Un informe de la Universidad nacional de Avellaneda (Undav), señala que a pesar de una retórica altamente reactiva al exceso de gasto público por sobre los ingresos, tanto en el año pasado, como en lo que va 2017 no se ha verificado una reducción del déficit por parte de la administración central. Muy en contrario, a partir de una caída en la recaudación real, producto de la recesión económica del último año y medio, los ingresos se retrajeron y el déficit fiscal empeoró.
No obstante, el actual gobierno sigue considerando una necesidad estratégica la reducción del déficit como único canal para propiciar un sendero de crecimiento sustentable y mejorar las condiciones para que los grandes capitales apuesten a invertir en nuestra economía. Por esto, se prevé un ajuste fiscal para la segunda mitad del año. Diferentes señales por parte de los administradores gubernamentales indican que se piensa avanzar sobre los subsidios económicos a los servicios públicos y se espera desarrollar una serie de reformas estructurales. Con compromisos de gastos inelásticos y el cese del ingreso extraordinario por la tasa de penalidad del blanqueo de capitales, se revela la dificultad de alcanzar el déficit fiscal objetivo para este año, fijado en el 4,2%. En este marco, desde el Observatorio de la Universidad Nacional de Avellaneda, realizaron un análisis económico y financiero de las cuentas públicas nacionales. Como se sabe, en el último año se produjeron importantes mutaciones en nuestra matriz tributaria, donde impuestos progresivos como bienes personales y el impuesto a las ganancias perdieron participación relativa. Es por esto que el informe de la Undav, al que tuvo acceso este medio, establece hipótesis sobre el desempeño de las cuentas públicas en lo que resta del año, comparando las previsiones oficiales con la proyección de evolución de las distintas variables macroeconómicas.
En primer lugar, el informe del Observatorio UNDAV establece un análisis de ingresos y gastos del sector público nacional no financiero del primer trimestre de 2017 en comparación con el mismo período de 2016 se observa que hubo una mejora nominal en el resultado primario, que pasó de un quebranto de 45.913,8 millones de pesos en 2016 a un déficit de 41.343,8 millones en 2017. Sin embargo, el crecimiento del pago de intereses de un 57,1%, que pasó de 18.652,2 a 29.293,4 millones de pesos, hizo que se deteriorara más el resultado financiero negativo que pasó de -64.566,0 a -70.637,2 millones de pesos, un incremento del 9,4%. No obstante, la inflación interanual promedio del período (según datos de IPCBA) se ubicó en 36,2% por lo que en términos de poder adquisitivo en monto deficitario es menor.
Por tanto, según comentan los investigadores, “los ingresos totales crecieron el 41,2% (hasta $467.685,2 millones), mientras que los ingresos tributarios crecieron un 38,2%”, principalmente por las contribuciones a la seguridad social, el impuesto a los débitos y créditos, impuestos internos, combustibles y el resto de los impuestos tributarios. También tuvieron buen desempeño los ingresos del resto de rentas de la propiedad e ingresos no tributarios.
En cuanto al gasto total primario, los economistas de la UNDAV consignan que “subió un 35%, (unos $377.043,3 millones), o sea, un 1,2% menos que la inflación”. Las prestaciones sociales crecieron un 42,6%, más que la inflación, por rubros como Jubilaciones y pensiones contributivas (+43,4%), Asignaciones familiares y por hijo (+55,2%) y Otros programas (Progresar, Argentina Trabaja, otros) (+40,2%). Los subsidios disminuyeron un 0,1%, hasta 35.910,9 millones de pesos, bajando así en términos reales. Los de energía bajaron un 21,7% nominalmente ($14.722,9 millones) y los de transporte subieron un 17,3% hasta $19.800,6 millones. Los gastos en salarios se ubicaron en 74.586,1 aumentando un 31,7%, un poco menos que la inflación calculada. Las transferencias a provincias aumentaron fuertemente un 134% hasta $16.833,0 millones, por rubros como Educación, Seguridad Social, Desarrollo Social y Otras transferencias. En tanto que los gastos de capital subieron un 37,3% hasta $51.392,9 millones. El siguiente gráfico, sintetiza los fenómenos explicitados:
Resultado consolidado del sector público nacional
(en % de variación anual primer trimestre 2016 vs primer trimestre 2017)
Fuente: elaboración propia en base a datos de Ministerio de Hacienda
Con respecto al déficit fiscal propuesto por el Gobierno, el informe señala que “los resultados promisorios de los meses pasados han estado altamente incididos por la dinámica del blanqueo de activos aprobado en 2016, y los consecuentes ingresos tributarios que ingresaron en concepto de multas por la exteriorización de activos”. Sólo en el 2016, se recaudaron producto del blanqueo, 106.769 millones de pesos promoviendo un efecto positivo inusual sobre los resultados fiscales considerando qué se tratan de ingresos extraordinarios. El año pasado, teniendo en cuenta las entradas de tributos por blanqueo, el déficit primario de la administración central llegó a 4,6% del PBI, lo cual implicó el cumplimiento de la meta fiscal preestablecida por el Gobierno (4,8% del PBI). Sin embargo, sin tener en cuenta estos ingresos el déficit primario hubiera llegado a 5,9% del PBI, por lo que se habría incumplido en más de un punto porcentual la meta antedicha.
