No resiste archivo: a Bullrich le recordaron en las redes cuando convocaba a “la lucha callejera” para voltear al gobierno de Cristina
Mientras hoy acusa de “terroristas” y “desestabilizadores” a quienes se manifiestan contra la crisis de los jubilados y ordena reprimir con dureza, en el pasado fue una de las principales impulsoras de movilizaciones opositoras con consignas abiertamente destituyentes.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ha vuelto a quedar en evidencia por su doble vara a la hora de evaluar las protestas sociales. Mientras hoy acusa de “terroristas” y “desestabilizadores” a quienes se manifiestan contra la crisis de los jubilados y ordena reprimir con dureza, en el pasado fue una de las principales impulsoras de movilizaciones opositoras con consignas abiertamente destituyentes.
⭕️ | ARCHIVO DEMOLEDOR: Así, Patricia Bullrich CONVOCABA A LA LUCHA CALLEJERA EN 2013.
— Diagonales (@diagonalesweb) March 18, 2025
‼️ La precursora del “que las hace, las paga”, LAS HIZO TODA SU VIDA. DE MONTONERA A REPRESORA SIN ESCALAS. NO TIENE CARA.
❌ LA HIPOCRESÍA AVANZA. pic.twitter.com/6QX8TEQsly
En las redes comenzó a circular un video de 2013 en el que Bullrich, entonces diputada, convocaba a la ciudadanía a sumarse a “la lucha callejera” contra el gobierno de Cristina Kirchner, llamando a movilizarse para “lograr un cambio” y “terminar con la lógica populista”. En aquella ocasión, promovió un masivo cacerolazo que desembocó en Plaza de Mayo, en el marco de la discusión sobre la reforma judicial impulsada por el kirchnerismo.
“Te pedimos que salgas a la calle, que te movilices, que trabajes, que colabores”, decía Bullrich en el video, alentando la protesta como un derecho legítimo. Hoy, desde el gobierno de Javier Milei, criminaliza a quienes ejercen ese mismo derecho, exigiendo mano dura y justificando la represión policial contra manifestantes que reclaman por los derechos de los jubilados.
No es la primera vez que su postura cambia según la conveniencia política. Durante la pandemia, Bullrich también incentivó las movilizaciones contra las restricciones sanitarias e incluso participó de una escandalosa quema de barbijos en el Obelisco. Sin embargo, ahora que está en el poder, pretende imponer un orden represivo donde la protesta es válida solo cuando le sirve políticamente.
Su doble discurso es evidente: cuando era opositora, llamaba a la rebelión en las calles. Hoy, en el gobierno, pretende silenciar cualquier manifestación con gas lacrimógeno y palos.