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Crisis en el sector cítrico

Un informe elaborado por la UNDAV, revela que en el primer trimestre, la exportación de productos del sector cítrico disminuyó casi 25% respecto a los niveles de 2015.

El sector cítrico (limones, pomelos, naranjas y mandarinas) es una actividad altamente productiva en nuestro país. Esta economía regional, emplea a más de 100.000 trabajadores (entre directos e indirectos) e involucra a un total de diez provincias argentinas. En los últimos años, el sector se mostraba golpeado por la caída en la rentabilidad de productores primarios y una tendencia a la concentración productiva. Si bien se prometieron soluciones rápidas para el sector, la importante devaluación de 2015 no hizo más que incrementar los márgenes entre productores primarios y exportadores, pero no solucionó el problema de fondo de la falta de competitividad por inflación de costos, deficientes condiciones de infraestructura y un esquema de competencia muy concentrado en los últimos eslabones de la cadena. En el marco de estas complejidades, la situación de la economía regional de frutas cítricas mostró un retroceso en todas sus dimensiones en 2016, que se profundizó en lo que va del corriente año. En este contexto, los investigadores del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda realizaron un análisis exhaustivo sobre las características de esta economía regional, la descripción pormenorizada de la cadena de valor y el análisis de los principales números de la situación actual.

Para empezar, siguiendo el informe de los economistas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), la producción interna del sector citrícola estuvo influenciada por la evolución de la economía nacional. En la cosecha 2016/2017, el cultivo de frutas cítricas ha disminuido en comparación a la cosecha 2015/2016 como consecuencia de la reducción de los mercados externos (exportaciones) e interno (a partir de la caída en el nivel de actividad doméstica). En este punto, las caídas de la producción local son fueron diferentes para los distintos tipos de cítricos. La producción de limones, por un lado, que tiene como destino principalmente a los mercados externos disminuyó ligeramente con respecto a la cosecha de año precedente (-2,1%). En cambio, la producción de mandarinas y naranjas, que tiene como principal destino el mercado doméstico, bajó respectivamente para cada cítrico 20% y 28,8%. La mala performance citrícola estuvo además influenciada por las inclemencias climáticas que se presentaron en las áreas productoras y que intensificaron los efectos de la depresión en la actividad económica local. Dentro de los destinos que explicaron la baja de la producción nacional de naranjas y mandarinas el consumo doméstico fue el factor que más influyó. En efecto, con respecto a la producción de naranjas se produjo una caída interanual de 150 mil toneladas, de las cuales 124 mil menos se destinaron al consumo en fresco local, 25 mil menos para su procesamiento y 5 mil menos para exportar. Por tanto, los integrantes del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV destacaron que “la evolución de la cosecha cítricos, en la proyección para el consolidado de la temporada 2016/17, se estima que será exigua en términos históricos, con una caída promedio agregada cercana al 12% anual.

                          Fuente: USDA

Por otro lado, en relación al consumo, los investigadores de la Universidad Nacional de Avellaneda marcaron que “se registraron caídas significativas, a pesar de que varias de estas frutas son sustitutas entre sí”. Para el año 2015, el consumo en toneladas para el total de la población de limones fue de 70.307 toneladas de fruta fresca, mientras que en el 2016 el consumo se ubicó en 62.500 toneladas aproximadamente, explicando una caída del 11% estimado en tan solo un año. Esta caída se puede explicar por dos factores. En primer lugar, un incremento de precios por kilo, que se reflejó en una disminución en las cantidades consumidas, y en segundo lugar, un cambio de hábito de consumo hacia otros productos que cumplen similar función, debido a un incremento en los precios (ejemplo concreto es el cambio de hábito de consumo de condimentar una ensalada con limón fresco a realizarlo con limón envasado o vinagres que suelen tener un precio por cantidad más bajo).

Las naranjas siendo el cítrico más consumido y una de las frutas con mayor ponderación en la mesa de los argentinos, pasaron de consumirse 535.694 toneladas en 2015 a 510.000 toneladas en 2016 aproximadamente, lo que significó una reducción del 5%. Se puede inferir válidamente que el retroceso en el consumo de naranjas frescas se compensó con jugos concentrados o jugos en polvos como forma de sustituir dicho consumo. Las mandarinas por su parte, se consumían 248.384 toneladas anuales en el país en el 2015, y pasaron a consumirse 245.000 toneladas en 2016, explicando una caída del 1%. La baja en el consumo de naranjas pudo haber ocasionado un cambio de consumo hacia las mandarinas, lo que atenuó la caída en el consumo de las mismas. El siguiente gráfico, expuesto en la infografía publicada por el Observatorio UNDAV, ilustra lo comentado.

            Fuente: Datos Estimados en Base a Datos de la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios, La                       Dirección Nacional de Estudios de Mercados, SENASA y FEDERCITRUS

Por el lado del comercio, los economistas del Observatorio de Políticas Públicas señalaron que “la oportunidad que se había abierto con la posibilidad de la entrada de los limones argentinos al mercado estadounidense, fue puesta en suspenso en el mes de enero cuando la administración Trump decide suspender la importación de limones, por lo que la buena noticia no termina de producirse y queda en suspenso”. A pesar de este buen desempeño de las ventas al exterior hasta el año 2015 aparece un manto de duda cuando se observa que en el trimestre enero-marzo de 2017 la cantidad exportada de limones cayó un 24,6% acumulada, con respecto a igual período del año 2015, lo cual representa una merma del 35,6% en dólares. Si bien la comparación respecto de igual período de años pasados es homogénea, como en los primeros meses de cada año la exportación es menor en valores nominales por factores estacionales, restará observar cómo evolucionan las ventas en los próximos meses para proyectar si se mantendrá la tendencia alcista en las exportaciones de cítricos y en especial de limones o si los problemas volverán a aparecer.

                             Fuente: elaboración propia en función a datos de Aduana

En cuanto a los productos cítricos de mayor elaboración, tenemos al jugo de limón, como el principal producto de exportación, alcanzando casi los USD 200 millones de ventas externas en 2016. Sin embargo, con respecto a 2015, el crecimiento fue de tan sólo el 1%, cuando entre 2015 y 2014, este mismo crecimiento había sido del 52%, lo cual refleja lo errático que hasta el momento ha sido la política de apertura comercial que, si bien ha repercutido positivamente en el comercio exterior de algunas producciones primarias, no ha sido de la misma forma con los eslabones secundarios de las cadenas productivas asociados a estos sectores.

Por el lado de la importación, notamos que la apertura importadora ha implicado que la compra de cítricos al exterior muestre un crecimiento exponencial en 2016 con respecto a 2015, cuando se importaron 3.167 toneladas. Más aún, Cuando se consolidan los dos últimos años, (más de un 680% en 2016 y un 4,1% en lo que va de 2017), el incremento acumulado de compras de productos primarios al exterior supera el 700%.

                                 Fuente: elaboración propia en función a datos de Aduana

Con todo lo anterior, del estudio de los investigadores del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV, se desprenden las siguientes conclusiones sintéticas sobre la crisis en el sector de frutas cítricas en nuestro país.

.Las exportaciones, disminuyeron casi un 25% respecto del pico del año 2015, y después de un 2016 de desempeño magro.

.Por el lado de las compras al exterior, se destaca un preocupante crecimiento superior al 700% acumulado en los últimos dos años.

.La producción del sector no logra repuntar, y después de la caída del 10% en el año 2016, se proyecta una nueva merma, cercana al 2%, para el corriente 2017.

.En cuanto a la actividad industrial y el empleo, el año pasado se verificó una retracción del orden del 20%.

.En resumen, los márgenes del sector no mostraron mejoras, y el sector citrícola mantiene un diferencial (entre productor y precio de góndola) de aproximadamente el doble que el resto de los productos primarios.

