Los alquileres en CABA suben por encima de la inflación y representan el 60% del salario promedio formal

Los alquileres en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se disparan por encima de la inflación y ya representan el 60% del salario promedio de un trabajador formal, profundizando la crisis habitacional que golpea de lleno a la clase media, cada vez más lejos de acceder a una vivienda propia.

Los alquileres en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se disparan por encima de la inflación y ya representan el 60% del salario promedio de un trabajador formal, profundizando la crisis habitacional que golpea de lleno a la clase media, cada vez más lejos de acceder a una vivienda propia. Así lo advierte un reciente informe del Centro de Estudios Metropolitanos (CEM).

Según el Monitor de Acceso a la Vivienda, en lo que va de 2025 los alquileres acumulan una suba del 16,9%, por encima de la inflación general (12,9%) y del índice del rubro vivienda (14,1%). Esto demuestra una presión persistente sobre los hogares inquilinos, aun en un contexto de desaceleración inflacionaria.

Para mayo, se necesitaron 2,7 salarios mínimos (equivalente a $832.140) para alquilar un departamento de dos ambientes en CABA, mientras que el salario mínimo se ubicaba en $308.200. En el caso de los adultos mayores, tampoco la situación es más favorable: el costo de un alquiler representó 2,3 jubilaciones mínimas con bono, lo que refleja un escenario de alta vulnerabilidad para quienes perciben ingresos fijos y limitados.

La situación no mejora siquiera entre los trabajadores formales. Según datos del RIPTE, en abril el costo de alquilar un departamento de dos ambientes consumía el 60% del salario promedio. Y esto sin considerar expensas ni servicios, lo que pone en evidencia que incluso quienes cuentan con empleos registrados enfrentan serias dificultades para sostener un alquiler en el mercado formal.

Las expensas también continúan en alza. En mayo alcanzaron un promedio de $140.108, lo que implicó un incremento mensual del 2,35% y representa un 16,85% adicional sobre el valor del alquiler. En los primeros cinco meses del año ya acumulan una suba cercana al 5%, pero si se compara con el mismo mes de 2024, el aumento supera el 88%, arrastrado por costos de mantenimiento, servicios e impuestos.

La escasez de unidades disponibles en alquiler también complica el panorama. La oferta continúa en niveles bajos, con una caída interanual del 20%. Si bien en mayo se contabilizaron 17.287 unidades en alquiler permanente, ese leve repunte mensual del 4,4% no alcanza a revertir la tendencia general.

Otro factor que agrega presión es la dolarización parcial del mercado. Aunque en mayo se redujo al 38,7% la proporción de publicaciones en dólares —el nivel más bajo desde octubre de 2024—, desde el CEM advierten que no se trata de una desdolarización estructural, sino de una estrategia circunstancial en un contexto de incertidumbre económica.

Finalmente, la distribución territorial de la oferta también revela una desigualdad creciente. Las unidades se concentran mayoritariamente en barrios del norte de la ciudad como Palermo, Recoleta, Belgrano y Caballito, donde el valor del metro cuadrado es más alto. Esto limita gravemente las posibilidades de acceso a una vivienda en condiciones dignas para amplios sectores de la clase media y trabajadora.

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