Encuentro oficial: el Papa le regaló a Macri un medallón “que une lo que está separado”
La primera reunión entre el presidente Mauricio Macri y el Papa Francisco desde el triunfo electoral de Cambiemos, concluyó esta mañana luego de una audiencia privada de menos de 30 minutos en el Vaticano.
Macri arribó a la Santa Sede a las 9.30 hora local (las 5.30 de la Argentina) acompañado de su esposa Juliana Awada y de su comitiva oficial, que tras la reunión privada se sumó al encuentro para la foto de protocolo junto al Pontífice.
"¿Cómo le va Francisco? Un gusto", respondió el mandatario antes de que con un "avanti" el Santo Padre lo invitara a pasar al lugar de la reunión. Tras el encuentro entre ambos, el Pontífice saludó a la Primera Dama Juliana Awada y luego al resto de la delegación.
Uno por uno, Francisco fue estrechando las manos del gobernador de Mendoza Alfredo Cornejo, el de Salta Juan Mauel Urtubey y la de Tierra del Fuego, Rosana Bertone, que saludó con un beso al Obispo de Roma.
También saludaron al Pontífice el jefe de Gabinete Marcos Peña, la canciller Susana Malcorra, el embajador ante el Vaticano, Rogelio Pfirter, el secretario de Asuntos Estratégicos Fulvio Pompeo, el secretario de Culto Santiago de Estrada, así como el vocero presidencial Iván Pavlovsky.
El mandatario se reunió 22 minutos con el Sumo Pontífice, quien le regaló un medallón con un olivo "que une lo que está separado". "A los jefes de Estado me gusta regalarles esto", le dijo Francisco a Macri.
Además, el pontífice le entregó a Macri un ejemplar de la encíclica ´Laudato Si' y uno de la exhortación apostólica Evangelii Gaudium, que "son sobre el cuidado del medio ambiente y la doctrina social de la Iglesia", describió.
A su vez, el mandatario entregó al Pontífice un poncho, una Cruz de Matará y una colección de 12 discos compactos "con nuestra música", como le describió.
Tras el encuentro con Francisco, Macri se reunió con el secretario de Estado del vaticano, Pietro Parolin, miembro además del Consejo de Cardenales que asesora al Papa en la reforma de la Curia, conocido como "C9".
Durante la visita PRO a Roma, un grupo de militantes sociales y murgueros realizó una protesta en favor de la liberación de la dirigente social detenida Milagro Sala frente al hotel del centro en el que se hospeda el presidente.Alrededor de una treintena de manifestantes realizaron una protesta frente al Hotel de Russie, ubicado a metros de la Piazza del Popolo, sosteniendo carteles pidiendo “Libertad para Milagro Sala” y “Patria sí, Buitres no”.
La manifestación fue ruidosa porque además de cánticos sonó con fuerza la batucada de la murga, frente a la mirada sorprendida de los transeúntes romanos que les sacaban fotos.