Una victoria histórica de Vidal que retira a Aníbal del escenario
"A lo mejor ha llegado el momento de que me tenga que correr. Pero si colaboro en la política, porque no pienso correrme nunca, será desde puntos de vista técnicos. Me parece que llega un momento donde yo tengo que dar un paso al costado", dijo este lunes por mañana el derrotado candidato del FpV, Aníbal Fernández, tras una larga noche de silencio.
Los números provisionales indican que la postulante de Cambiemos, María Eugenia Vidal, ganó la Provincia por el 39,49% de los votos. Mientras que Fernández se ubicó segundo con el 35,18%, tercero Felipe Solá con 19,22%. Más lejos, Néstor Pitrola (FIT) alcanzó el 3,74% y cierra la tabla Jaime Lineres (Progresistas) con el 2,37%.
Por su parte, Vidal celebró anoche el triunfo desde el bunker del PRO y destacó que "hicimos posible lo imposible" en medio de un clima de alegría y sorpresas ante lo sucedido.
En efecto, la victoria de la todavía vicejefa Porteña es histórica por donde se la mire. La gobernadora electa será la primera mujer en sentarse en el Sillón de Dardo Rocha. Además, cortó con una hegemonía de 28 años del peronismo en la Provincia, ya que el PJ no había perdido las riendas bonaerenses ni siquiera en 1999, cuando la Alianza se impuso a nivel nacional con Fernando De la Rúa.
Sobre las claves del resultado, el corte de boleta sobresale notoriamente. Mientras que Daniel Scioli se impuso como el candidato presidencial más votado de la Provincia con el 37,13%, Aníbal Recibió dos puntos menos. Por su parte, Vidal sacó siete puntos más que Mauricio Macri que alcanzó el 32.92%. Esos nueve puntos de corte fueron decisivos.
Al respecto, Aníbal habló de "fuego amigo" y aseguró que "hubo gente que pateó en contra", aunque prefirió no dar nombres concretos. El nivel de corte también se lee como el rechazo del electorado bonaerense al candidato kirchnerista.
El Jefe de Gabinete fue el último en incorporarse a la carrera por la Gobernación en el FpV. Su postulación llegó luego de la negativa de Florencio Randazzo a bajarse a la Provincia y ya en ese momento su candidatura hacía ruido.
Otro factor del resultado de anoche fue la interna feroz que tuvo con Julián Domínguez y Fernando Espinoza, la fórmula natural de los jefes comunales. Pese a que los derrotados le levantaron la mano a Aníbal, las PASO no fidelizaron al votante del FpV, que en parte viró para el lado de Vidal.
El compañero de fórmula, Martín Sabbatella, tampoco ayudó al bigote. Hernán Sabbatella, hermano del líder de Nuevo Encuentro, perdió la elección de Morón con el macrista Ramiro Tagliaferro, el marido de Vidal, todo un síntoma. Dicho sea de paso, el futuro de político de NE está muy complicado.
Por último, la falta de segunda vuelta. El PJ nunca consideró incorporar el balotaje en la Provincia. Seguramente, el temor a una eventual concentración del voto antiperonista dejó fuera de margen esa posible reforma electoral. Los publicistas del PRO supieron instalar que si había un cambio debía ser "ahora", lo que polarizó la elección entre ambos y dejó afuera a Felipe Solá.
En este duro marco, Aníbal avisa que seguirá como cuadro "técnico", pero por ahora suena más a súplica que a realidad. Al igual que Sabbatella, además de no llegar a La Plata, tampoco tiene lugar para refugiarse en su pago chico. Quilmes estará bajo la orden del PRO, con Martiniano Molina. Tal vez encuentre espacio como opositor, si el derrotado Barba Gutiérrez desaparece de la escena local, pero lo lógico sería que el PJ busque otras alternativas.
Sobre el futuro inmediato de la político de PBA, pese a que los cargos están definidos, el balotaje nacional será fundamental en el territorio. A Vidal le toca gobernar una provincia donde la mayoría de los intendentes fuertes del conurbano pertenecen a la oposición y está casi obligada a negociar. Por el otro, los jefes comunales del FpV no saben si tendrán o no un Presidente que los apoye con presupuesto, lo que es clave para ser opositor del PRO. En este sentido, Macri tiene la oportunidad de tentar a los barones del PJ para noviembre. Y Scioli debe retenerlos como sea si quiere llegar a la Rosada. Es esperable que la rosca de estos días genere movimientos que hubieran sido impensables antes del domingo.