Entidades industriales de la provincia de Buenos Aires cuestionaron la simplificación para importar bienes usados, a partir de una decisión del Gobierno nacional.
La reciente eliminación del Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU) por parte del Gobierno nacional ha encendido alarmas en todo el sector industrial de la provincia de Buenos Aires. Lejos de responder a una estrategia productiva planificada, la medida responde a presiones directas de los Estados Unidos para colocar maquinaria y equipamiento obsoleto en el país, lo que podría generar consecuencias graves e irreversibles para el tejido productivo nacional.
Juan Carlos Uboldi, vicepresidente primero de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), advirtió que esta decisión es “especialmente grave” para la provincia, que concentra casi el 22% del empleo y el 19% de las empresas metalúrgicas del país. “Se trata de una medida doblemente preocupante: por la ausencia de certificaciones técnicas, y por el impacto negativo sobre la balanza comercial”, afirmó en declaraciones al diario El Norte.
Entidades clave como ADIBA, CEPBA, FEBA y UIPBA expresaron su profunda preocupación en un comunicado conjunto. Si bien reconocieron la necesidad de simplificar trámites y modernizar la administración pública, rechazaron que esto se haga sacrificando instrumentos que cumplen un rol estratégico en el desarrollo industrial argentino.
“El ingreso indiscriminado de maquinaria usada, muchas veces sin controles de seguridad adecuados y sin garantías de funcionamiento eficiente, constituye una competencia desleal que amenaza la producción local y desalienta la inversión en tecnología y equipamiento nuevo”, señalaron.
La medida no solo abre la puerta a productos de dudosa calidad, sino que deja expuesto al país a decisiones tomadas bajo presión externa, desmantelando herramientas de protección industrial que costaron décadas construir. Los bienes de capital que ahora ingresarán sin mayores controles representan sectores sensibles: petróleo y gas, industria automotriz, astilleros, gráfica y metalmecánica, entre otros.
Según las entidades industriales, la eliminación del CIBU no solo afectará el presente de la industria, sino también su capacidad futura de crecer, innovar y exportar. “No se puede hablar de competitividad sin una política industrial coherente que defienda el empleo, el valor agregado local y la soberanía productiva. Esta medida, lejos de integrarnos inteligentemente al mundo, nos convierte en depósito de excedentes tecnológicos de las potencias”.
El tejido industrial bonaerense, motor clave de la economía argentina, hoy se enfrenta a una amenaza que no proviene del mercado, sino de decisiones políticas que priorizan intereses ajenos por encima del desarrollo nacional.