Estados Unidos mientras la justicia de ese país pone en la mira a su círculo más cercano.