Vidal promete represión y mano dura a los opositores
“En Vicente López, a orillas del Río de La Plata, María Eugenia Vidal arengó a su gabinete ampliado y les pidió que respondan con firmeza y con límites democráticos a los sectores de la política que ‘consintieron la pobreza durante años’”, consignó este fin de semana LPO. El mensaje fue claro: Reprimir a quienes se opongan al macrismo y a quienes defiendan el conjunto de políticas sociales conquistadas en los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
Sin nombrarlos, se refería a un “foco conspirativo” encabezado por un grupo de intendentes del Conurbano desde donde se propala la idea de caos hacia un futuro inmediato. Otro argumento mentiroso, pues lo que crece en el Conurbano y en el país es la desesperación popular ante los ajustes, los tarifazos y el aumento exponencial de la pobreza y la indigencia.
Vidal y el macrismo bordean en forma peligrosa los límites del discurso de la dictadura cívico militar, de atribuirle carácter violento a las demandas populares y santificar represiones y genocidios. Será por eso que la mueva edición del Nunca Más, presentada por el gobierno nacional en la reciente Feria del Libro, despareció el concepto de terrorismo de Estado
Para la gobernadora, el epicentro de ese foco es La Matanza. Verónica Magario dijo días atrás que “la inflación y los despidos han generado familias que ya no llegan a comer”. Las piruetas semánticas de la derecha en el gobierno que, más allá de máscaras y disfraces, no puede ocultar el carácter fascista de su naturaleza.
Vidal habló de “sectores minoritarios de la política que consintieron y callaron la pobreza durante años”. Se refería a casi la mitad del electorado que en noviembre votó por el Frente para la Victoria (FpV), y que para el macrismo son millones de violentos que deberían “desaparecer”, pues así cumplirían con su estrategia de “pobreza cero”: asesinados los pobres, se acabó la pobreza.