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Polariza y reinarás, o caminarás solo

(Por Ignacio Cantala) La disyuntiva en torno a la estrategia de la polarización o la captura de la “ancha avenida del medio” se ha instalado como tema ineludible en todas las conversaciones del ámbito político.

Ambos caminos compiten por imponerse como el mejor modo de acumulación política para ampliar las bases de sustentación de los candidatos y sus proyectos con vistas a la elección legislativa.

Por un lado, la polarización, esto es, la definición clara y contundente de una serie de lineamientos y convicciones, enfrentadas a definiciones y lineamientos exactamente inversos y sostenidos con igual convicción.

Por el otro, lo que denominaremos el “centrismo”, esto es, el intento por ocupar el medio del arco político, equidistante de los extremos y pretendiendo capturar “lo mejor de cada uno”para andar por la “ancha avenida del medio”.

Las experiencias recientes parecieran indicar que esa avenida termina siempre convertida en una calle sin salida. El experimento de Sabatella en la provincia de Buenos Aires, la propia elección de Scioli en las PASO del 2015 o actualmente, el persistente intento de Massa por ubicarse allí dan cuenta del fracaso de la estrategia. El tránsito de Massa por esa avenida ya empezó a mostrarle indicaciones de “calle sin salida”, pero como aún quedan metros de camino él insiste en recorrerlos.

Su fuerza política se desgrana, sus figuras más rutilantes y experimentadas (Alberto Fernández y Felipe Solá) reniegan del neutralismo político, al que consideran insulso, vació y errado. ¿Qué dijo Massa del conflicto docente? Nada, porque las posiciones intermedias no caben ante situaciones que exigen definiciones políticas sin matices.

Por ello, hace tiempo vienen insistiendo al líder del Frente Renovador (FR) con una lectura que parece no permear la “cosmovisión consultora” de la realidad que sostiene Massa. En off suelen afirmar que “la sociedad esta polarizada y nosotros pretendemos representarla con posturas edulcoradas esa indeterminación está llevando a Sergio a perder votos día tras día”.

Además, siendo muchos de ellos lobbistas de importantes grupos económicos locales, se muestran preocupados por los recientes rumores que vinculan a Massa con el escándalo de Odebrecht y observan como paulatinamente se diluye el respaldo a su figura de alternancia que les permita recuperar posiciones hegemónicas en el bloque político y social dominante, hoy dominado por las corporaciones y el capital financiero internacional.

La idea de un Frente Renovador garante de la alternancia y de Sergio Massa como un líder moderno, transparente y racional, presentado como la instancia que supera las contradicciones, donde se encuentran contenidas la negación del kirchnerismo y la negación del macrismo y de donde nace lo nuevo, no termina de materializarse en los hechos.

El problema de Massa, retomando la lógica hegeliana, es que como afirmaba el filósofo alemán “siempre es el sujeto el que se realiza, por lo tanto lo que él hace vuelve”. Hasta el momento, dos sectores comenzaron a hacer girar el espiral, por un lado el gobierno nacional devolviéndolo a su lugar vacío, abstracto e indeterminado, inutilizable en un año donde el Congreso estará planchado y por el otro, el famoso “círculo rojo” que, aunque con menos ímpetu, mantiene viva su representación de una salida de emergencia para reconquistar su influencia sobre el poder político, obturada en el kirchnerismo por la primacía de la política y en el macrismo por su cierre con el capital financiero internacional. “Vamos a volver” dejó de ser una consigna exclusiva del peronismo.

El debate sobre el “centrismo” trasciende las fronteras del FR y llega hasta las propias entrañas del peronismo. Emilio Persico y el Chino Navarro, así como Julián Domínguez y Florencio Randazzo llegan a la vía del centrismo por considerar la polarización funcional al macrismo. Lejos de creer en los estudios de opinión que hablan de un tercio del electorado indeciso y ávido de posiciones moderadas y racionales, lo que aquí determina su visión es la necesidad de correr del centro de la escena a la ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Resulta paradójico que Randazzo, el mayor crítico de la figura moderada de Scioli, a quien llego a acusar de ser el candidato de Clarín en las PASO del FPV, apuesta ahora a una construcción centrista. En definitiva, pareciera una elección de segundo orden porque el extremo está ocupado por CFK.

Esta construcción del peronismo moderado fue la principal estrategia de Vidal y Monzó para garantizar un peronismo “prolijo”, que camine de traje por la avenida del medio. Sin embargo, la moratoria de dirigentes lanzada por la gobernadora logró convencer sólo a Duhalde, que antes de perder sus últimos minutos de protagonismo político anunció estar dispuesto a competir por la presidencia del PJ.

La fractura del peronismo es condición indispensable para la sobrevida del proyecto de Cambiemos.

La apuesta es que el peronismo prudente y racional, el peronismo socialmente jubilado, el peronismo sin ideologías y el peronismo subsidio dependiente desfilen por la avenida del centro al ritmo de la música funcional oficialista. Randazzo, Dominguez, Massa, Monzó, Duhalde, Persico y Navarro irían todos en la misma comparsa.

Finalmente, es preciso recordar que las ideas, teorías y encuadres conceptuales deben utilizarse para analizar la realidad y no al revés, es decir, adaptar la realidad a determinado marco conceptual. Las expresiones políticas callejeras así como los principales estudios de opinión muestran una sociedad polarizada. Los intentos por negar este fenómeno son asimilables a las pretendidas lecturas clasistas y nostálgicas de la izquierda.

Duran Barba, inventor de la política pública de subsidiar consultoras y trolls, lo tiene bien claro y por ello aconsejó profundizar en las últimas semanas la confrontación con la administración Kirchner. Su discípulo Marcos Peña mostró que sigue siendo su mejor troll.

El oficialismo necesita recrear algo del 51% que obtuvo en el ballotage para evitar un resultado electoral que se avecina desastroso. Negando en los hechos la idea de “unir a los argentinos”, se promocionan los niveles de odio para que siga viva la idea del “cambio”. Asistimos así, al encuentro de “la grieta” con sus autores intelectuales.

Mientras la sociedad se polariza y la despolitización pretendida por Cambiemos no se materializa, ciertos actores de reparto se disputan y atribuyen, por convicción o necesidad, encabezar la caravana teleológica por la avenida del medio.

Números y encuestas que anuncian “calle sin salida”

Polarización centrifuga o ancha avenida del medio son dos momentos lábiles y simultáneos que pueden favorecer o deteriorar a Sergio Massa. La regularidad de los más de 20 puntos que sacó en octubre de 2015 versus la intranscendencia de su presente son dos extremos de esa tensión.

Las encuestas indican que en forma sostenida desde el mes de agosto del año pasado, las consideraciones positivas sobre Massa caen a la par que las del macrismo.

Massa perdió adhesiones en ambos campos de la polarización: con el votante peronista que se opone a Macri por castigar a los trabajadores, y entre el público derechista, que lo sorprendió en alguna agachada, como la del malogrado proyecto opositor para el impuesto a los altos ingresos.

Y esa es la tendencia con distintos niveles según la región del país que se trate.

Todos los analistas consultados coinciden en que hay 60% de los 22 puntos que votaron a Massa en la primera vuelta de 2015, lo hicieron por Macri en el ballotage. Es un segmento que ya estaba polarizado contra el peronismo. Y probablemente siga apoyando, aunque en forma cada vez más débil, al tándem Macri – Massa.

En este punto, Macri aplica una de las tijeras de la polarización para seguir recortando el voto antiperonista. El problema adicional para Massa es que la inversión publicitaria del diálogo y la gobernabilidad son capitalizadas por Macri y su “no vuelta al pasado”.

El otro 40% de los votos de Massa, los que votaron a Scioli en la segunda vuelta, está más concentrado en la Provincia de Buenos Aires, porque recordemos que entre los 60 puntos que votaron Massa – Macri en 2015, están los muchísimos cordobeses arrastrados por De la Sota.

