Editorial de La Nación descalificó la Ley de Paridad de Género

Nuevamente el periódico La Nación, se metió de lleno en debates que están en la agenda política parlamentaria.
La Ley de Paridad de Género que divide aguas en el arco político, fue el eje de la descalificación por parte de uno de los principales diarios del país.
La ley que fue aprobada en la provincia de Buenos Aires, obliga a los partidos a constituir paridad entre hombres y mujeres.
Con el desatinado título "La Ley de cupo femenino es francamente discriminatoria", el editorial de La Nación ya marcaba tendencia de los que se vendría después.
"Pocas veces se ha visto una medida tan poco razonable", sostiene el editorial que solapadamente construye y anticipa los escenarios de discusión posibles de los grandes temas de la política y genera terreno para las postura conservadoras alineado al gobierno nacional.
En otro pasaje del Editorial, el diario sostiene: "El asombro parte de la disposición constitucional prevista en el artículo 16 de la Ley Fundamental, cuando expresa que "todos sus habitantes son iguales ante la ley y admisibles en los empleos públicos sin otra condición que la idoneidad", sin prerrogativas de sangre ni de nacimiento".
"Con la demagógica disposición que comentamos, si hubiese 100 cargos en disputa y uno de los sexos reuniera a los 60 ciudadanos más idóneos, habría diez de ellos que no podrían acceder, pues serían suplantados por la mitad que accede obligatoriamente por cuestión de género", dispara el periódico que al parecer desconoce los fundamentos que sostienen la ley, basados en la necesidad de finalizar con prácticas que no permiten el desarrollo de otros géneros que nos sea el masculino en la política.
Los principales cargos de decisión y ejecución en los partidos políticos siempre han estado ocupados por hombres, a pesar de los debates que atravesaron las organizaciones y partidos por la cuestión de género.
"Indudablemente, la modificación no tiene en cuenta al elector, a quien no debería preocuparle si sus representantes son hombres o mujeres, sino si los elegidos son los más capaces para el cargo que aspiran a desempeñar; éste es el criterio razonable y lógico: la capacidad y el voto ciudadano que los apoya y en quienes sus conciudadanos confían", sostiene, dejando de lado que la estigmatización sobre la falta de idoneidad de la mujer por el hecho de ser mujer es lo que justamente se pone en discusión.
Para rematar hace una comparación poco feliz "Como sabemos que no podemos elegir a un menor de edad para un empleo -por lo menos hasta que no se cree el "cupo infantil"-, pero resulta difícil entender que se pueda elegir sólo un 50% de mujeres o un 50% de los hombres".
"Otro de los puntos por tener en cuenta es cuántas mujeres participan hoy en política. ¿Tienen todos los partidos las suficientes candidatas como para completar la mitad de los cargos de todas las listas? O, como ocurre actualmente, a falta de candidatas, ¿esos puestos se seguirán cubriendo con esposas, novias, hermanas o amigas de legisladores y funcionarios públicos?". Este final no merece remate.