“Cuando el fuego crezca quiero estar allí”
Al conmemorarse el decimoquinto aniversario de las jornadas históricas del 19 y 20 de diciembre de 2001 el país se encuentra gestionado por el mejor “equipo de los últimos 50 años” que cuentan en sus antecedentes haber sido los responsables de la decadencia política, social y económica por la que tuvo que atravesar Argentina.
La violencia ejercida por el establishment, los grupos concentrados de poder y el gobierno del ex presidente Fernando de la Rua (1999-2001), asesinó a 38 personas en todo el país en apenas dos días; eso sin contar a los miles que fallecieron gracias a las políticas económicas digitadas desde otras capitales del famoso primer mundo.
La ex miembro de la Alianza y ahora figura central de Cambiemos, la diputada Elisa Carrió dijo el domingo pasado por TV que “el 20 de diciembre de 2001, los que mataron en Plaza de Mayo, estaban enviados por la Provincia de Buenos Aires. Los muertos del golpe a De la Rúa son muertos puestos por los que querían el poder”.
Otros ex funcionarios de la Alianza que ahora se pasean con total impunidad por canales de TV, radios y mantienen sus sobvervias oficinas en los diferentes ministerios son personajes como la actual ministra de seguridad Patricia Bullrich; el entonces ministro de Cultura, Hernán Lombardi. Y funcionarios como Darío Lopérfido, José de la Sota, Prat Gay y otros que hoy forman parte de ese famoso “mejor equipo de los últimos 50 años”.
Recordemos que los primeros “actos” se originaron con diferentes saqueos a supermecados que comenzaron en el interior del país en las últimas horas del 18 de diciembre de 2001. Así comenzaban las protestas decididas contra una década de infamia neoliberal. Sectores medios urbanos confluyeron con los desposeídos de los ’90 y sus movimientos piqueteros. El 19 y 20 el Congreso y la Plaza de Mayo recordaban escenas el Cordobazo o la lucha del pueblo palestino por su liberación. El pueblo con piedras, la policía (uniformada y de civil) con balas de goma, plomo, gases lacrimógenos (vencidos en buena parte de ellos), caballos, motos, palos, etc, etc,etc.
Llegó la muerte, las detenciones arbitrarias, golpes a las Madres de Plaza de Mayo, heridos, asfixiados, consignas y muy a lo lejos se respiraba que en esa consigna vacía del “que se vayan todos”, había una más superadora, sin nombre aún, pero que transformó al país desde 2003 hasta 2015.
El presidente debió retirarse en helicóptero, pero volvieron de la mano de Mauricio Macri. El resto es historia conocida, y futuro incierto.