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Crisis textil: la cantidad de empresas importadoras aumentó más de un 40% en 2016

Según un informe del Observatorio de Políticas Publicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), el sector textil argentino se encuentra en una compleja situación. Las causas se encuentran en los cambios que sufrió la economía en el año 2016.

La industria se enfrenta a un acelerado ritmo de deterioro, después de años de crecimiento de la producción y las ventas en la última década. La tormenta perfecta actual tiene que ver, entre otros factores con:

• Una flexibilización en los requerimientos y procedimientos para importar mercadería barata, que en su mayoría proviene de China;

• El aumento asfixiante de los costos (principalmente de los servicios públicos), que derivó en incrementos de precios de segunda ronda.

• El fuerte retroceso del consumo, que achicó el mercado interno, afectando puestos de trabajo.

• El anclaje de un tipo de cambio que con el avance del proceso inflacionario fue perdiendo competitividad para las empresas exportadoras.

La industria textil se erigió como una de las ganadoras del anterior modelo económico. A pesar de la volatilidad intrínseca en la competitividad y las importaciones, se observó a lo largo del período un proceso instalación de nuevas firmas, de reinversión de utilidades en la cadena de valor, capacitación de mano de obra y formación de stocks. Se trata de un sector con historia en la economía local, que siempre fue perjudicado por los modelos económicos liberales-aperturistas. En cambio, los gobiernos de corte industrialista, encontraron en el sector una pieza clave del desarrollo socioeconómico del país, principalmente por la capacidad del sector de generar puestos de trabajo en estratos sociales con niveles elevados de desocupación estructural y pobreza crónica. Se calcula que el sector textil representa alrededor del 10% del empleo de toda la industria, y genera cerca de 420.000 puestos de trabajo directo, en su mayoría mujeres. Además, si bien hay grandes jugadores en el rubro, se trata de un sector con fuerte componente pyme, las cuales se encuentran distribuidas en localidades a lo largo y ancho de todo el país.

El rol del Estado en estos días se está rediscutiendo. Representantes del sector textil advirtieron que, a comienzo de 2016, las autoridades permitieron que entraran todas la DJAI que estaban pendientes de la gestión anterior. El sistema de DJAI Declaración Jurada Anticipada de Importación se trató de una herramienta utilizada para administrar el comercio exterior, de acuerdo a la situación macroeconómica en general, que para autorizar una importación tiene en cuenta la existencia de una crisis internacional, la escasez de divisas, una caída de la demanda interna y externa, etc. La intención es proteger a la industria de la competencia externa desleal o de situaciones que ameritan avalanchas importadoras para colocar excedente de producción. Por supuesto se trata de un sistema que puede presentar deficiencias, pero si la intención es cuidar la industria local lo que se debe hacer es perfeccionarlo.

Según el informe de los economistas de la UNDAV, esta apertura indiscriminada de las importaciones textiles esta desencadenando una crisis de sustentabilidad sectorial que pone en riesgo la continuidad de la producción y el empleo en diversos polos textiles del país. En el caso de Lujan, donde radica el Parque Industrial de Villa Flandria, uno de los centros de producción Pyme textil más importante del país el Consejo Deliberante de localidad declaro días atrás la emergencia del sector. El Gobierno de Chaco, estaría evaluando elevar a la Cámara de Diputados de la provincia un proyecto de ley que busca declarar la emergencia laboral de la industria algodonera, textil, indumentaria y confecciones por el término de 180 días.

Para echar un poco de luz sobre la dinámica más cuantitativa del sector, vamos a poner en relieve algunas de las principales variables para comprender el desempeño de la producción textil. En 2016 la pérdida en la participación de la industria local sobre las ventas internas, derivó en una merma en la utilización de la capacidad instalada (48,9% en diciembre de 2016, según INDEC) y fuerte caída en los niveles de empleo del sector.

                                 Utilización de la capacidad instalada en la industria textil

(en porcentaje)

                                           Fuente: producción propia en base a Indec.

