Industria naval en alerta: califican como “gravísimo error” la libre importación de barcos usados

Fuentes del sector calificaron la medida como “propia de un país subdesarrollado” y advirtieron que “pone en riesgo a centenares de industrias y miles de empleos”.

La industria naval argentina expresó una profunda preocupación y rechazo ante el Decreto 273/2025, mediante el cual el Gobierno nacional eliminó el Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU), habilitando la libre importación de barcos y maquinaria agrícola usada. La medida, celebrada por los ministros Luis Caputo y Federico Sturzenegger, fue calificada como “un gravísimo error” por referentes del sector, que advierten sobre sus consecuencias destructivas para el entramado productivo nacional.

Desde el astillero Federico Contessi, uno de los principales del país, no tardaron en manifestarse con firmeza. Su presidente, Domingo “Vito” Contessi, consideró que la medida “pone en riesgo a centenares de industrias y miles de empleos”, y criticó al Gobierno por “repetir errores del pasado que ya demostraron su efecto devastador”.

Contessi recordó que decisiones similares tomadas en décadas anteriores, como la importación masiva de buques usados en los años ‘70, terminaron con astilleros cerrados, una flota ineficiente, y embarcaciones convertidas en chatarra en los muelles. “Diez años después de aquel decreto, el 50% de los buques estaban inutilizados y el 85% de las empresas quebradas”, advirtió.

Para la industria naval, esta apertura implica una competencia desleal frente a quienes invierten en nuevos desarrollos, desincentiva la producción nacional y precariza el sector. “Fomenta inversiones oportunistas y de corto plazo, frena la renovación tecnológica y nos expone nuevamente a tragedias con pérdida de vidas humanas”, denunció el empresario.

En contraste con este retroceso, la industria naval argentina había mostrado en los últimos años un fuerte crecimiento. En Mar del Plata, astilleros como Contessi y SPI alcanzaron récords de botaduras, generando empleo, innovación tecnológica y formación en oficios. Ese proceso, afirman, hoy está paralizado.

El decreto encendió alarmas porque, además de barcos, también permite la importación automática de maquinaria industrial usada de múltiples rubros, eliminando cualquier evaluación sobre la existencia de producción local. Para Contessi, esto es “dirigismo puro”, ya que el anexo del decreto define “cuáles industrias seguirán y cuáles desaparecerán”.

“Resulta paradójico que un gobierno que prometía impulsar la industria naval haga todo lo contrario. En Estados Unidos, por ejemplo, se protege esta industria con leyes como el Jones Act. En cambio, en Argentina miramos el espejo de países subdesarrollados”, criticó.

El Gobierno, por su parte, defendió la medida bajo el argumento de que simplificará procesos, reducirá costos para las empresas y facilitará el acceso a tecnología, especialmente para sectores estratégicos como el energético o minero. Sin embargo, desde el sector naval advierten que, lejos de representar una modernización, se trata de un retroceso histórico con impactos económicos, sociales y ambientales irreversibles.

“Hoy es un día de mucha tristeza para la industria naval argentina”, concluyó Contessi, visiblemente decepcionado por lo que consideran una política que atenta contra el desarrollo nacional.

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on telegram
Telegram
Share on whatsapp
WhatsApp