La provocación como Política Exterior
Los criterios ideológicos de la canciller Mondino le cierran al país varias oportunidades en el ámbito internacional.
Por Joshua Lentulus Aivazian
Diana Mondino sostuvo en su visita en Japón, tras su gira por el sudoeste asiático, que el gobierno de Javier Milei reducirá su comercio con China en el aspecto de la compra de empresas privadas a empresas pertenecientes al gobierno chino, bajo el argumento de que “no podemos ganar mucho trabajando junto con algunos países que no son democracias liberales”. Ante estas declaraciones, China amenazó con cortar la compra de soja y carne y de exigir el pago inmediato del swap.
Los antiguos atenienses, cuando debatían en el ágora sobre los asuntos públicos, usaban un concepto, el idiom, para referirse al ámbito privado de cada uno, y diferenciarlo del de los asuntos públicos. Ello se extiende al ámbito de las relaciones internacionales al diferenciar en las expresiones públicas aquellos discursos pertenecientes al ámbito de la política local del ámbito internacional y los intereses que estos representan. China en su reacción ante las expresiones de Mondino es un buen ejemplo de ello, en lugar de tratarnos de un régimen demoliberal burgués o adoptar cualquier descripción peyorativa al que se refiere nuestra política local a la figura presidencial de Javier Milei, opta por demostrar su peso y autoridad como actor comercial en su relación con Argentina amenazando con cortar la compra de soja y carne.
Las diferencias que se puedan tener con China en lo político y económico forma parte de este “idiom” local en nuestro país, que nada afecta a la propia China en su expresión. Estos son debates y posiciones que se deben de evitar demostrar en el ámbito internacional, primero por una cuestión de respeto entre países soberanos y segundo, para salvaguardar ante todo el interés nacional antes que el personal ideológico. Claramente hay un interés, más allá del personal en exteriorizar las “diferencias” ideológicas con China, que es el alineamiento político con los Estados Unidos, pero dicho alineamiento puede realizarse sin necesidad de confirmarlo con las mismas declaraciones peyorativas que realizan sus referentes políticos, expresando falta de respeto e hipocresía. Ya que la propia ministra Mondino afirma, sin ningún conocimiento en comercio exterior, que “no puede ganarse mucho trabajando con países que no son democracias liberales”, esto luego de haber visitado los países de Malasia, una monarquía, y de Vietnam, un sistema de partido único comunista, además de que el criterio ideológico por sobre el beneficio económico nos cierra varias oportunidades en el ámbito internacional, donde se debe evitar el idiom de la política local, y hacer valer el beneficio económico y comercial de nuestro país, sin dejar de lado nuestra soberanía.