Como puede observarse en el Gráfico de “Uso de la Capacidad Instalada – Textiles”, la mayor utilización registrada para la serie analizada (enero 2012 a enero 2017), fue del 84% en septiembre 2013. Si analizamos el promedio de los años de 2012 en adelante, el año con menor utilización de la capacidad instalada fue 2016 con 68% en promedio.

Las ventas en pesos del sector indumentaria, calzado y marroquinería tuvieron un crecimiento significativamente bajo (16% anual) de $6.125 millones de pesos a $7.112 millones, es decir 25 puntos porcentuales por debajo de la inflación para 2016 de 41%. Por su parte, la ropa y accesorios deportivos crecieron de $846 millones de pesos a $1.142 millones de pesos (35% anual), quedando debajo de la inflación en 6 puntos porcentuales.

                               Ventas en el mercado interno (diciembre 2015 vs diciembre 2016)

(en millones de $ corrientes)

                                              Fuente: producción propia en base a datos de Indec.

En base al informe de la UNDAV, en términos de producción las tendencias son preocupantes. Los datos oficiales divulgados por el INDEC indican que la producción en el sector textil ya lleva 7 meses de retrocesos consecutivos con caídas mensuales promedio que superan el 15% (interanual).

                                               Producción local (enero 2016 vs diciembre 2017)

(en porcentaje)

                                   Fuente: producción propia en base a datos de Indec.

La retracción de la actividad textil se encuentra explicada por una caída en la producción de tejidos (-12% en promedio durante los últimos 7 meses) y por la baja en la producción de hilados de algodón (-25% en promedio durante los últimos 7 meses).

Con las salvedades correspondientes sobre la representatividad de las estadísticas del Indec, los datos publicados igualmente refieren que en los últimos meses la caída en la actividad fue particularmente pronunciada.

                                Estimador mensual industrial (2002 y evolución trimestral en 2016)

                                                                                 (en porcentaje)

                                              Fuente: producción propia en base a datos de Indec

Considerando la variación trimestral del Estimador Mensual Industrial (EMI) en los meses de octubre, noviembre y diciembre del 2016 se produjo la mayor baja en el nivel de actividad textil de los últimos años. Para encontrar una caída más intensa habría que remontar la serie del EMI al 2002, año durante el cual la actividad textil cayó cerca del 38% en el segundo cuatrimestre, interanual.

 Importaciones de manufacturas textiles (2010 – 2017)

                                                  (en dólares y en kilos, a precio promedio)

                                          Fuente: producción propia en base a datos de Aduana

En el anterior cuadro, se puede notar la avalancha importadora acontecida en prendas y complementos de vestir a partir de la nueva administración iniciada el 10 de diciembre del 2015.

Con todo lo enunciado, a continuación, se presentan a modo de resumen los principales resultados empíricos encontrados por los economistas de la Universidad Nacional de Avellaneda a partir del análisis exhaustivo sobre la industria textil en argentina:

• En 2016 se dio un cambio en el régimen comercial, que afectó en general a la industria local, y en particular al sector textil, en sus diferentes eslabones de la cadena de producción.

• A este contexto, se sumó un año de retracción de la actividad económica, con caída en el poder adquisitivo. En bienes de alta sustitución por calidad o posibilidad de retraso en el consumo, la recesión golpeó aún más.

• En números, la cantidad de empresas importadoras aumentó un 42%, y sus compras al exterior aumentaron un 30% en dólares. En cambio, la cantidad de empresas locales que venden productos en el exterior, bajó un 16%.

• Por tanto, a nivel interno, se registró en el último trimestre del año pasado la mayor merma en la producción desde el año 2002, del orden del 27,3% interanual.

• A esto, se suma una baja en el consumo interno de hasta 25 puntos porcentuales en términos reales, ya que los valores comerciados crecieron por debajo de la inflación.

• Por último, el impacto de este desplome sobre el empleo, implicó que se contabiliza la destrucción de más de 4.000 puestos de trabajo directos, en los primeros tres trimestres de 2016.

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Discutir en el peronismo es funcional a Macri

(Por Ana Ines Martinez Córdoba) Las distintas corrientes del peronismo vienen planteando debates sobre cómo y con quién debería jugar el partido en las próximas elecciones de octubre. Sobre todo, los esfuerzos de los dirigentes y algunos medios se paran en esta ultima opción. Quien debe ser el o la dirigente que debe encabezar el proceso político de cara a las legislativas.

Todas las encuestas, a excepción de una sola que difundió Sergio Massa y que expresaba la opinión de 104% de votantes (una vergüenza), indican que Cristina es la favorita. A partir de allí, esa realidad, despierta un mar de especulaciones, operaciones y contraoperaciones de todo calibre.

Algunos dirigentes dicen que jugar con CFK es funcional a Macri, parados sobre el argumento de la grieta que genera la polarización con la Alianza Cambiemos y en particular las dos figuras de Macri y CFK.

El análisis de la supuesta funcionalidad al macrismo solo se sustenta en las ganas que CFK no sea candidata, ya que si las encuestas y las opiniones mayoritarias de los dirigentes convalidan la candidatura de la expresidenta, no habría mayor impedimento. Claro está, CFK debe decidir si ella competirá.

Pocas veces en la historia, o mejor dicho, nunca, una candidatura que contaba con el apoyo de la gente y de los dirigentes se tiró a la basura porque un puñado de dirigentes opinara que es funcional al poder. Un dato: los dirigentes que opinan eso no figuran en las encuestas.

Otro factor que pulula en la interna peronista es Clarín dando aire o castigando a los dirigentes que ellos consideran que son funcionales a su estrategia de poder. Cualquier movimiento de Clarín derrama sobre la opinión de los peronistas. Nadie sale de la trampa para opinar a favor o en contra de las operaciones de Clarín. Quienes de ven favorecidos directa o indirectamente se montan sobre la potente ola y barrenan. Quienes se ven afectados o molestos entran en el juego y salen a espadear al dirigente favorecido por las plumas de Magnetto.

La endogamia dirigencial potenciada por la clara estrategia de Clarín es un cóctel que hoy le permite a Mauricio Macri tener momentos de respiro ante el caos social que provocó su política económica.

Las encuestas marcan que la única posibilidad de vencer en octubre radica en un posicionamiento opositor sin disimulos, sin fisuras y con una propuesta programática capaz de revertir el daño macrista. Todo el resto es funcional a Macri.

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El salario medio sería 40,2% menor si las paritarias se hubieran reducido a un ajuste de inflación, en la última década.

Un informe de la Universidad de Avellaneda (UNDAV) analiza con datos concretos el esquema planteado por el Gobierno de atar las principales negociaciones colectivas de salarios al porcentaje de avance de la inflación (esperada) para el año 2017.

En las últimas semanas estuvo muy presente en la discusión pública el caso de la paritaria docente, donde el Estado buscó instalar como posible solución la oferta de un porcentaje de aumento salarial levemente por sobre el techo de los objetivos del programa antiinflacionario de este año (17%), sumado a una cláusula adicional de ajuste automático, en caso de que ese tope se vulnere. Esta modalidad ya tuvo un antecedente concreto, a fines del año 2016, donde la Provincia de Buenos Aires acordó con los trabajadores estatales un esquema de recomposición similar, y de vigencia plena para el corriente año. Así, a los fines de robustecer la credibilidad en el cumplimiento de la meta de inflación, diferentes representantes del poder ejecutivo han instalado la necesidad de que este dispositivo de reajuste salarial también se aplique para diferentes gremios del ámbito privado. Todo esto, se enmarca en un año donde el cumplimiento del régimen de metas de inflación se erige como la línea de flotación del régimen monetario puesto en funcionamiento. A su vez, este último se constituye como la columna vertebral del programa económico, así como el eje principal para el cumplimiento de las pautas presupuestarias. No obstante, desde que la institución “paritarias libres” se restituyó en nuestro país, las negociaciones de los diferentes gremios (y, por ende, el promedio general), se distanciaron sistemáticamente del avance general de precios. A lo largo de los últimos años, la brecha fue típicamente positiva, con excepción de dos años de virtual empate y un año de deterioro. Con todo, el presente artículo tiene como propósito realizar un ejercicio empírico de medición del impacto económico de las negociaciones colectivas de trabajo sobre el salario real de los trabajadores argentinos. En particular, se busca diferenciar los avances reales en los niveles de salario, para los diferentes sectores, edades y tamaño de firma, respecto de la evolución de la inflación en igual período. Un informe realizado por economistas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) muestra que las paritarias posibilitaron una sustantiva suba del salario real en los últimos años, con lo cual, en caso de haberse aplicado una mera indexación inflacionaria, el poder adquisitivo de los salarios sería sensiblemente menor.

