Cambiemos busca volver a subir en las encuestas en la provincia de Buenos Aires, ya que, desde el “Niembro Gate”, en los sondeos más optimistas apenas han sosteniendo sus números. Con esto en la cabeza, María Eugenia Vidal salió a polarizar la elección con Aníbal Fernández y jugó la carta de la inseguridad. En su recorrida por Avellaneda estuvo acompañada por Eugenio Burzaco y ya se habla de que podría ser su Ministro de Seguridad si llega al gobierno.
“Las PASO mostraron que seis de cada diez vecinos de la provincia quieren un cambio, que quieren algo distinto y nosotros representamos esa oportunidad. Los vecinos tienen que saber que el 25 de octubre en la provincia no hay segunda vuelta. Es Aníbal Fernández o yo”, clara, directa y al grano la candidata a la Gobernación del PRO salió a plantear que para Buenos Aires “solo hay una opción de cambio”.
Y llevó como punta de lanza la seguridad y el narcotráfico. En el día que en la ciudad de Buenos Aires Macri inauguraba una estatua de Perón, Vidal acusó al partido del General de ser los responsables de la entrada de la droga a la provincia.
“Pudo haber habido mucho discurso sobre el narcotráfico pero hubo un único responsable. Hubo alguien que gobernó durante los últimos 20 años en la provincia y nacional hace 12 años y cada uno tiene sus responsabilidades. La realidad lo que marca es que creció el consumo y si creció el consumo es porque creció la oferta. Hay más consumo de éxtasis, de paco, de cocaína y esas son estadísticas oficiales. Hay que dejar de mirar para otro lado”, lanzó una Vidal, encendida sobre el tema.
En este punto, la Vicejefa de Gobierno destacó la presencia de Eugenio Burzaco, el especialista en seguridad y uno de los impulsores de la Policía Metropolitana, que la acompaña como parte de su equipo de trabajo y se avizora la posibilidad que pueda ser considerado parte del gabinete si gana.
El especialista, sostuvo que se puede terminar con la inseguridad en la provincia “de acá a ocho años y si terminamos con el paco que está destruyendo la cabeza de los más chicos”. Vidal recalcó la necesidad de atacar la venta de droga y habló de cerrar fronteras y controlar rutas provinciales y barrios.
Realizó estas declaraciones en una recorrida por Wilde donde casi pasa desapercibida. Sin globos ni sombrillas, ni acto ni militantes, la candidata visitó la casa de una vecina con la modalidad del timbreo. Tomó mate y charló sobre la situación del barrio. Un camión con la gigantografía de campaña la acompañó en la zona, pero no hubo folletería, ni carteles ni pasacalles, no avisaron en el barrio ni difundieron la actividad.