Indignante: El Gobierno de la Ciudad dice que “donará” a Bahía Blanca mercadería que le quita a los vendedores ambulantes

La iniciativa es fuertemente cuestionada al tratarse de mercadería que se le incautó a trabajadores ambulantes, quitándoles de esa forma su principal fuente de trabajo en la calle. 

En una decisión tan repudiable como oportunista, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció que donará a los damnificados por las inundaciones en Bahía Blanca mercadería que previamente fue incautada a vendedores ambulantes en operativos policiales.

La vocera del Ejecutivo porteño, Laura Alonso, confirmó en sus redes sociales que parte de lo decomisado en el operativo de Flores será enviado a la ciudad bonaerense. Sin embargo, esta aparente “solidaridad” encubre una estrategia que no solo se aprovecha de la tragedia de los bahienses, sino que además se construye sobre la persecución sistemática a quienes se ganan la vida día a día en las calles vendiendo su mercadería para poder sobrevivir a la difícil situación económica que atraviesa el país.

Días atrás, el propio jefe de Gobierno, Jorge Macri, había asegurado que el GCBA estaba a disposición de Bahía Blanca para asistir a los afectados por el temporal. Pero ahora, en lugar de aportar recursos propios, deciden “donar” bienes arrebatados a miles de trabajadores precarizados, utilizando su sufrimiento como moneda de cambio para construir un falso discurso de solidaridad.

Desde distintos sectores ya expresaron su rechazo a esta medida. La legisladora del PTS en el Frente de Izquierda, Andrea D’Atri, denunció la maniobra con contundencia: “El Gobierno de la Ciudad se ‘solidariza’ con Bahía Blanca enviando la mercadería que su Policía le roba a los trabajadores ambulantes, los que tienen las vidas más precarizadas en la Ciudad más rica del país”, criticó en sus redes sociales.

Las imágenes de la Policía de la Ciudad persiguiendo, reprimiendo y decomisando la mercadería de los vendedores ambulantes han circulado ampliamente en redes sociales. Desde puestos de venta en las plazas porteñas hasta trabajadores independientes que intentan subsistir en la vía pública, todos son blanco de una política que criminaliza el trabajo informal y despoja a miles de familias de su sustento.

El Gobierno porteño, lejos de brindar soluciones reales, elige profundizar la precarización y luego lucrar políticamente con los bienes obtenidos a costa de los sectores más vulnerables. Una estrategia indigna que merece el más amplio repudio.

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