El Papa y los constantes roces con el macrismo
Las señales de enojo o de desaliento por parte del gobierno de Mauricio Macri se manifestaron paulatinamente, a través de aliados y funcionarios menores, desde la visita al Vaticano del mandatario argentino con parte de su gabinete.
Desde ese entonces la política del gobierno argentino hacía la Santa Sede se modificó y tuvo diferentes cortocircuitos. El más reciente se registró esta semana con las declaraciones de la diputada nacional de Cambiemos, Elisa “lilita” Carrió.
De esa manera “lilita” se convirtió en la vocera oficial contra el Papa, a quien acusó de operar en la justicia federal a través del legislador porteño Gustavo Vera, de máxima confianza con el obispo de Roma.
En un artículo publicado hoy por La Política On Line, se asegura que los pocos interlocutores que le quedan al presidente con el Sumo Pontífice no reciben buenas señales desde Roma sino todo lo contrario: en los mails que Francisco intercambia con funcionarios del Gobierno, suele decir que le molesta la “tilinguería” del PRO.
El Papa no soslaya la pasión de Macri por la filosofía “new age” y la meditación al estilo de El Arte de Vivir de Sri Sri Ravi Shankar, que tuvieron su punto cúlmine con el “experto en felicidad” que apareció en las reuniones de gabinete para explicarles de qué se trata la pobreza a los funcionarios.
“Son competencia para la Iglesia Católica”, admitió a LPO un dirigente del PRO que viaja al Vaticano con frecuencia.
No por nada el filósofo Alejandro Rozitchner, uno de los asesores que tienen la oreja de Macri y Marcos Peña, dijo anoche que el Papa es demasiado católico.
Pero más allá de las formas y de su enojo por el revanchismo de Macri, cada vez que puede el Papa envía mensajes de preocupación por el modelo económico del Gobierno.
En este contexto, el Papa ya demostró su voluntad de unir a los movimientos sociales, tanto kirchneristas como antikirchneristas. Sería el segundo capítulo de la reunificación de las cinco centrales obreras –hecho que no ocurría desde 1992-, una maniobra que fue seguida muy de cerca y desde hace más de un año por el Papa.
Francisco puso a trabajar en ese sentido al presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Jorge Eduardo Lozano, que en las próximas semanas reunirá en la Capital a representantes de los movimientos sociales.
Para fines de mayo, luego de la Conferencia Episcopal que encabezará en Mar del Plata, Lozano prepara un acto de los movimientos sociales en Santa Fe. La consigna es la misma que la de la reunificación de las CGT: resistir el avance del modelo de Macri ante las clases más vulnerables.
Lozano ya había recibido la propuesta de Gabriel Mariotto, Luis D’Elía y Fernando Esteche, que se reunieron con el monseñor Lozano para abordar la situación política por la que atraviesa el país.
Desde el PRO dijeron que Macri no busca recomponer su relación con Francisco, que siempre fue mala y que menos que menos intentará encontrarse nuevamente con el Papa en Roma, luego del gélido recibimiento que tuvo en febrero en una reunión de sólo 22 minutos en la muy formal Biblioteca del Vaticano.
Desde que Francisco asumió el papado en marzo de 2013 se agendó el 2016 como el año de su visita a la Argentina, pero todo indica que esa visita no sucederá, mientras que en los días próximos el Papa se entrevistará con la titular de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini.