Oscar Luciani, intendente de Luján y Ricardo Curone, secretario de Salud, le pidieron "discreción" a la familia de la beba fallecida por mala praxis y le dijeron “arreglemos esto entre nosotros, sin que intervengan los medios o los abogados”. Ofrecieron una casa y un sueldo. Los familiares denunciaron el tema y piden que interpelen al intendente.
El caso, por llamarlo de algún modo, comenzó cuando la pequeña Mélani, de tan sólo 8 meses, fue llevada por su familia al Centro de Atención Comunitaria del barrio San Fermín, en Luján, por un control ordenado por el departamento de cardiología del hospital Gutiérrez, de Capital Federal.
No fue, bajo ningún aspecto, una emergencia. Su madre pidió el turno con antelación y llegaron al CIC de San Fermín sin apuro. La doctora del Centro de Atención “la notó mal” y decidió darle seis disparos de “paf” (un inhalador que suministra medicamento en forma de partículas de polvo), sin tener consideración que el mismo tiene una elevada cantidad de corticoides peligrosos para el corazón de la beba. La familia, alarmada ante el irresponsable accionar de la doctora, decide llevar a Mélani a la guardia pediátrica del Hospital Nuestra Señora de Luján, que ya acumula numerosas denuncias por mala praxis. Una vez allí, se lleva a adelante un análisis de la beba y le informan a la familia que “Mélani está bien”, pero de todos modos le dieron otros seis disparos fatales de “paf”, que le provocaron la muerte.
Ante la conmoción que la noticia causó entre sus familiares, los médicos se apresuraron a dejar a la familia encerrada en la sala de guardia. A los pocos minutos se presentó Oscar Luciani, intendente de Cambiemos de Luján y Ricardo Curone, secretario de Salud. Le pidieron discreción a la familia y que “arreglemos esto entre nosotros, sin que intervengan los medios o los abogados”.
Curone, encima, sacó un rollito de billetes y se lo metió en el bolsillo al abuelo de la nena. Luciani, inmutable, les aseguró que si callaban les daría una casa y 15 mil pesos por mes hasta el fin de su mandato. El intendente entonces le dijo a la madre de Mélani: “Venite el lunes que te vamos a dar esto y nos firmás un documento en blanco”.
“La vida de mi nieta no se compra”, le respondió el abuelo y arrojó al suelo el rollito de billetes. Acto seguido, se llevaron a cabo las denuncias policiales correspondientes, que quedaron radicadas en la fiscalía de Investigaciones Complejas de Mercedes, donde quedaron implicados el intendente Oscar Luciani, el secretario de Salud Ricardo Curone, los médicos intervinientes y hasta el fiscal.
Al intento de soborno por parte del intendente, se le sumó la "colaboración" de la policía local y la actuación del fiscal interviniente en el caso. Resulta que, cuando se llevó a cabo la exhumación del cuerpo, salió a la luz que no se había preservado correctamente el cuerpo de Mélani, dado que lo habían colocado en un cajón común sin precintar. De este modo, se dificultó la investigación. El cuerpo, además, había sido enterrado en la sección de “NN” del cementerio, en una evidente burla a su familia. Luego de exhumar el cuerpo, lo enviaron a Carmen de Areco, donde no hay refrigeración. Conscientes del sugestivo error, deciden enviarlo a Chivilcoy. De este modo, tuvieron que recorrer otros 70 kilómetros hasta Luján, y hacer otros 120 kilómetros más hasta Chivilcoy, echando a perder las pruebas de la mala praxis.
A la sesión que llevó adelante el Concejo Deliberante recientemente, se presentaron los familiares de Mélani, amigos, ciudadanos en general y todos los medios locales. Al entrar en sesión, se le permitió a los familiares que hagan uso de la palabra. Jorge Sánchez, abuelo de la nena fallecida, declaró entonces que “el secretario de Salud, Curone, me llamó por teléfono. Pero no lo hizo para expresar sus condolencias como un ser humano decente, sino para intimidarme para que no meta a los medios ni a los abogados. Y mientras este sinvergüenza me amenazaba, en el Hospital de Luján adulteraban la historia clínica de mi nieta para que no se sepa que le dieron tantos “paf” hasta matarla”.
Luego contó otro bochornoso momento del intendente Oscar Luciani, quien acumula más de treinta causas judiciales en su contra: “… entonces el intendente y el secretario de Salud me pasaron un documento para que firme, que tenía un espacio en blanco. Pero en ese momento entró la asistente social y dijo: “¿Qué está pasando acá?” y los tipos agacharon la cabeza como si les hubieran arruinado el pastel. Entonces la asistente comenzó a gritar y se llevó el documento”.
En las próximas horas se espera que la asistente brinde su declaración del hecho. Hasta entonces Oscar Luciani, intentará continuar con su campaña de cara al 2019.