Gracias a un informe del entonces director de Vialidad Nacional, el ultramacrista Javier Iguacel, se presentó la denuncia que da origen a la causa de la obra pública en Santa Cruz. En cada jornada, un nuevo testigo demuele los argumentos de la acusación. La causa se enmarca en la persecución judicial que sufrió la ex presidenta y entonces líder opositora Cristina Fernández de Kirchner.
Ahora fue el turno del especialista Justo Pastor Romero, que fue convocado como testigo y aseguró que no hubo sobreprecios en los proyectos que analizó, que jamás consideró que el trabajo que hizo para Vialidad iba a ser usado para una acusación penal y que un informe televisivo que emitió el programa Periodismo para Todos, del periodista Jorge Lanata, contenía información incorrecta.
Fue tal el impacto de su declaración –duró casi 7 horas- que hasta hubo pedidos de extracción de testimonio para que se investigue a Iguacel por la probable comisión de delitos; y el fiscal de juicio, Diego Luciani, acusó a las defensas de preparar al testigo, lo que terminó en un fuerte cruce con los abogados.
“De nuestro informe no se desprende que haya rutas paradas y no construidas. Tampoco que haya defectos constructivos de importancia. Y tampoco se desprende que haya desvíos en certificaciones. Mucho menos el informe habla de sobreprecios”, afirmó este lunes el ingeniero Pastor Romero sobre la auditoría que realizó en Santa Cruz a pedido del macrismo apenas Mauricio Macri llegó al Gobierno.
“Yo me pregunto cuál fue la interpretación que hizo el administrador de Vialidad de ese entonces, el ingeniero en petróleo Iguacel a partir de nuestro informe de auditoría”, agregó quien integra la Auditoria de Ejecución y Gestión de Obras Públicas en la Dirección Nacional de Vialidad (DNV). Durante todos su relato, Pastor Romero cada vez que se refería a Iguacel lo llamaba “ingeniero en petróleo” para, evidentemente, demostrar que el entonces funcionario no estaba preparado para ejercer la función en la que había sido designado, reseñó el portal El Destape.
El ingeniero fue contundente: dijo que "no se apreciaron diferencias entre lo ejecutado y lo certificado" en las obras analizadas, muchas de las cuales habían sido adjudicadas a Austral Construcciones, de Lázaro Báez. "Es decir, prácticamente todo lo ejecutado estaba pagado. La diferencia fue muy ínfima y despreciable”, aclaró. Señaló que “los desvíos totales de lo que vimos nosotros representa el 0,006%; con lo cual el objeto se cumplió”. Se empieza a caer otra farsa contra la ex presidenta argentina.