Que le pasó en a Sergio Massa en la Provincia de Buenos Aires?: en marzo de 2016 reunía 70% de opiniones positivas y 42 puntos de diferencial positivo (positivas menos negativas); ahora tiene 52% de positivas y tiene 7 de diferencial. Perdió el 40% de sus opiniones positivas en un año, socavado por las consecuencias sociales del modelo económico que habilitó en toda su campaña desde el 2013.

Para llegar ahí siguió una pendiente suave pero sostenida: 67% de positivas a 31% de negativas en julio de 2016; 62 a 35 en octubre; 59 a 36 en febrero.

Obviamente, Massa es considerado de manera confusa en su actitud frente al oficialismo: sólo un 40% lo considera Opositor y casi el 30% no sabe como ubicarlo.

Mientras tanto, en el otro cordón cuneta de la avenida, Cristina Kirchner recolecta la oposición a Macri, también entre los que tienen evaluación positiva de Massa. Allí la intención de voto de Cristina se duplicó desde octubre del 2016.

Los pragmáticos que votaron Massa – Scioli en 2016, muy concentrados en la Provincia de Buenos Aires, con gran incidencia de los más humildes de la Primera Sección Electoral y de los trabajadores calificados, es lógico que hoy manifiesten rechazo a las políticas de ajuste, apoyando a la ex Presidenta, única expresión cabal de oposición.

Pero aún en este contexto Massa se mantiene con 20 puntos en la Provincia de Buenos Aires. No tiene posibilidades de disputar la elección y mejora sólo cuando Margarita Stolbizer sale a cazar kirchneristas para captar votos macristas.

Sin embargo, esa simulación no expresa una dinámica electoral que los ubica cómodos en el tercer lugar.

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“Responsables”: relación entre inversión y conflictos

(Por Centro de Economía Política Argentina, CEPA) Mauricio Macri mencionó recientemente que la conflictividad del país influye en la llegada de inversiones. Esta resulta la enésima razón sostenida por Cambiemos en relación a las razones que explicarían la escasa llegada de inversiones en nuestro país. En la misma línea ya se había expresado Eduardo Eurnekian, quien expresó que "el dinero no va a venir porque todos los días hay un despelote"

A contramano de esta postura, Carlos Pagni sostuvo hace unos días atrás que “si soy inversor no me inquieta las protestas en la calle. Si la protesta en la calle es porque se está discutiendo la educación, se está discutiendo la racionalidad del gasto, se está discutiendo la racionalidad económica, y bueno, yo si soy inversor no voy a ser tan ingenuo de creer que se va a discutir eso y no va a haber protestas en la calle”.

Según declaraciones de Hernán Letcher, director CEPA: “El discurso repetido por Mauricio Macri responsabilizando a la conflictividad por la pírrica llegada de inversiones tiene naturalmente como finalidad condicionar las demandas populares y apelar a la aceptación silenciosa de las políticas que significaron una fenomenal transferencia de ingresos a favor de los sectores concentrados. Pero es también un mensaje hacia los grandes ganadores de la etapa, apuntando a garantizar a esos sectores el rumbo emprendido desde el 10 de diciembre de 2015. El ataque a los docentes, la estigmatización a su secretario general Baradel, los avances orientados a quitar la personería gremial a quienes reclaman, los acuerdos de flexibilización laboral y la participación activa del Ministerio de Trabajo a favor del capital se suman a la pérdida de puestos de trabajo y caída de salario real como mecanismos promovidos por el gobierno para disciplinar a los trabajadores y favorecer al empresariado concentrado”.

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Soberanía Satelital y el PARO del 6 de Abril

(Por Trabajadores de ARSAT) El paro es una expresión del malestar social y la presión ejercida por los trabajadores que participaron de la marcha del pasado 7 de Marzo, donde se reclamó una fecha del PARO GENERAL.

El rumbo económico del gobierno nacional, sirvió para concentrar la riqueza y el aumento de importaciones, por la cual se perdieron miles de puestos de trabajo, con cierre de industrias y comercios, con un crecimiento sustancial del endeudamiento externo y caída constante del consumo.

En definitiva, una perspectiva poco propicia para los trabajadores, ante un gobierno que avanza en la flexibilización laboral, en cambiar los convenios colectivos de trabajo, en bajar los salarios. Los Argentinos perdimos poder adquisitivo, puestos de trabajo, soberanía económica, territorial, aérea y satelital; la Argentina pierde por eso PARA.

En este contexto, ARSAT se encuentra totalmente desarticulada; las decisiones del gobierno nacional implementadas a través del Ministerio de Comunicaciones están minando la supervivencia de la industria satelital argentina.

Las decisiones políticas enunciadas por el Ministerio de Comunicaciones a cargo de Oscar Aguad, autorizando arbitrariamente a brindar servicios a en el país a siete satélites de bandera extranjera de forma ilegal, ya que viola lo dispuesto por la resolución vigente 3609/1999 de la ex Secretaria de Comunicaciones de la Nación limita, pone en riesgo a nuestra empresa ARSAT.

Otras empresas como INVAP y PyMEs de alto valor agregado, que participaron en el desarrollo Satelital Argentino, que lograron poner en el espacio dos satélites de comunicaciones ARSAT-1 y ARSAT-2, están es riego de reducción por la discontinuidad del ARSAT-3.

Las Resoluciones del Ministerio de Comunicaciones, avalan la maniobra que da lugar a la competencia desleal extranjera y barren definitivamente la industria nacional vinculada al sector satelital. Las mismas entran, además, en contradicción con la ley 27.208 de Desarrollo de la Industria Satelital que fue aprobada en noviembre de 2015 y desconocida hasta el momento por el gobierno nacional.

Como argentinos, debemos ponernos en estado de alerta ya que haber generado capacidades para diseñar y construir satélites permitió al país defender las posiciones orbitales de 72 y 81 grados Oeste hecho que fue posible por la fuerte inversión desde el Estado que no se pueden “entregar” ligeramente al negocio privado. Porque tener satélites es parte de la soberanía como país.

Las políticas que permiten que los negocios de las corporaciones estén por encima de los Estados Nacionales están direccionadas a la entrega del patrimonio soberano.

Paramos en defensa de la industria satelital argentina y en defensa de un modelo económico que garantice la inclusión y el bienestar de los que habitamos la Argentina.

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La Gauchada: El impacto fiscal de la quita y reducción de retenciones en 2016

Un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) revela que en términos agregados, en 2016 el gobierno tendría que haber recaudado en concepto de retenciones por el grupo de posiciones mencionadas US$ 9.561 millones, mientras que –producto de las quitas- sólo recaudó US$ 4.869 millones, es decir: la mitad de lo que tendría que haber percibido. En concreto, el gobierno resignó US$ 4.692 millones a lo largo del año.

Algunas equivalencias en el debate público actual

El importe anual que se dejó de percibir resulta sumamente relevante, ya que mediante la implementación de tres decretos el Estado Nacional dejó de recaudar casi la mitad de uno de los tributos con mayor impacto progresivo y $3,5 de cada $100 del total de los recursos tributarios.

La política implementada redujo la recaudación en $69.609 millones de pesos. Si se considera que el déficit fiscal del año 2016 ascendió a $359.382 millones, alcanzando 4,6% sobre el PBI, el monto dejado de recaudar equivale al 19,36% de tal déficit. En definitiva, se podría haber reducido el déficit a 3,70%.

Por otro lado, en relación al actual debate docente es posible considerar otra equivalencia. La diferencia entre pagar a todos los docentes de la Argentina 35% de aumento en lugar de 18% implica una erogación de 50.500 millones de pesos. Si bien esta erogación corresponde al nivel provincial de gobierno mientras que las retenciones refieren al orden nacional, es posible considerar que lo que se dejó de percibir por retenciones supera en $20.000 millones al diferencial salarial de los docentes.

Asimismo, el monto proyectado es también superior al subsidio anual de las tarifas recortado en 2016, estimado en $50 mil millones. Es decir, sin dicha quita y con dicha recaudación podría haberse evitado tal ajuste.

A este punto es relevante mencionar que, pese a la devaluación y la quita de retenciones, durante 2016 la producción agropecuaria se contrajo 5,52% medida en unidades físicas, pero aumentó sus precios (producto de las medidas mencionadas a lo largo del presente trabajo) en 83,86%. Lo mismo produjo en el sector minero, que redujo su producción en 5,3% pero aumentó los precios casi 50%. Finalmente la industria redujo su producción en unidades físicas en 5,7%, aumentando los precios casi un 40%. En conclusión, el impacto “prometido” por la quita de retenciones y la devaluación no se materializó en ningún aspecto productivo. En lo relacionado con el empleo, la información referida a estas actividades indica que entre diciembre de 2015 y diciembre de 2016 la industria redujo la cantidad de trabajadores de 1.252.108 a 1.204.285 (casi 4%), la minería redujo 6,3% (de 85.735 a 80.325 empleos), y el sector agropecuario aumentó su plantilla un escaso 1,7% (de 316.546 a 322.081 trabajadores). Es decir, la quita de retenciones tampoco tuvo como correlato un aumento del empleo.

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La Patria y la Guerra, 35 años

"Apoyados en razones que el conjunto de los argentinos compartíamos, los jefes militares de 1982 se valieron de una causa justa para embarcar al país entero en una guerra innecesaria", expresó Antonio Arcuri, quien dejó en claro que "el dolor está vivo luego de 35 años, las consecuencias continúan".

La fecha del 2 de abril guarda para los argentinos un sentimiento especial, puesto que ese día -35 años atrás-, tropas nacionales desembarcaban en las Islas Malvinas, en una acción militar que despertó la reacción de Gran Bretaña y desencadenó un conflicto bélico que se extendió a lo largo de 73 días, con el doloroso saldo para nuestra nación de 649 muertos y casi 1100 heridos.

Así cada 2 de abril se conmemora el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas, en un merecido homenaje a los oficiales y soldados que dejaron la vida en las tierras irredentas y a quienes regresaron al continente como veteranos de la única guerra contra una potencia extranjera que enfrentó el país en el Siglo XX.

Aquella conflagración, vista a la distancia, resultó el último intento de la cúpula militar de retener el poder del que las FFAA se habían apropiado de manera ilegítima y por la fuerza en 1976.

Apoyados en razones que el conjunto de los argentinos compartíamos, los jefes militares de 1982 se valieron de una causa justa para embarcar al país entero en una guerra innecesaria que costó muchos sufrimiento y en la que solo se puede rescatar el arroyo y la valentía de los oficiales y soldados que debieron enfrentar al oponente en el campo de batalla, en condiciones adversas y muchas veces abandonados a su suerte.

Muestra del agotamiento de la dictadura es que un año después comenzaba la retirada de los militares permitiendo elecciones libres. El camino de los gobiernos constitucionales desde 1983 a la fecha se posiciona en la reivindicación de nuestros derechos para la recuperación pacífica de Malvinas.

En todos estos años, con avances y retrocesos, el país ha implementado políticas para reafirmar nuestros derechos sobre las islas y lograr que algún día no muy lejano el pabellón nacional vuelva a flamear en su suelo.

El dolor está vivo luego de 35 años, las consecuencias continúan. No ha cejado el interés por mantener la presencia argentina en suelo malvinero, donde descansan soldados caídos en combate y, en ese marco, es de resaltar la tarea que se viene desarrollando para la identificación de 123 cuerpos que están enterrados en las islas.

Esta labor será llevada adelante por la Fundación “No me Olvides”que dirige Julio Aro, veterano de guerra, quienes han logrado -mediante una esfuerzo que iniciaron en 2008 y luego de un convenio firmado por la Cruz Roja Internacional-que se permitiera este hecho humanitario en tierras del sur.

Este domingo levantemos una oración en reconocimiento a nuestros héroes de la gesta de Malvinas. Y mantengamos viva la defensa de nuestros derechos en el Atlántico Sur.

Por Antonio Arcuri (ex Ministro de Justicia de la Provincia de Buenos Aires)

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Todas las proyecciones de Inflación estan por encima del objetivo del Gobierno

Todas las proyecciones de inflación anual están por encima del objetivo del 17% anunciado por el gobierno de Macri,del relevamiento de los 17 principales institutos, centros y consultoras que miden evolución de precios, se desprende que en ningún caso la inflación anualizada –en función al acumulado del primer bimestre del año- se encuentra dentro del objetivo esperado por el BCRA.

A fines del año pasado, la economía argentina empezó a experimentar un proceso de moderada desinflación. No obstante, según el informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), este fenómeno no fue producto de una trayectoria virtuosa de la economía, sino que se verificó principalmente por dos causas, a saber:

El techo de inflación muy alta, con tasas de variación media de precios superiores al 40%. En un contexto donde no existen desbalances macroeconómicos severos, saltos cambiarios pronunciados, ni crisis externa, era difícil pensar que la inflación se podría sostener por mucho tiempo en esos niveles.

El contexto de recesión generalizado. Ocurre que, en los contextos económicos pujantes, donde la demanda agregada presiona a la oferta, como producto de más argentinos y argentinas incorporados al ciclo productivo, los formadores de precios tienen algo más de margen para remarcar. Por el contrario, en una economía que languidece, típicamente se verifica una atenuación en los procesos inflacionarios, porque los empresarios ven decrecer sus cantidades demandas de bienes y servicios y tienen que competir por medio de baja de precios para sostener su estructura operativa.

Según los economistas de la UNDAV, por tanto, el proceso de desinflación no fue acelerado y continuo, sino más bien tenue y con diferentes bemoles. No obstante, en los últimos meses del año pasado, distintos funcionarios del poder ejecutivo se encargaron de sobredimensionar la desaceleración en el ritmo de precios, por medio de ciertos abusos en algunos recursos técnicos. Por tanto, desde el plano retórico, buscaban enfatizar que las tasas de inflación “anualizadas” desde la segunda mitad de 2017 se encontraron dentro del rango deseado, acorde a la política de metas de inflación (i.e. tope del 25% para 2016 y tope del 17% para 2017). Así, por ejemplo, en el mes de diciembre pasado la inflación se posicionó en 1,2%. Por tanto, la retórica oficial argumentaba que la inflación “anualizada” de ese mes era del 15,4%, esto es, una proyección totalmente acorde a los objetivos trazados. Similar situación se verificó en enero, cuando el 1,3% de avance de precios implícita un 16,8% anualizado. En ese mes, en su Informe de Política Monetaria, el Banco Central llegó a argumentar sobre la inflación anualizada del último semestre de 2016 que:

En el segundo semestre de 2016 la inflación mostró una marcada desaceleración, en línea con el sendero previsto por la autoridad monetaria. El Índice de Precios al Consumidor del Gran Buenos Aires (IPC-GBA) del INDEC promedió un aumento de 1,4% mensual en este período, ubicándose en términos anualizados por debajo de 19%, la menor suba semestral de los últimos seis años. Para el primer trimestre de 2017, la mediana de las expectativas de inflación de los analistas de mercado participantes del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) se ubicó en torno a 1,6% para el Nivel general y 1,5% para la inflación núcleo, por lo que implícitamente contemplarían actualizaciones de algunos ítems sujetos a regulación.

No obstante, de cara a 2017 y con las mediciones que ya acumulan el avance de precios del primer bimestre, los economistas de la UNDAV consideran que la trayectoria de la inflación anualizada no parece corresponderse con los niveles esperados por los hacedores de política económica. A los fines de analizar el desempeño inflacionario en lo que va del año, el estudio del Observatorio de Políticas Públicas consolida una variedad de indicadores producidos por diferentes institutos provinciales, centros de estudio, institutos y universidades de renombrada trayectoria y continuidad en el tiempo. El objetivo del informe recientemente publicado, es generar un relevamiento amplio, apropiado a los fines de indagar en las diferentes proyecciones de avance de precios para lo que resta del año, en función a los diferentes criterios metodológicos. En los números, luego de que en el primer mes del año la inflación mensual llegara al 1,6% promedio, el mes de febrero se volvió a presentar un salto sustancial, producto de los nuevos incrementos tarifarios en los servicios públicos de modo que las tasas anualizadas de la inflación del primer bimestre del año se ubican más cerca del 30% que de los 17% fijados por el BCRA.

                                                            Inflación anual (primer bimestre, anualizada)

                                                                      (en % de variación anual)

Fuente: producción propia en base a institutos provinciales, centros y consultoras

Se destacan dentro de los diferentes índices presentados por el estudio de la UNDAV, los de la consultora Bein, de Elypsis y el IPC de Santa Fe, cuyas tasas anualizadas de la inflación bimestral superan en más de 10 puntos porcentuales a la banda superior del objetivo definido por el BCRA. En estos casos, las alzas se deben primordialmente a los nuevos esquemas tarifarios que se aplicaron para los servicios públicos. En el caso de la Provincia de Santa Fe por ejemplo los aumentos en los servicios públicos estuvieron congelados por un Amparo Judicial, implementándose finalmente los nuevos cuadros tarifarios a partir del 29 de enero del corriente año y aplicándose la totalidad del aumento a partir de febrero. Esto produjo que el rubro de Vivienda y Servicios del Índice de precios santafesino llegara al 6% en enero y se duplique (+12,4%) en febrero (variaciones intermensuales). Por su parte, las expectativas de inflación recogidas por el BCRA en su informe de Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) se mantienen pesimistas respeto del cumplimiento de la meta inflacionaria. Para el área metropolitana (CABA y GBA) la creencia de los distintos consultados acerca de la inflación anualizada a diciembre del corriente año llegan al 20,8%, casi 4 puntos porcentuales por encima del 17% prefijado.

En el último apartado, el informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda se encarga de examinar diferentes aspectos técnicos del actual índice de precios que publica el Indec. Como se sabe, este indicador partió de la base de validar la encuesta de gastos 2004 y 2005, realizando leves modificaciones y adaptaciones. Entre otros aspectos criticables, nos interesa centrar el análisis sobre ciertas distorsiones actuales del índice, producto de la notable alteración de precios relativos del último año. Es que, producto de los saltos tarifarios en una gran cantidad de bienes y servicios públicos, la canasta de las familias cambió su composición, y la relación entre el gasto en estos ítems y el resto de los productos también se vio modificada. La única respuesta de los técnicos que definieron el nuevo diseño del indicador oficial es que en todo índice de cantidades fijas las ponderaciones no son estrictamente inmutables, sino que se van adecuando de acuerdo a los ponderadores implícitos, que captan parte de las modificaciones de precios relativos. No obstante, no menos cierto es que en entornos de alteraciones muy pronunciadas, este efecto no responde con la velocidad suficiente como para garantizar que en los meses más cercanos a los saltos –por ejemplo, los fuertes incrementos tarifarios- el índice de inflación no subestime su efecto.

Como puede observarse en el siguiente gráfico, los economistas de la UNDAV exhibieron diferentes servicios de consumo general, junto al gasto mensual estimado en el servicio, implícito al índice de precios del Indec. El mismo, se obtiene a partir de la estimación de un nivel de factura media del servicio y el cálculo del nivel de gasto acorde a la ponderación de cada rubro de la canasta de consumo.

                                             Niveles de gastos que subyacen a las ponderaciones del IPC  

                                                                        (en $ corrientes)

                  Fuente: producción propia en base a metodología IPC-Indec e información de mercado

Con todo lo anterior, del estudio de los investigadores del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV, se desprenden las siguientes conclusiones sintéticas sobre los índices de precios al consumidor y la coyuntura actual en materia inflacionaria:

El poder ejecutivo implementó desde finales de 2015 un sistema de metas de inflación, bajo la afirmación de que los desajustes de precios eran el principal problema macroeconómico.

Para medir los resultados en el combate a la inflación, modificó la metodología anterior del índice de precios que publica el Indec. Uno de los principales cambios fue el ajuste de las ponderaciones (peso relativo) de consumo de bienes y servicios, de acuerdo a la canasta de la encuesta nacional de gastos del año 2004/2005.

Dada la modificación en los hábitos de consumo y el importante cambio en precios y en cantidades a partir de los reajustes tarifarios desde 2016, las ponderaciones del índice IPC-Indec no parecen reflejar correctamente el consumo de los hogares.

Así, por ejemplo, una familia promedio, que pague una tarifa de gas, luz o agua de $200, debería tener ingresos de casi $22.000, $57.150 o $62.500, respectivamente.

Por su parte, un matrimonio que destine $6.000 totales al alquiler de un departamento, debería tener un ingreso de alrededor de $82.400, de acuerdo a la ponderación de 3,65% que da el índice de precios del Indec al alquiler de viviendas.

Independientemente de los aspectos técnicos, en la práctica el proceso de desinflación del corriente año no se viene desarrollando a la velocidad que enuncia el poder ejecutivo.

Del relevamiento de los 17 principales institutos, centros y consultoras que miden evolución de precios, se desprende que en ningún caso la inflación anualizada –en función al acumulado del primer bimestre del año- se encuentra dentro del objetivo esperado por el BCRA.

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INDEC versus UCA: Un análisis crítico

Un estudio del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) que parte de la revisión crítica de la metodología del INDEC, señala como punto central el deliberado cambio metodológico realizado por el organismo, con la finalidad de impedir el empalme hacia atrás en las series de pobreza e indigencia y soslayar el salto de pobreza con Cambiemos, gobierno asumido el 10 de diciembre de 2015.

Asimismo, esta decisión intenta deslegitimar la reducción de la pobreza durante la gestión del gobierno anterior, en el marco de la actual instalación de un discurso de austeridad fiscal, dirigido al recorte de importantes partidas del gasto social.

Como siguiente paso, se ha instalado que el empalme natural a los datos de pobreza publicados por el INDEC es la serie provista por la UCA para el periodo 2010 – 2016. Esta estimación de pobreza carece de consistencia metodológica y los elementos que la componen (ingresos, valor de canastas y coeficiente de Engel fijo, entre los principales) demuestran que el empalme tiene una explicación política antes que técnica. En efecto, una eventual desautorización de parte del órgano oficial de estadísticas -INDEC- a los datos elaborados por la UCA, también conllevaría una deslegitimación del conjunto del discurso construido por la UCA para el periodo anterior, que señaló niveles de pobreza cercanos al 30% (y un piso elevado de pobres favorable a Cambiemos) y contribuyó a erosionar la política pública y orientación del gasto social del kirchnerismo.

El objetivo político de la instalación mediática de este empalme lo resumió hace sólo unos dios atrás el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó al expresar que “en treinta y tres años de democracia el peronismo gobernó el 90% del tiempo y tenemos 30% de pobres", es decir, las políticas de corte social del gobierno anterior no permitieron reducir la pobreza en nuestro país.

La metodología, dominio de estimación, y distintos inconvenientes metodológicos de la UCA mencionados anteriormente, impiden que dichas estimaciones sean confiables. Al contrario, los datos de la UCA parecen basarse una fuerte subestimación de los ingresos de la población viviendo con ingresos alrededor de la línea de pobreza y una canasta básica total muy subestimada basada en una inversa del coeficiente de Engel de 2,08 muy por debajo de cualquier coeficiente utilizado por otros organismos. Por lo demás, UCA usa un coeficiente fijo que le impide tomar en cuenta los efectos de los aumentos de precios fuera de los alimentos.

Esta estrategia se adecúa a los intereses del presidente Mauricio Macri, quien indicó al momento de anunciar la nueva medición de pobreza que “este es el punto de partida desde el cual acepto ser evaluado". La decisión de pretender juzgar el gobierno de Cambiemos a partir de ese momento implica ocultar el impacto de las propias medidas económicas impulsadas por el macrismo desde su asunción.

En efecto, la medición de pobreza por ingresos resulta muy sensible a las variaciones tanto del ingreso como de los precios de la canasta alimentaria. En este sentido, la decisión de devaluar la moneda a mediados de diciembre conjuntamente con la quita de retenciones y sumado a ello, el tarifazo posterior han golpeado severamente el ingreso de bolsillo de las mayorías argentinas. Resulta oportuno mencionar que el método de estimación de pobreza por ingresos es "indirecto", en tanto considera pobres/indigentes a aquellos que no cuentan con recursos monetarios suficientes para satisfacer sus necesidades básicas, tomando para el análisis sólo una dimensión. En efecto, existen métodos "directos" que consisten en verificar si los hogares han efectivamente satisfecho una serie de necesidades previamente establecidas (no sólo de ingreso monetario), es el caso de medición de NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas) o la Medición de Pobreza Multidimensional (IPM).

De la misma manera que el gobierno realizó con la tasa de desocupación, la publicación del INDEC omite deliberadamente la evolución de la pobreza desde el inicio del gobierno de Cambiemos. En efecto, la evolución de los precios de los alimentos en los meses de diciembre y enero (por las medidas económicas del gobierno nacional) se tradujeron en un consecuente y previsible aumento de la indigencia y la pobreza medidas por ingresos.

Finalmente mencionar que ante el vacío creado por la ausencia de publicación de un empalme oficial por parte del INDEC, hubo intentos, de parte de diversos centros de estudios, de reconstruir la serie de pobreza entre 2003 y 2016, tomando como punto de partida el II trimestre de 2016. Esto se basa en un error metodológico importante que constituye en mantener canastas fijas en variedades y cantidades y proyectarlas por medio de índices de precios. Está demostrado que ante fuertes cambios de precios relativos los consumidores varían su estructura de consumo y por ende el valor de la CBA y CBT no sigue estrictamente la evolución del IPC. Este ejercicio ha arrojado una sobrestimación de la pobreza reconstruida “hacia atrás”, con valores ubicados entre el 25 y 30% para 2015.

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La fuga de capitales del primer bimestre fue la mayor de los últimos 15 años

Un informe de la Universidad de Avellaneda (UNDAV), marca que la fuga de capitales del primer bimestre de 2017 fue la mayor de los últimos 15 años. De enero a noviembre de 2016 se fugaron algo más de 11.000 millones de dólares, mientras que, en los dos primeros meses de 2017, entre la dolarización de las carteras (atesoramiento) y la demanda de divisas para turismo se fugaron 9.000 millones de dólares.

Sucesivas mutaciones se dieron en el sistema monetario y cambiario argentino desde el último cambio de régimen, de finales del año 2015. Dada la adopción de un esquema de metas de inflación, la desregulación normativa relativa a requisitos para la operatoria de los bancos y la entrada de capitales especulativos, el último año nuestro sistema financiero se volvió más volátil y expuesto a shocks externos. El objetivo de las autoridades del Banco Central es apaciguar la inflación por medio de la aplicación de políticas monetaristas que impriman libertad a los agentes económicos, con el propósito de que la oferta de dinero se ajuste a la demanda y se eliminen las “distorsiones” típicas de los modelos administrados, a saber, el exceso de pesos en circulación. La variable –casi exclusiva- que utiliza en este sistema es la tasa de interés. La función de reacción de la autoridad rectora, explicitada sobradas veces por su actual titular, implica una respuesta inmediata ante los cambios en las expectativas de inflación futura, de modo tal que los ahorristas no pierdan interés en invertir en pesos. Este factor es fundamental para sostener la virtud del sistema, evitando desvíos. Cuando en una economía enteramente abierta, los incentivos a invertir en la moneda local se atenúan, ocurre un desplazamiento de los capitales hacia activos nominados en moneda extranjera. Si, a su vez, se incorpora el condimento de la elevada nominalidad de nuestra economía (producto de la alta inflación de los últimos años), entonces el resultado es aún más pernicioso: se favorece un marco económico y financiero apropiado para la valorización financiera y fuga, a partir del diferencial de tasa respecto al resto del mundo y la baja devaluación esperada.

Todo este escenario está condicionado por la decisión de efectuar un programa de endeudamiento acelerado, tanto en pesos como en dólares. El ritmo de aumento de deuda se explica a partir de la necesidad de la actual gestión económica de reducir los niveles de déficit primario sin incurrir en más ajuste convencional. Los casi U$S 65.000 millones colocados en los mercados internacionales a lo largo de 2016, aún no redundan en stocks de deuda preocupantes. Sin embargo, la velocidad que ha tomado el proceso, es algo que debe seguirse de cerca: se estima que para fines del corriente 2017, el porcentaje de deuda en relación al PBI argentino alcanzará el 50%.

Ahora bien, cuando nos corremos del análisis retórico y observamos los números fehacientes de la economía, las variables no parecen comportarse como los hacedores de política vienen pregonando. Un informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) computo la evolución de la tasa de interés, en conjunto con la inflación acumulada anual. Para eso, utilizaron el índice de precios de la consultora de Bein que, a diferencia del IPC-Indec no presenta discontinuidades metodológicas ni faltante de información. Como se puede ver en la serie completa del gráfico de más abajo, la comparación entre la tasa de interés anual para cada momento y la inflación que corrió para los siguientes doce meses , arroja resultados sintomáticos. Por ejemplo, la tasa de interés promedio del plazo fijo, a la cual pueden acceder la mayor porción de los ahorristas minoristas, ha sido negativa a lo largo de toda la serie. A pesar de la línea argumental oficial, sobre la importancia de ofrecer instrumentos atractivos en pesos, lo cierto es que la rentabilidad de un plazo fijo continuó siendo negativa en términos reales. Mucho tiene que ver con este resultado la eliminación de regulaciones sobre las tasas de interés mínimas a las que deben tomar depósitos minoristas los bancos. Ocurre que, hasta diciembre de 2015, la regulación de tasas mínimas ataba la rentabilidad del plazo fijo a la evolución de la Lebac. La misma fue eliminada a fines de ese año, y los bancos pudieron decidir cuánto remuneraban el capital tomado en función a las leyes de la oferta y la demanda.

                              Rentabilidad real, primer escenario (enero 2015 – febrero 2017)

                                                         (en porcentaje interanual)

                   Fuente: elaboración propia en base a BCRA e Índice de Precios de Bein

Según los economistas de la Universidad de Avellaneda, la contracara del endeudamiento, como sucede en los modelos de valorización financiera, es la fuga de capitales. A pesar de los augurios sobre la confianza del nuevo modelo, la dolarización de carteras está en niveles como no se habían visto en décadas. De enero a noviembre de 2016 se fugaron algo más de 11.000 millones de dólares (+84% i.a.), mientras que, en los dos primeros meses de 2017, entre la dolarización de las carteras (atesoramiento) y la demanda de divisas para turismo se fugaron 9.000 millones de dólares, la mitad de la deuda tomada por el gobierno para cubrir el déficit fiscal.

