Con un centro a Scioli, Schiaretti deja a Massa en off side
El precandidato presidencial oficial de Juan Schiaretti es, obviamente, José Manuel De la Sota, su socio político, y con quien se está alternando en la gobernación cordobesa. Sin embargo, ya electo gobernador, comienza a avizorar más allá de octubre, e incluso de agosto, para comandar una provincia clave y compleja en un marco nacional que casi por descontado no presidirá su padrino político.
Más complicado aún queda Sergio Massa, un incómodo aliado bonaerense, que cada vez aporta menos al plano nacional. De hecho ayer fue Massa quien mendigó una foto triunfalista con brazos alzados. Sin embargo, y a diferencia del duro discurso de De la Sota para con Scioli y Macri, a quienes llamó “los perdedores del día”, Schiaretti brindó un tono conciliador. "Córdoba no es una isla”, afirmó y también que "respetando a todos los que piensan distinto, tengo firmeza en mis convicciones porque llevo en mi alma la mejor doctrina que es la de Juan y Eva Perón".
Detrás del telón, no es difícil adivinar el lógico reposicionamiento del futuro gobernador peronista con un probable gobierno peronista nacional, encabezado además por un dirigente moderado como Daniel Scioli. Sobre todo, proyectando que en agosto las PASO releguen a su socio natural y local, De la Sota con un igualmente probable –aunque cada vez más incierto– triunfo de Massa.
Ya durante la campaña, Juan Schiaretti había dicho, en más de una oportunidad, que mantenía buenas relaciones con todos los competidores por la presidencia, más allá de que su candidato era De la Sota. Incluso mencionó que tenía diálogo con Carlos Zannini, quien fuera compañero de cárcel de dos de sus ex ministros durante la última dictadura.