El siguiente ejercicio empírico parte del uso de un índice de precios de referencia para todos los períodos analizados. En particular, se escoge el índice de la Consultora Bein y Asociados, a los términos de sortear problemáticas referidas a una posible subestimación de la inflación oficial para el período 2007-2015. Por su parte, para cuantificar los avances en el nivel salarial, para el nivel general promedio se utilizó el informe sobre el “Estado de la negociación colectiva”, que presenta la oficina de Estudios y Estadísticas del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social MTEySS. En cambio, para la dinámica sectorial se tomó información de mercado relevada en cada sindicato o cámara específica. Por último, en relación al análisis de estratificación del mercado laboral (género, edad, tamaño de la firma empleadora, etc.), se utilizó la serie anual del Boletín de Remuneraciones de los Trabajadores Registrados, publicado por el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del MTEySS.

En base a estos parámetros, a continuación, se expone la primera relación, a partir de la cual se compara la paritaria media de la economía con la que hubiera surgido de ajustar salarios por medio de un índice de inflación.

                                               Evolución de las paritarias y la inflación 2006-2016

(en % interanuales)

              Fuente: Producción propia en base a MTEySS e índice de inflación Consultora Bein y Asociados.

Como se puede notar en el gráfico, en el lapso de los últimos diez años, el efecto de pérdida de poder adquisitivo se ha acumulado paulatinamente. En números, el deterioro hipotético sobre los salarios sería del 40,2% en caso de que se hubiera ajustado por inflación en vez de celebrarse paritarias. Cabe aclarar que este número cae al 31,3% cuando se incluye el último año (2016), donde se verificó una caída de salarios reales en torno al 7%. Este resultado está determinado por la sistemática diferencia entre la variación porcentual de la negociación colectiva media y la inflación finalmente efectiva para cada año. Este diferencial, ha sido favorable para los trabajadores en ocho de los diez años que van entre 2006 y 2015.

Otro aspecto interesante analizado por el Informe de la UNDAV es el relativo a las jubilaciones. Como se sabe, la fórmula polinómica a partir de la cual se calcula cada aumento semestral, tiene en cuenta la recaudación general, el coeficiente de variación salarial, los recursos de Anses y un indicador del avance de precios. Ahora bien, así como se examinó para el caso de la paritaria media de la economía, se puede trasladar al ajuste previsional en el período del interés. En particular, a continuación, se muestra un análisis de sensibilidad del coeficiente de ajuste jubilatorio respecto al desempeño de las negociaciones colectivas. Esto es, se expone la evolución del haber mínimo en función a la Ley de Movilidad Previsional y se lo compara respecto de aquella que hubiera resultado si la recomposición de los salarios hubiera avanzado tan sólo al ritmo de la inflación.

                       Evolución de la movilidad jubilatoria actual y ajustada por salarios 2008-2015

                                                                      (en pesos corrientes)

                     Fuente: Producción propia en base a Anses

El gráfico busca exponer el diferencial del 21,7% alcanzado entre la jubilación mínima vigente desde septiembre de 2015 (de $4.299) y aquella que hubiera resultado de aplicarse en la fórmula meramente un ajuste por inflación ($3.655). Este diferencial, implica que los jubilados hubieran perdido un 20% de haber mínimo (a finales de 2015) en caso de no haberse producido el proceso virtuoso de paritarias libres en Argentina.