La dinámica del incipiente proceso de dolarización de la economía no llega a encender los sensores de alarma, debido al coyuntural exceso de liquidez de divisas, por el (acelerado) retorno a los mercados de deuda y los ingresos por única vez del blanqueo. No obstante, el ritmo de derroche de las (escasas) divisas genuinas, debería concitar la atención de los hacedores de política. Para poner en concreto, conviene analizar los últimos números que expone el balance cambiario del BCRA. Por ejemplo, cuando se analizan los números consolidados del primer año de librecambio, se encuentran erogaciones de dólares un 42,5% mayores que en 2015, por todo concepto. Entre las aplicaciones de fondos que más crecieron, se encuentran egresos por utilidades y dividendos, con casi U$S 3.000 millones en 2016 y una variación porcentual de 2.889% respecto a 2015, egresos por divisas con más de U$S 9.400 millones (+1.470%), compra de títulos valores con alrededor de U$S 9.700 millones (+688%) y operaciones de canje por transferencias al exterior´, con más de U$S 9.800 y una variación porcentual irrisoria por tratarse de un ítem prácticamente obturado en 2015. Asimismo, los egresos por billetes –típicamente ventas a minoristas- aumentaron un 80%, desde U$S 11.000 millones en 2015 a casi U$S 20.000 millones en 2016.

Los resultados de 2016 no parecen responder al típico efecto manada una vez que se libera una compuerta, sino más bien son característicos de un cambio de régimen que no está exento de riesgos en el largo plazo. Es así que como señala el informe de la UNDAV, en el primer bimestre del año 2017, las erogaciones totales del “sector privado no financiero” crecieron un 120%. Dentro de estas, si tomamos el subconjunto de dólares destinados al atesoramiento privado y la fuga, se registra un crecimiento del 10,6% en el acumulado enero-febrero del corriente año, respecto a igual período de 2016. Interesante es resaltar que estos casi U$S 4.000 millones en un bimestre representan la suma de dólares fugados del sistema más grande desde el año 2003, superando en un 83,9% al promedio de los últimos quince años. Por último, al respecto, consignar que el festival para las entidades financieras y cambiarias siguió su curso en lo que va de 2017. Según el BCRA, la aplicación de divisas para satisfacer este conjunto aumentó en un 36% respecto al primer bimestre del año pasado, totalizando casi U$S 2.400 millones comprados en el mercado único y libre de cambios. Como es de esperar, motorizados mayormente por transferencias de capital al exterior en forma de utilidades, honorarios profesionales y servicios varios.

                             Divisas del BCRA destinadas al atesoramiento y fuga (2003-2017)

                                                          (en millones de dólares)

                    Fuente: producción propia en base a datos del Balance Cambiario – BCRA

Con todo lo enunciado, a continuación, se presentan a modo de resumen las principales conclusiones que se desprenden del análisis coyuntural del sistema monetario y cambiario argentino realizado por los economistas de la Universidad de Avellaneda:

• Desde el último cambio de gestión económica, se dio una mutación en el sistema financiero argentino. En lo concerniente a la política monetaria, se levantaron regulaciones normativas sobre los bancos. En materia cambiaria, se liberalizó la cuenta de capital y financiera.

• El nuevo esquema institucional tuvo, en el marco de un régimen de metas de inflación, tuvo consecuencias sobre los incentivos a invertir en instrumentos en pesos o a dolarizar activos.

• A pesar de que la actual gestión monetaria pregona la importancia de una tasa de interés real positiva, la misma se mantuvo todo el 2016 en valores negativos, y la perspectiva para 2017 es que este fenómeno se potencie.

• Al no existir opciones en pesos que equiparen a la inflación, los fondos se vuelcan a la valorización y fuga. Por eso, en 2016, la salida de dólares del sistema financiero –por todo concepto- superó en un 16,8% a la de 2015 y en un 37,2% al promedio de los últimos cinco años.

• Esta dinámica parece repetirse en 2017, donde las erogaciones de dólares del BCRA para atesoramiento privado, pago de intereses y remisión de utilidades fue la mayor de los últimos quince años (10% mayores a las de 2016 y 320% superiores a las de 2015).

• Con todo, el esquema de metas de inflación del BCRA está en riesgo. Si los ahorristas no encuentran un refugio de poder adquisitivo en pesos, y no se restringen los capitales de corto plazo, la dolarización de carteras puede tomar un ritmo peligroso para la sustentabilidad macroeconómica.

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Macri y la derecha construyen sus políticas y discursos sobre Educación desde una gigantesca pirámide de infames mentiras

(Por Víctor Ego Ducrot*) Podríamos afirmar sin más que la educación, la instrucción y los saberes que gozan quienes, como el presidente y su pandilla, tuvieron “la suerte” de no “caer” en la escuela pública y educarse en el Cardenal Newman o cualquier otro instituto privado quedan fielmente reflejadas en las capacidades que exhiben en forma cotidiana: una brutal incultura, una desmedida maldad cívica y apenas con conocimientos para saquear al Estado, esquilmar a la sociedad, mentir; y como dice la propia historia de las clases dominantes argentinas, asesinar, torturar y hacer desaparecer a quienes no piensan como ellos. Podríamos señalar también que las “evaluaciones”, los diagnósticos y demás construcciones se apoyan sobre cimientos de mentiras o al menos de manipulaciones, pues ni en sus establecimientos para élites la educación privada alguna vez fue mejor que la pública, y los elogios a esta última apuntan a un solo objetivo, el mismo que tiene ante el mundo todo la lumpen burguesía vernácula desde sus tiempos originales: sólo hacer buenos negocios.

La educación privada en sus tres niveles, y salvo contadísimas excepciones, es mediocre, chapucera, falsaria y no apunta a proveer de saberes adecuados sino de buenas agendas, las que serán continuadas en los vecindarios exclusivos de los barrios privados, en las poltronas de la corporaciones, entre padres e hijos de “la gran familia garca nacional”, apelativo que también cabe para aquellos que hacen un uso oportunista de la educación pública y después trepan en la escala de prevaricatos morales que suponen las prácticas políticas post dictadura y de “democracia controlada”. Ejemplos de estos últimos especímenes sobran pero se me ocurre uno muy al día: el del bestial tecnócrata que con autorización, dice él y nunca desmentida, de Cristina Fernández de Kirchner continuó en el gabinete de Cambiemos; sí Lino Barañao, para quien los estudios sobre el Medioevo son inútiles, casi la opinión de un primate intelectual.

Toda la batería discursiva y de acciones del gobierno de Mauricio Macri sobre Educación apuntan a destruir el espacio público – provoca poco menos que rabia oír la diatribas del presidente y su gabinete, sus invocaciones a la represión, sus persecuciones a los militantes y dirigentes sindicales docentes, su hacerle cargo a éstos últimos de los males que ellos mismos, casi al borde del delito, le procuran a nuestras escuelas, colegios y universidades, a nuestros niños y jóvenes, a sus familias; es decir la patria de carne y hueso.

El diario La Nación, como parte de la guardia pretoriana mediática del presidente y de lo más reaccionarios entre lo reaccionarios – acompañado y complementado siempre por las versiones con mayor capacidad de penetración social, como el Grupo Clarín y sobre todo la TV y los medios digitales centrales – nada ahorra en semántica infame. “Fuerte brecha entre los colegios públicos y los privados”, dice en primera plana este miércoles tras afirmar “más de la mitad de los chicos no comprende textos ni logra resolver cálculos”.

Se refería a la ignominiosa presentación hecha ayer por Mauricio Macri sobre la supuesta evaluación denominada Aprender, ocasión en que no pudo ocultar su pensamiento clasista, racista, discriminador y brutalmente ignorante, con ese analfabetismo secundario que caracteriza a la lumpen burguesía argentina, cuando se refirió a los niños que para él “caen” en la escuela pública.

