Mariano Fernández, ex amigo íntimo de Javier Milei, rompió el silencio y denunció que el presidente está bajo la influencia de un núcleo ultraconservador liderado por Laje, Márquez y un sacerdote integrista. “Ya no gobierna él”, advirtió.
Javier Milei no siempre fue lo que es hoy. Quien lo dice no es un opositor más, sino Mariano Fernández, economista, investigador del Conicet y ex amigo íntimo del presidente. Compartieron casi veinte años de amistad, cientos de charlas, proyectos y debates. Pero algo se rompió. En una entrevista con Pablo Duggan, Fernández decidió hablar. Y lo que contó no deja dudas: Milei, afirma, ya no se gobierna a sí mismo.
“Es alguien muy influenciable. Muy influenciable. Cuando se siente vulnerable, emocionalmente dependiente, necesita de otro que lo proteja. En un momento era yo. Hoy es Karina, su hermana”, relató. Pero no se detuvo ahí: apuntó directamente contra el entorno ideológico que, según él, lo vació de contenido propio y lo moldeó a imagen y semejanza de un proyecto autoritario y reaccionario.

El giro oscuro
Fernández asegura que durante la pandemia empezó a notar cambios: una religiosidad creciente, un discurso cada vez más mesiánico y la aparición de nuevas amistades que lo alarmaron. En particular, señaló a tres nombres: Agustín Laje, Nicolás Márquez y el sacerdote Javier Olivera Ravasi. “Se empezó a apoyar en estos personajes nefastos”, dijo sin eufemismos.
Lejos del liberalismo económico del que alguna vez se jactó Milei, sus ideas viraron hacia un nacionalismo místico, cruzado por un catolicismo integrista y una cruzada contra el feminismo, el aborto legal y toda agenda de derechos. “Lo que pasa hoy con Milei es que se dejó capturar por esta ultraderecha católica, una línea de pensamiento que no respeta ni el disenso ni la libertad, que dice defender la vida pero odia todo lo que huela a igualdad”, agregó Fernández.
La ideología que hoy manda: ¿Quiénes son estos personajes?
Agustín Laje, escritor y tuitero profesional, ha dicho que el feminismo “es un movimiento ultrapolitizado” y que el aborto “es un negocio”. Para él, la ESI busca “adoctrinar niños” y las luchas por derechos son parte de un “marxismo cultural” que hay que erradicar.

Nicolás Márquez, su socio en libros y giras, fue incluso más lejos: ha reivindicado figuras del terrorismo de Estado, ha dicho que el kirchnerismo “feminiza la política” y llegó a comparar la militancia de género con el nazismo. Su discurso combina homofobia, misoginia y un nacionalismo rancio.
El tercero en discordia, el cura Javier Olivera Ravasi, mezcla sotana con adoctrinamiento y un canal de YouTube donde niega derechos conquistados y propone un “combate espiritual” contra lo que llama “la ideología de género”. A menudo cita como referentes a apologistas del franquismo y del catolicismo anticomunista.
No son marginales. Son parte del nuevo relato oficial.

¿Qué quedó del Milei original?
El testimonio de Fernández no es el de un adversario político ni un ex funcionario despechado. Es el relato de alguien que vio desde adentro la mutación. “Él tiene una necesidad muy grande de ser aceptado, de ser amado. Cuando eso no pasa, se cae, entra en crisis. Y cuando alguien se le presenta como protector, lo entrega todo. Así fue con Karina, con estos muchachos y con esa idea absurda de que tiene una misión divina”, contó.
Para Fernández, Milei “no está en condiciones de gobernar”. Y más allá de su diagnóstico emocional –que incluye referencias a brotes de ira, euforia desmedida y delirios de grandeza–, lo que más le preocupa es el contenido político del actual presidente. “Javier era un loco lindo con ideas liberales. Hoy es un peligro. Lo que gobierna no es él, es una teocracia disfrazada de libertad”, sentenció.