Con todo lo enunciado, a continuación se presenta, a modo de resumen, los principales resultados empíricos encontrados por los economistas de la Universidad de Avellaneda a partir del análisis de inflación y negociación colectiva de trabajo:

En las últimas semanas, estuvo en debate la posibilidad de atar las principales negociaciones colectivas de salarios al porcentaje de avance de la inflación (esperada) para el año 2017.

Independientemente del debate sobre la representatividad del índice, un ejercicio retrospectivo muestra que, de haberse aplicado ese criterio en la última década, el ingreso medio de los trabajadores registrados se hubiera reducido en un 40,2%.

Más aún, el efecto se potencia entre las trabajadoras mujeres, entre los trabajadores de más de 56 años y entre los trabajadores de las empresas de menor tamaño.

Asimismo, dado el cálculo del índice de movilidad jubilatoria, se encuentra una sensibilidad ante la evolución media de los salarios. En particular se hubiera producido un deterioro del haber mínimo del 21,7% en caso de que las paritarias libres se hubieran reducido a un ajuste por inflación.

Cuando se analiza en el detalle por sector, gremios como aceiteros (72%), metalúrgicos (54,8%) y transporte (46,3%), se muestran como los que mayor deterioro real hubieran presentado en caso de no haberse celebrado la negociación colectiva.

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El triunvirato resultó ser una masita

(por Ignacio Cantala) Los sindicatos, fuerzas políticas, organizaciones sociales y una enorme cantidad de ciudadanos de a pie generaron ayer el principal hecho político en lo que va del año, junto a la marcha docente del día lunes.

El rechazo al gobierno nacional y la exigencia para modificar su política económica, causa de ajustes y despidos de miles de trabajadores, encolumnó a casi todo el conjunto de la política nacional, desde el Frente Renovador, el FPV con la convocatoria de la propia ex Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el bloque justicialista y los diversos agrupamientos de intendentes.

Desde temprano las columnas de trabajadores colmaron el centro porteño. Las imágenes revelan que la participación fue masiva. Entre 200.000 y 250.000 personas según la fuente.

El acto comenzó una hora antes de lo pautado y duró apenas 34 minutos. Pareciera que los organizadores quisieron hacer conjugar el tiempo del acto con la instantánea de una foto. En efecto, la puesta en escena estaba lograda. El asunto es que buena parte de los asistentes abrigaba una legítima aspiración de conocer la fecha para un Paro General.

Las consecuencias económicas de la política macrista sobre el conjunto de los trabajadores tornaron imposible la postergación de una acción política y sindical contundente. La movilización respondió a ese reclamo incontenible proveniente de las bases.

Las interpretaciones respecto de los disturbios del final pueden hallarse en diversos medios y portales. Las lecturas conservadoras asociaron los conflictos a la interna prehistórica de la derecha y la izquierda peronista, con la evidente intención de reflotar la sensación de violencia, vandalismo y descontrol con que suelen caracterizar a las organizaciones obreras de raigambre popular. Una especie de reedición posmoderna del enfrentamiento de los burócratas sindicales y la militancia genuina. Aunque resulte útil a la pedagogía militante, los planteos maniqueos explican poco de las complejidades del caso.

Por otro lado, las lecturas de quienes destacan el basismo obrero como expresión autentica del sentimiento popular interpelando a sus dirigentes. Este hecho, fenómeno normal y cotidiano de la vida política, resulta una excepción para quienes la interpelación supone conmover la construcción del lugar natural que ostentan al frente del gremio. La idea de estar treinta años encabezando una organización sindical supondría reconocer el hecho como algo natural e inmodificable.

La crisis de representación política del 2001, con su reclamo de “que se vayan todos” que conmovió al país, no logró hacer tambalear a las estructuras sindicales, cuyos dirigentes siguieron inamovibles en sus lugares. En algún punto, los disturbios de ayer causados por la dilatación en la convocatoria al paro general, expresan el rechazo a una conducción sindical eternizada, dialoguista con el poder y poco sensible a sus bases.

El carácter tibio y titubeante de los discursos, así como los errores y fallidos de los oradores daban cuenta de la indefinición política y de haber acusado recibo del golpe ante el clima de hartazgo general que atravesó la movilización.