Como se señaló antes, podríamos afirmar sin más que la educación, la instrucción y los saberes que gozan quienes, como el presidente y su pandilla, tuvieron de la suerte de no “caer” en la escuela pública y educarse en el Cardenal Newman o cualquier otro instituto privado quedan fielmente reflejadas en las capacidades que exhiben en forma cotidiana: de una brutal incultura, de una supina maldad cívica y apenas con conocimientos para saquear al Estado, esquilma a la sociedad, mentir y como dice la propia historia de las clases dominantes argentinas, asesinar, torturar y hacer desaparecer a quienes no piensan como ellos. Pero el tema es más complejo.

Los argentinos debemos sentirnos orgullosos de nuestros sistema de educación pública – los mejores intelectuales, científicos y artistas salieron de sus claustros, de sus aulas, de su portentosos dones democratizadores – aunque no es menos cierto que, pese a lo enormes esfuerzos en un sentido positivo realizados por las gestiones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, primero por las limitaciones de las propias matrices de origen, dadas por el carácter liberal oligárquico del modelo Generación de 1880, no totalmente superado ni siquiera entre 1946 y 1955, y luego por décadas de gobierno dictatoriales y democráticos formales o “vigilados”, propios del modelo neoliberal patrocinado desde EE.UU. y las metrópolis en general, la tendencia fue y se acentúa con presencias lumpen burguesas como las de Mauricio Macri, hacia la crisis estructural del sistema, tanto en los educativo propiamente dicho como en lo infraestructural y en los aspectos curriculares y salariales de las plantillas docentes, hoy en más que legítima protesta en pos de una vida digna; crisis estructural agravada por la desproporción entre la velocidad del desarrollo tecnológico y los nuevos hábitos que ellos generan entre niños y jóvenes pero más aún porque durante los años de plomo del vaciamiento imperial del país, durante la pasada década del ’90, el poder oligárquico logró hacer estallar por los aires el núcleo ejemplar de nuestro paradigma educativo, al sancionar la aun vigente Ley 24.195 / 93 Federal de Educación.

Pienso en las marchas y debates entre “laica o libre” que, todavía siendo un niño, viví cuando en 1958 el entonces presidente Arturo Frondizi impulsó que la universidades privadas puedan otorgar títulos habilitantes, agachándose así ante las imposiciones oligárquicas capitaneadas por la tan derechista siempre Iglesia Católica argentina; al fin de cuentas el mismo presidente que, el mismo año, diseñó e impuso el Plan Conintes, el modelo represivo contra el movimiento obrero y popular, contra la Resistencia peronista y otras expresiones, a pedido de la Embajada de Estados Unidos; y al fin de cuentas bis, la misma Iglesia que supo proveer de capellanes torturadores, y hasta altos dignatarios, muy altos, a los jerarcas de la dictadura cívico militar que irrumpió aquél 24 de marzo de 1976.

Y traigo a cuento aquellos episodios del ‘58 porque la Ley 24.195 / 93 Federal de Educación y la falta de decisión política para su derogación y vuelta al sistema nacional de Educación cuando existió la posibilidad de hacerlo – hay que decirlo- , la política y los discursos macristas de estos días, destructivos de la Educación Pública, de nuestra juventud y niñez y de sus educadores forman parte de aquél mismo paradigma que Frondizi plasmó en el ‘58 pero que requirió del golpe y el bombardeo a civiles del ’55 y de los posteriores fusilamientos.

Una vez más: si no se entiende que el gobierno de Macri es el gobierno de los nietos de “la Fusiladora” y de los hijos de la dictadura, será entonces difícil comprender su caracterización y vertebrar una respuesta política para los próximos acontecimientos electorales, en un sentido profundo ,no meramente de trastoque de máscaras, ni mucho menos de fervorosos consignismos.

Antes de cerrar esta suerte de ensayo de opinión viene a cuento consignar algunas informaciones que este mismo miércoles publicó el diario Contexto de La Plata acerca de las últimas apreciaciones infames del presidente. El ex ministro de Educación de la provincia de Buenos Aires, Mario Oporto, sostuvo que el operativo Aprender “fue hecho a las apuradas para poder hacer un diagnóstico a principio de año para usar en la disputa paritaria. Fue preparado de antemano por el gobierno, no sorprende. Macri se apresura a hacer juicios cuando las variables educativas son complejas y variadas”.

Silvia Almazán, secretaria de Educación y Cultura del sindicato Suteba, afirmó que “es la primera vez que un presidente plantea que es una inequidad ‘caer’ en la escuela pública”. Por su parte, Luana Volnovich, diputada nacional del FpV y vicepresidenta de la Comisión de Educación, señaló que “con este desprecio habla Mauricio Macri. El desprecio por lo público y la educación pública brota cuando el guión falla. Ahora se entiende por qué no hay aumento docente”.

Docentes particulares también reaccionaron. En Mar del Plata, la docente de escuelas públicas de la ciudad balnearia Lorena Ravalli le escribió una carta a Macri después de escuchar sus agravios. “La educación pública debe ser el principal tema de su agenda, y no el objeto de su discriminación”, apuntó. La docente, quien en la carta explica que manda a sus hijas a escuela pública, le dijo al presidente que “sus dichos, francamente, dan cuenta de su pobre capacidad simbólica y política como funcionario. Y de su poca o nula perspicacia a la hora de empatizar con la sociedad. Incluso con la parte que lo votó”.

Ahora sí, y para cerrar tras reiterar un párrafo del principio – la educación privada en sus tres niveles, y salvo contadísimas excepciones, es mediocre, chapucera, falsaria y apunta no a proveer de conocimientos adecuados sino de buenas agendas, las que serán continuadas en los vecindarios exclusivos de los barrios privados, en las poltronas de la corporaciones, entre padres e hijos de “la gran familia garca nacional”, apelativo que también cabe para aquellos que hacen un uso oportunista de la educación pública y después trepan en la escala de prevaricatos morales que suponen las prácticas políticas post dictadura y de “democracia controlada” tras la caída en desuso del modelo impuesto por la llamada doctrina de la seguridad nacional – algunas afirmaciones que son apropiadas en la medida que, repito, este texto es apenas un ensayo de opinión.

Ya se expresó pero vale repetirlo una y otra vez. Es falso de toda falsedad que en nuestros país la Educación privada sea de mejor calidad que la Pública. La ecuación es exactamente al revés, pero el aparato oligárquico el poder, en el cual sus guardias pretorianas mediáticas juegan un papel determinante, trabaja para convencer a grandes contingentes sociales de que la mentira es verdad. Así lo requieren el negocio y el afán de disciplinamiento ideológico.

La Educación, como la Salud, debería ser una y Pública. Solo se trata de decisión política, pues el propio sistemas capitalista provee de mecanismos para hacer ello posible; el impedimento se encuentra en la negativa de las clases opresoras a ceder ni siquiera un mínimo de sus descomunales beneficios, consecuencia de la apropiación privada de lo socialmente producido.

En todo caso – porque para terminar con la Educación privada es necesario un consenso social de carácter revolucionario que no se registra en este momento concreto de la Historia como proceso – que la misma no reciba subsidios sino que, al revés, pague impuestos sostenidos y destinados a los fondos de sustentabilidad de la Educación Pública, que puede existir con altísimos niveles de excelencia en tanto el Estado cumpla con sus obligaciones en vez de ser cabecera de playa de gobiernos saqueadores.

Un desafío, que como tantos otros para la simple “felicidad del pueblo”, requiere de prácticas políticas que tiendan a la creación de mecanismos de poder popular superadores de las formalidades de las democracias vigiladas, con programas e instancias de acción y participación social claros y multitudinarios.

* El autor es doctor en Comunicación por la UNLP. Profesor titular de Historia del Siglo XX (Cátedra II) en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP. Periodista y escritor. Director de AgePeBA.

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