Siguiendo el “modelo peruano”, el ministro Federico Sturzenegger dispuso que cualquier persona con vehículo, seguro y VTV pueda prestar el servicio de transporte.
El Gobierno argentino ha anunciado una polémica medida que permite a cualquier persona con vehículo, seguro y VTV prestar servicios de transporte de pasajeros. Según las autoridades, esta iniciativa busca fomentar la competencia y aumentar la oferta de servicios. Sin embargo, tanto organizaciones de seguridad vial como sindicatos han advertido que esta desregulación podría tener graves consecuencias para la seguridad, el trabajo y la organización del transporte público, replicando errores vistos en otros países como Perú con altos niveles de precarización y riesgo.
Retrocesos en seguridad vial y profesionalismo
La medida implica que cualquier ciudadano con un vehículo pueda registrarse mediante un trámite online, recibiendo autorización para operar en apenas cinco días. No se exige capacitación específica ni experiencia, lo que ha generado críticas desde distintos sectores. Diego Molina, miembro de la ONG Conduciendo a Conciencia y familiar de una víctima de la tragedia del Colegio Ecos, señaló que esta política es un retroceso alarmante en términos de seguridad vial. “Esto minimiza la importancia de la capacitación profesional y pone en riesgo vidas. No hemos aprendido nada de tragedias como la nuestra”, lamentó.
A quienes tengan vehículos grandes o pequeños (con seguro y revisión vehicular aprobada), los invitamos a convertirse en proveedores de transporte de pasajeros. El Decreto 883/24 había liberado el tránsito interjurisdiccional así como el de las conexiones aeroportuarias, dando… pic.twitter.com/fPrn9D9rJM
— Fede Sturzenegger (@fedesturze) December 10, 2024
Molina recordó los avances logrados tras el accidente de 2006, como la creación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial y la ley de Alcohol Cero, avances que, en su opinión, podrían verse anulados por esta desregulación. “Llenás un formulario y ya podés trasladar vidas. Es un absurdo. El Estado abdica su responsabilidad en garantizar seguridad y profesionalismo”.
El modelo peruano y sus riesgos
Esta flexibilización tiene similitudes preocupantes con la desregulación implementada en Perú durante el gobierno de Alberto Fujimori. En aquel país, la liberalización del transporte derivó en la proliferación de vehículos precarios como las “combis”, y en un sistema caótico caracterizado por la falta de planificación, inseguridad y efectos adversos en la calidad de vida de los ciudadanos.
Entre las consecuencias observadas en Perú se destacan:
- Inseguridad vial: Conductores sin capacitación operaban en condiciones de riesgo, llevando a un aumento de accidentes y fatalidades.
- Desorganización y falta de control: Los recorridos y tarifas eran establecidos de manera arbitraria, generando incertidumbre para los pasajeros, además de falta de puntualidad del servicio.
- Impacto ambiental: Los vehículos, en su mayoría antiguos y contaminantes, agravaron los problemas de polución en las ciudades.
- Precarización laboral: La competencia desleal afectó a los conductores profesionales y fomentó la informalidad.
La falta de regulación en Perú transformó el transporte público en un sistema caótico donde la prioridad dejó de ser el bienestar del pasajero. Estas lecciones deberían servir como advertencia para Argentina.
Repercusiones laborales y sociales
El sindicato de la Unión de Tranviarios Automotor (UTA) calificó la medida como “inconstitucional” y advirtió sobre su impacto en las condiciones laborales. “El chofer profesional se distingue por su formación, y eso no puede ser reemplazado por una persona sin preparación”, declaró Roberto Fernández, líder del gremio. Además, señaló que la desregulación podría aumentar las jornadas laborales hasta niveles insostenibles.
Por su parte, los taxistas consideraron esta medida como “un paso hacia el tercer mundo”. Según José Ibarra, titular de la Federación Nacional de Conductores de Taxis, la liberalización precariza el trabajo y pone en riesgo a los pasajeros al no garantizar estándares mínimos de seguridad y capacitación.
El peligro de repetir errores
Si bien el Gobierno presenta esta medida como un avance hacia la modernización del transporte, las experiencias internacionales sugieren lo contrario. La desregulación, en lugar de fomentar un mercado eficiente, puede derivar en un sistema inseguro y desorganizado, con altos costos para la sociedad.
En lugar de avanzar hacia un modelo sustentable y seguro, Argentina podría estar retrocediendo hacia un escenario caótico y peligroso, similar al que enfrenta la India, Perú o México. Las políticas de transporte deben priorizar la vida y el bienestar de los ciudadanos por encima de cualquier cálculo económico.