La secretaria general del sindicato de maestros UTE-Ctera, Angélica Graciano, estimó hoy que hay 300 trabajadores y trabajadoras de la educación contagiados de COVID, luego del regreso a las clases presenciales. Falta de protocolos adecuados y la ausencia de una política de vacunación específica para el sector.
"Es mucho para las condiciones en que están las escuelas. Todos los días tenemos relatos de personas aisladas y cuando son niños pequeños la situación genera más angustia”, describió en relación a estudiantes contagiados.
Asimismo, la dirigente sindical advirtió que los insumos para sanitizar las escuelas “llegan con cuentagotas y muchas veces los tienen que suministrar las propias cooperadoras de las escuelas o los docentes con sus recursos”. “Todo tiene que ver con la improvisación para hacer algo a las apuradas cuando se podría haber hecho de modo escalonado, con turnos bien organizados”, narró.
“Este modo todos de todos los días, todo el horario, es algo que planteó (el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez) Larreta y es de cumplimiento imposible; apostaron al enfrentamiento de la comunidad con los docentes y eso no pasó”, opinó Graciano. Y destacó el modelo bonaerense, que intercambia una semana de clases presenciales con otra remota.
Además, el problema en CABA es que el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta decidió no vacunar a docentes, algo que debió revertir ahora luego del incremento de casos. "Con las vacunas que se habían conseguido en la paritaria para los docentes, se estaba vacunando en todas las provincias menos en la Ciudad de Buenos Aires”, recordó.
Aseguró que el sindicato ya había denunciado que en la ciudad de Buenos Aires “se habían destinado las vacunas para las prepagas", y dijo: "Una cosa es que la prepaga preste el lugar, pero la vacunación la haga el Estado, y otra es que la propia prepaga administre las vacunas, que son tan preciadas”.