Al mismo tiempo, el gobierno intentaba imponer en las redes sociales consignas que deslegitimen los reclamos, en una efectiva política de distribución de ingresos por la cual los medios de comunicación y las agencias de call center le comen la billetera a Marcos Peña.

“Poné la fecha la puta que te pario”, “burócratas”, “empleados de Macri”, resonaban en el palco principal ante la sorpresa de los experimentados dirigentes sindicales cuyos esquemas de seguridad les impiden (casi) siempre oír expresiones de repudio.

Héctor Daer, integrante del triunvirato, secretario general de Sanidad y Diputado Nacional por el Frente Renovador, declaró en una entrevista radial con Tuny Kollman -con la intención de no atribuirle toda la responsabilidad por los disturbios- que “el kirchnerismo es muy grande”.

Morales Sola afirmó algo extraño para esconder lo mismo “… el kirchnerismo es un grupo político reducido, pero sus ideas tienen un eco profundo en amplios sectores de la dirigencia social argentina”. Lo que nadie conoce es cuál sería el otro modo de construir representatividad entre la clase dirigente y la sociedad.

La forma en que el discurso político kirchnerista sigue interpelando a una buena porción de la población desvela a los editorialistas del poder económico y mediático y sigue siendo la piedra en el zapato de un peronismo que pretende imponer al pueblo dirigentes que no son de su preferencia.

La articulación política en torno del Triunvirato, con las presencias de Emilio Pérsico del Movimiento Evita y Daniel Menéndez de Libres del Sur sufrió ayer un fuerte cimbronazo. Los representantes de los movimientos sociales comprobaron ayer que el Triunvirato no será el punto de llegada a su frustrante búsqueda por integrar un espacio que garantice su pertenencia en el sistema político. Eso sí, representando a los humildes y con la exigencia de reglamentación de la ley de emergencia social como bandera principal.

Los efectos del sacudón alcanzaron también a Facundo Moyano, Alberto Fernández y Aníbal Fernández que mientas circulaban en torno de la movilización recibieron similares muestras de cariño y repudio.

No tuvo la misma suerte el ex ministro Florencio Randazzo, que fue repudiado fuertemente en el trayecto de dos cuadras que realizó en las inmediaciones del acto. En lo que fue su primera aparición pública tras el lanzamiento de su candidatura en la tapa de Clarín, el resultado no podría haber sido peor. Su estrategia de silencio, mientras habla Magnetto, fue calificada por muchos trabajadores como oportunista, desleal y especuladora.

Nada, ni nadie, quedo ajeno e indemne al grito de auxilio de los trabajadores.

Si Daer persiste en querer conducir al sindicalismo con la fórmula tibia, oportunista y coyuntural de su jefe político Sergio Massa, el triunvirato se va a convertir en una masita. Sectores de la CGT avergonzados por el cierre del acto afirman que convocarán a un Confederal para renovar la conducción.

Ayer, con una muestra definitiva, los trabajadores le recordaron al sindicalismo y al gobierno nacional que se agotó el tiempo del té con masas y el pan duro.

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Hecho en Argentina

Un estudio de CEPA revela en detalle la cantidad de despidos y suspensiones que se produjeron durante la gestión del Gobierno de Macri.

Al 31 de febrero de 2017 se contabilizan 249.143 despidos y suspensiones. Los despedidos ascienden a 207.740 y los suspendidos a 41.403 casos. Dentro de ellos, los despidos del sector privado ascienden a 132.647 y las suspensiones suman 41.373.

El aumento en el mes de febrero fue de 3.677 casos, una cantidad similar a la del mes anterior. El 87% de los casos (3.209) corresponden al sector privado y sólo el 13% (468 casos) al sector público.

La participación del sector privado en términos de despidos y suspensiones sobre el total tuvo un avance de 0,26 puntos porcentuales en el mes de febrero.

