De regreso a los bares: termina Fútbol Para Todos
Macri se reunió en Casa de Gobierno con el titular de ese programa, Fernando Marín, y anunció que a fin de año el Estado dejará de aportar plata para la transmisión televisiva del principal deporte del país. En campaña había prometido que lo mantendría.
Ayer, el presidente Mauricio Macri confirmó que a fin de año el Estado nacional dejará de aportar recursos al programa Fútbol para Todos que comenzó en agosto de 2009 y permite la transmisión por televisión abierta de los partidos de fútbol.
La reunión entre el primer mandatario, el titular de ese programa, Fernando Marín, y el secretario General de la Presidencia, Fernando de Andreis, se realizó en el despacho de la Casa Rosada y terminó por romper otra promesa electoral de Cambiemos.
Semanas atrás, De Andreis había explicado que este año el Estado aportaría al Fútbol para Todos los 1.850 millones de pesos prometidos en el contrato de 2016, firmado a principios de año.
Pese a los tironeos con los dirigentes de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), el gobierno no accedió a incrementar esa suma y, ahora, se dispone a no poner un peso más el año próximo. Mientras, los equipos de Primera División analizan hacer un paro por la falta de recursos.
El secretario general de la Presidencia había advertido que "es muy fácil salir a reclamarle al Estado que sea una suerte de ambulancia del despilfarro de la AFA".
"El problema y la solución están en AFA. En vez de gastar disparates, en el mejor de los casos, porque hay serios indicios de corrupción, deberían devolver el dinero para que se transparente todo. Si los clubes dejan de financiarse a través de la deuda con AFA todo se solucionaría en un 80 por ciento", aseveró.
El funcionario había advertido además que "con el nivel de despilfarro, la corrupción, la poca profesionalización en la administración de los recursos y los disparates que se han pagado en algunos casos, no hay bolsillo que aguante".
Antes del FPT la mayoría de los partidos eran transmitidos por una señal de cable y, los partidos más importantes de la fecha, bajo el sistema de televisión codificada pay-per-view (pagar para ver) por lo que mucha gente debía trasladarse a bares o resignarse a mirar las tribunas.