Fallo caso YPF, una lectura política
Por Ignacio Corradi
El reciente fallo de la justicia estadounidense a favor de la firma Burford en el marco de la causa por la expropiación de YPF en 2012 presenta diversas aristas en el plano jurídico. En primer lugar, estamos ante un fallo que se presenta como dividido ya que por un lado exime a la petrolera de bandera de abonar el monto reclamado por el fondo buitre. Por otro lado, hace recaer dicha responsabilidad en el Estado argentino.
Si bien aún quedan dos instancias de apelación el monto final es realmente significativo y de ser rechazados los recursos presentados por la defensa argentina al país se le abriría un frente de conflicto más al ya complicado y delicado escenario macroeconómico actual con la gravosa carga de deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) como protagonista central. Más allá de los tecnicismos y vericuetos jurídicos que envuelven a esta causa, lo que interesa proponer aquí es la mirada política que atraviesa al asunto.
La vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, hizo días atrás durante su discurso en el CCK una interesante lectura que nos puede servir como disparador para analizar este fallo, el contexto en el cual se da y sus implicancias: En relación al lawfare CFK destaco que sus objetivos persiguen “la criminalización de una forma determinada de hacer política, esto es la de los proyectos nacionales que representan los intereses populares de movilidad social, de distribución del ingreso etc. Y por otro lado el disciplinamiento de la dirigencia política para disuadirla de emprender modelos y políticas similares en el futuro”.
Para finalizar, Cristina resaltó que “hoy como ayer la pelea de fondo es por el modelo económico”, alertando además de la puja por los recursos naturales que se cierne sobre el mundo y en especial sobre América Latina: “vienen por ellos” afirmo.
De estas afirmaciones podemos ir esbozando una posible lectura política del fallo de la justicia norteamericana. El objetivo de fondo, es disciplinar a los gobiernos que tengan la osadía de recuperar para si las áreas estratégicas que permitan apalancar un desarrollo autónomo propio. Hoy, las áreas estratégicas del país vuelven a estar en la mesa de discusión del debate electoral argentino.
En ese sentido, Juntos por el Cambio, principal fuerza de oposición, y las fuerzas autodenominadas “libertarias” (básicamente un neoliberalismo por colectora, un envase distinto de viejas propuestas ya conocidas y sufridas por todos) plantean abiertamente la idea de re privatizar dichas áreas entregándolas a lo que consideran la siempre prudente y sabia eficiencia de la administración y gestión privada.
A su vez, cabe señalar que en el caso de YPF, el lapidario Informe Mosconi del año 2012 elaborado por el equipo interventor de la empresa, describió como las políticas de desinversión y depredación hechas durante la gestión de Repsol privilegiaron una mirada cortoplacista que fue agotando los recursos convencionales, pero sin impulsar nuevas inversiones en la explotación de los no convencionales, a los cuales sólo promocionó a los fines de hacer atractiva la venta de la empresa, de la cual (previo vaciamiento) buscaba desprenderse tal como se revela en dicho informe.
Retornando a la coyuntura electoral, la única diferencia entre las propuestas de los espacios opositores es quizá de tiempos, donde algún sector propone un esquema de privatizaciones de manera automática como parte de un shok de medidas iniciales, mientras que otros prefieren optar por un método gradual: esto quiere decir una desjerarquización de las áreas acompañada de su correspondiente desfinanciacion que las torne más ineficientes con el propósito velado de justificar la posterior liquidación, total o parcial.
De producirse la trágica decisión de avanzar en esta dirección sería muy difícil revertir el daño, en especial cuando hoy pesa la presencia del fondo monetario internacional en nuestra vida política, cuando se decidió en 2012 recuperar YPF este duro condicionante no estaba presente ya que el gobierno de Néstor Kirchner a los fines de ganar autonomía en matera de toma de decisiones se lo había logrado sacar de encima en 2006, luego de años de penurias que le tocó vivir al país a manos del nefasto organismo de crédito.
En consecuencia, el panorama es sombrío y la planificación económica del organismo de crédito se hace sentir con rigor, repetir la patriada del 2006 en adelante parece misión imposible.
Para dimensionar un poco lo que está en juego, volcamos en esta nota algunos datos de actualidad sobre YPF que se pueden consultar en el sitio oficial de la compañía y en páginas especializadas del rubro:
1) Es el principal inversor y productor de gas y petróleo no convencional de la formación geológica vaca muerta y la principal empresa de hidrocarburos del país.
2) Apalanco una producción record de gas y petróleo no convencional de los últimos 25 años, produciendo 503.000 barriles de petróleo al día, registrándose además récords de eficiencia en los tiempos de perforación y fractura de los pozos y la marca más alta en la cantidad de nuevas perforaciones de pozos horizontales.
3) En 2022 obtuvo ganancias netas por US$2.200 millones.
4) La compañía logró cumplir con la ejecución de su plan de inversiones anunciado de aproximadamente 4.200 millones de dólares, que resultó un 60% superior respecto al año anterior y constituye la mayor inversión corporativa del país.
5) Las inversiones, los resultados obtenidos y la eficiencia lograda durante el 2022, le permitieron a YPF mejorar sus reservas que alcanzaron los casi 1.200 millones de barriles de petróleo equivalentes, la mayor cifra desde 2015.
6) Su nivel de deuda está en su nivel más bajo desde 2015.
7) Su diversificación la llevo a explorar nuevas iniciativas como el caso de Y-TEC el brazo tecnológico de YPF en asociación con el CONICET que hoy investigan en proyectos de innovación como la producción de baterías de litio o el hidrogeno.
8) La compañía se perfila como un actor clave en la posibilidad de producción de petróleo y gas offshore en el mar argentino.
Lo que se desprende de todo lo analizado es que existe un hilo conductor entre el fallo dividido de la justicia yanqui, las necesidades geopolíticas de EEUU en materia de control de los recursos naturales e infraestructuras estratégicas tal como lo enuncio la Jefa del Comando Sur de ese país, Laura Richardson, a comienzos de marzo donde destacó que “los recursos naturales de Latinoamérica deben ser catalogados como una cuestión de seguridad nacional para EEUU, el cual debía además “intensificar su juego” en la región”.
Por otro lado, tenemos la necesaria complicidad de las propuestas de los espacios opositores en nuestro país que proponen la privatización de la empresa. Quizá esto explica también por qué la responsabilidad del monto multimillonario que se vaticina habrá que pagar recae sobre el estado argentino y no sobre la empresa, si se analiza este punto, una empresa sin deudas y complicaciones jurídicas es mucho más atractiva para su venta al mejor postor ( las empresas del rubro más poderosas que operan en argentina seguramente se estarán relamiendo de solo pensarlo), y el pasivo recae en la cuenta del estado nacional, tal como ocurrió en los 90’s donde el estado se hizo cargo de las deudas para tornar más atractivas las privatizaciones a los ojos de los inversores foráneos. El 3 de junio de 2022 se conmemoraron los 100 años de esta estratégica empresa, y el objetivo señalado por su fundador Mosconi sigue estando plenamente vigente: convertir a YPF en una herramienta de liberación y soberanía económica, que contribuya a mejorar la calidad de vida de todos los argentinos, entregarla nuevamente sería un acto de traición.