El hijo del presidente de la Cámara de Diputados vivió la épica remontada ante el PSG al borde del campo de juego. Pagó una fortuna en la reventa y se metió a festejar con los jugadores. “¿Quién no sueña con festejar algo así?”, se excusó.
Ramiro Monzó, el hijo del presidente de la Cámara de Diputados y principal armador del PRO, fue uno de los tantos hinchas que vivieron en persona la hazaña que consiguió Barcelona en la Champions League, al revertir una serie que perdía por cuatro goles con un 6-1 al PSG francés.
Pero, a diferencia del resto, Monzó, que está de vacaciones con un grupo de amigos, aprovechó su ventaja de espectador privilegiado en la fenomenal remontada de Barcelona y cuando Sergi Roberto anotó el 6-1 en el quinto minuto de descuento, no dudó en saltar dentro del rectángulo para sumarse a los festejos.
“Se dio un poco de casualidad. Queríamos ir a ver el partido y sólo podíamos conseguir entradas en la reventa así que compramos lo que había. Mis amigos fueron a la segunda bandeja y a mí me tocó una que decía primera fila, pero yo pensé que era en la platea. Cuando la acomodadora abrió el cerco y me hizo entrar a la cancha, a una fila de asientos detrás del cuerpo técnico y los jugadores que no habían sido convocados, no lo podía creer, así que me acomodé y empecé a filmar todo lo que podía. Tenía los jugadores y el cuerpo técnico muy cerca, incluso hablé un poco con el preparador físico, pero tampoco quería molestarlos”, contó a La Nación.
“Cuando metió el gol Cavani -el descuento de PSG- parecía que se caía todo, pero la gente respondió de manera impresionante. Cuando Sergi Roberto hizo el gol, lo primero que reaccioné fue a correr y entrar en la cancha. Ni lo pensé, fue algo muy emocionante, y cuando lo vivís ahí, sentado al lado de la cancha, es como que formás parte del partido, el impulso te lleva a hacer eso”, comentó.
“Metí una corrida como nunca en mi vida y de repente veo que llegué antes que otros jugadores. Ya casi estaba para saltar con ellos, pero en ese mismo segundo me di cuenta que no podía estar allí. Me quedé festejando en un costado. Enseguida se acercó alguien de seguridad, pero para evitar algún problema, salté a la popular detrás del arco y me fui a festejar con la gente”, amplió Monzó.
Todavía sin poder creer lo que había vivido y ya a la salida del estadio cuando se reunió con sus amigos, reconoció que “fue la adrenalina del momento” la que le hizo festejar. “Es una sensación hermosa. No se vive nunca más. Era uno de los goles más importantes de Barcelona y yo estaba ahí. ¿Quién no sueña con festejar algo así? Cuando compramos las entradas nunca imaginé que podía llegar a estar ahí. Fue una experiencia increíble”, finalizó.