Los desafíos de Molina y Grindetti
Por primera vez desde su conformación, el PRO probará su capacidad de gestión en la Tercera Sección electoral del conurbano, un territorio peronista por excelencia y bastión del Frente para la Victoria en estos últimos años. En este sentido, los gobiernos municipales del chef Martiniano Molina, en Quilmes, y del exfuncionario porteño, Néstor Grindetti, en Lanús serán claves para el devenir político de la alianza Cambiemos y del macrismo en particular.
En términos electorales, lo que se apreció en ambos muncipios es que los vecinos castigaron con el voto de octubre a las gestiones de Francisco Gutiérrez (Quilmes) y Darío Díaz Pérez (Lanús), intendentes del Frente para la Victoria. La hipótesis de que lo que primó fue el rechazo a las administración local por sobre la predilección por el espacio de Cambiemos se corroboró al mes siguiente en el balotaje presidencial, donde Daniel Scioli superó a Mauricio Macri en los dos distritos.
Es por ello que el principal desafío que tienen por delante Grindetti y Molina es demostrar que pueden mejorar los servicios respecto de sus predecesores: el ordenamiento del tránsito, bacheo, recolección de residuos, limpieza, alumbrado, el estado de las escuelas y hospitales, serán la principal vara de medida para los jefes macristas.
La ventaja con la que cuentan es que tendrán el apoyo de la Gobernación vía María Eugenia Vidal y el de Nación con Mauricio Macri. Ambos ejecutivos pueden aportarle recursos a los jefes comunales para tales fines. En el pago chico se recostarán en funcionarios radicales, aunque el resultado de ello es incierto.
La desventaja es que tendrán que superar un Concejo Deliberante adverso, ya que ninguno cuenta con la mayoría propia en el HCD, lo que los obliga a buscar concenso con las otras fuerzas. En el caso de Grindetti, ya hubo acuerdo con el sector de Nicolás Russo (FR) y les concedieron la direción del Consejo Escolar. Por su parte, los ediles de Gutiérrez le facilitaron al cocinero un eventual aumento de las tasas municipales.
La vara de medición incluye también la comparativa con los partidos lindantes, todos liderados por el FpV. Patricio Mussi en Berazategui, Jorge Ferraresi en Avellaneda y, en menor medida, Martín Insaurralde en Lomas, se convirtieron en referencias de gestión ineludibles para la Sección. La prueba de ello fue que los tres lograron ser reelectos con amplia ventaja sobre sus rivales.
Es a considerar que para los jefes comunales del FpV también se avecinan años complicados. Por primera vez no contarán con el apoyo de la Provincia ni de Nación para gobernar. Por caso, Ferraresi amagó el mes pasado con recortar las horas extras de los municipales por decreto, aunque luego dio marcha atrás.
Hasta ahora el FpV había ganado la interna peronista en la Tercera y, con excpeción del retornado Darío Giustozzi (Brown), ningún intendente de la sección se había fugado al Frente Renovador de Sergio Massa. Pero tras la derrota de Scioli y Aníabal Fernández, la disputa se recrudeció en el sur. El sheriff de Ezeiza, Alejandro Granados, expresó a los gritos no tener nada que ver con Frente para la Victoria, mientras que Ferraresi exclamó que la unidad del peronismo se hará con Cristina Kirchner a la cabeza. A ellos hay que sumar el rol que ocupará el exintendente de La Matanza y debilitado presidente del PJ Bonaerense, Fernando Espinoza. La interna feroz del justicialismo en todos sus niveles le dará aire a político a Cambiemos y sus intendentes.
El últmo de los ejes a considerar es el económico. Es un plano que excede las responsabilidades de Grindetti o Molina, pero si las medidas que toma Macri lapidan el poder adquisitivo de los salarios a través de la inflación y la quita de subsidios, la bronca también se trasladará a los pagos chicos. Por otro lado, las amenazas de recortes de personal municipal, también colaboran al temor de un ajuste inminente.
La capacidad de gestionar los servicios de mejor manera que los predecesores, la forma en que se reacomode el peronismo y las medidas económicas de Macri, dependerá el éxito o el fracaso de los mandatos de Grindetti y Molina. Los resultados se podrán en las elecciones intermedias de 2017.