Según indica el informe “sólo en el mes de marzo de 2017, el último mes de vigencia del blanqueo, ingresaron unos 28 mil millones de pesos por este régimen, mientras que, en el consolidado del primer trimestre del corriente, se alcanzó un monto cercano a los 40 mil millones de pesos”. En el primer trimestre del año los ingresos acumulados del primer trimestre del año 41,2% mientras que los gastos primarios aumentaron 35%. Incluyendo el ingreso por blanqueo, el resultado fiscal primario arrojó un déficit de 41.344 millones de pesos, número que implica un 0,4% del PBI, y posibilitó cumplir con la meta fiscal para el primer trimestre del año (0,6% del PBI). El ingreso inusual, posibilitado por el sinceramiento fiscal permitió entonces alcanzar con holgura la meta prefijada. No obstante, estos recursos extraordinarios no se mantendrán en lo que resta del año. De hecho, es objetable el sólo hecho que se los compute como ingresos corrientes.
Dado este contexto, los economistas de la UNDAV efectuaron el cálculo de los ingresos tributarios “netos” del blanqueo. En este último caso, vale mencionar que no se habría podido consolidar la meta necesaria para el primer trimestre del año (que implicaba unos 58.500 millones de pesos de déficit). En su lugar, el resultado primario hubiera registrado un déficit de 80.834 millones de pesos, incumpliendo en un 38% lo proyectado por el gobierno. En relación al PIB, el resultado consolidado hubiera sido de un quebrando del 0,8%, es decir, 0,2% más de la meta propuesta.
La dinámica de los ingresos tributarios de abril, o del primer trimestre (neto del ingreso por blanqueo) es el resultado de un conjunto de políticas que tendió a reducir la carga impositiva de distintos sectores, especialmente de aquellos de altos ingresos, y del menor crecimiento en términos nominales de algunos tributos que dependen del nivel de actividad económica.
En este sentido, resulta relevante establecer una proyección del déficit fiscal primario para lo que resta del año 2017, tomando en consideración el efecto negativo sobre el resultado primario del agotamiento del ingreso de fondos del blanqueo. Un primer escenario se puede diseñar a partir de observar que, de no haber entrado los fondos excepcionales del blanqueo, los ingresos tributarios hubieran crecido 30,8% durante el primer cuatrimestre del año, mientras que los gastos primarios hubiesen verificado un aumento del orden del 35,8%. Proyectando esta diferencia para los cuatrimestres restantes del 2017 se tiene que se podría llegar a un déficit primario de 6.6% en relación al PBI, o de 238.255 millones de pesos corrientes. Este escenario es el que consideramos tiene mayor probabilidad de ocurrencia.
Otra posibilidad aún más auspiciosa para las expectativas oficiales, comentan los investigadores del Observatorio, surge de suponer que igualmente el gobierno logrará mantener el ritmo de crecimiento de los ingresos totales del primer cuatrimestre, a pesar que no dispondrá de fondos del blanqueo. En ese caso, se proyecta una tasa de aumento del 39,6% para el segundo y el tercer cuatrimestre, mientras que se mantiene el porcentaje de alza de los gastos en el 35,8%. El resultado final en este escenario más conservador sigue siendo el de un déficit consolidado del 5,7% del PBI, lo cual posicionaría al resultado primario en 1,5 puntos porcentuales por sobre el objetivo oficial. Dicho de otra forma, requeriría un ajuste cercano al $144.000 para lograr la meta del 4,2%.
Un tercer y último escenario se podría pensar a partir de contemplar un eventual desvío en los parámetros macroeconómicos de evolución de la actividad en 2017.Ocurre que, al plantearse el objetivo en función al nivel de producción interna bruta (PBI), un posible desvío a la baja respecto de la previsión oficial (del orden del 3,5%, según Ley de Presupuesto 2017) impactaría sobre el nivel de déficit primario 2017. En números, tanto un desvío del crecimiento real a la baja, en dos puntos porcentuales, esto es, un crecimiento económico del 1,5% en 2017, como una inflación superior a la esperada, del orden del 21,7%, causarían el mismo efecto: una suba del déficit consolidado al 6,8% total al cierre de 2017. Con todo, se resumen los tres escenarios explicados precedentemente en el siguiente cuadro.
Proyección del déficit fiscal 2017
(en % del PBI y millones de pesos)
Fuente: elaboración en base a datos de Ministerio de Hacienda y estimaciones propias
Con todo lo anterior, del análisis fiscal llevado adelante por los investigadores del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV surgen las siguientes conclusiones sobre la evolución de la recaudación, el gasto y el resultado económico global de la administración central:
• Manteniendo diferentes escenarios sobre el comportamiento de parámetros de ingresos y gastos, se pueden establecer hipótesis sobre el “esfuerzo económico y social” de cumplir con la meta fiscal de 2017.
• Así, se estima que, aun estableciendo el escenario más conservador, lograr un déficit primario del 4,2% ($409.500 millones) redundaría en una necesidad de ajuste por $143.900 millones en lo que resta del año.
• Esto representa 5,7 puntos del PBI, que a su vez equivalen a casi 8 veces del presupuesto en vivienda, el 109% del presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social.
• En un escenario intermedio, se consolida un desvío del orden de los $238.000 millones respecto de la meta oficial, equivalente a 6,6% del PBI. Por su parte, en el caso más agresivo se podría registrar un bache fiscal de $246.000 millones (6,8% del PBI), equivalente al 30% del presupuesto para jubilaciones.
• Con todo, y en la hipótesis del escenario más favorable, el recorte del gasto público representaría más del 90% de las pensiones no contributivas pagadas por el Estado.