Al interior del sector privado se evidencia nuevamente en el mes bajo análisis un incremento en la participación del sector industrial sobre el total de despidos y suspensiones. En el caso de la industria se contabilizan 2.938 despidos y suspensiones adicionales en febrero. Es decir, el 80% del total de despidos y suspensiones corresponden a la industria.

Si bien la industria se vio aquejada desde el inicio del proceso de expulsión de trabajadores en el mercado de trabajo, es desde septiembre último que se ve particularmente afectada. En los últimos seis meses, a diferencia del sector público, el sector primario, la construcción y los servicios, la industria continuó con cesantías. Fueron 30.039 trabajadores despedidos o suspensiones en los últimos 6 meses en relación a 41.063 despidos y suspensiones totales para el periodo mencionado (el 73,15% en promedio).

La cantidad de despidos y suspensiones en la industria: 67.802 sumaban en septiembre, 73.248 en octubre, 83.905 en noviembre, 88.015 en diciembre, 90.766 en enero y 93.704 en febrero.

Actividades industriales, las más afectadas

Encabezan el ranking de despidos y suspensiones acumulados desde enero de 2015 la rama metalúrgica, con 17.617 despedidos y suspensiones; el sector textil, con 3.927 despidos y 12.050 suspensiones; el sector automotriz con 10.360 bajas laborales (al que deben complementarse 1.514 trabajadores despedidos y suspendidos en y 364 despidos y 1.800 suspensiones en el sector neumático); el sector petrolero con 8.371 casos; electrónica y electrodomésticos, con 5.123 despidos y 2.870 suspensiones de trabajadores y el sector alimenticio con 7.666 despidos y suspensiones. Estas actividades suman el 73% de los despidos y suspensiones entre diciembre 2015 y febrero 2017.

Los despidos del sector primario y en el sector servicios durante el mes de febrero no han sido demasiado significativos. En la construcción no se registraron despidos en el mes.

Constataciones

Como se percibe en el apartado II del presente trabajo, el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) computa 52.155 trabajadores menos en el sector industrial entre noviembre de 2015 y diciembre de 2016.

Según el presente relevamiento, los despidos, sin suspensiones, del sector industrial ascienden a 53.586, levemente por encima de lo registrado por SIPA pero considerando los meses de enero y febrero de 2017.

Casos paradigmáticos en febrero 2017

En el mes de febrero, el caso de Atanor fue popularmente conocido. La empresa química dejó en la calle a 136 trabajadores, por el cierre de dos plantas dejando un sencillo cartel en la puerta que informaba sobre esta cuestión.

Las suspensiones en Volkswagen ascendieron a 600. Los trabajadores insinúan que les pagarían 75% en negro. Duraría hasta mediados de 2018. Hacia fines de febrero se sumaron 250 suspensiones en General Motors e Alvear, provincia de Santa Fe.

Por la apertura importadora nuevamente hubo vacaciones anticipadas en empresas. Este mes sucedió en Alpargatas, en su planta de Bella Vista.

Finpak también expresa la complicada situación de la metalurgia. Hubo 30 despidos y peligran 24 más, en el marco del intento de reconversión de heladeras a termotanques.

En el caso de los despidos de Mascardi, en el sector plástico, luego de la conciliación obligatoria la empresa prosiguió con los 53 despidos.

Los despidos en Cerámica San Lorenzo refieren al cierre de planta (en enero había hecho lo propio con su planta de San Luis).

Por los 25 despidos, en el caso de PMV, los trabajadores tomaron la planta. La empresa se dedica a maquinaria agrícola, actividad ampliamente beneficiada en la etapa.

En la industria vale recordar los casos sucedidos en enero de 2017 que también han sido paradigmáticos: textil Neuquén, Banghó y Mefro Wheels.

Hubo 10 despidos en el Supermercado Libertad de la ciudad de Rosario. Este conflicto se enmarca en el conflicto de apertura de supermercados en domingo. El comercio tiene intenciones de hacerlo mientras que los trabajadores reclaman que se cumpla la ley provincial de descanso dominical. El caso llegó a conciliación obligatoria en el Ministerio de Trabajo.

Por la paralización de las obras, se produjeron 110 despidos en Atucha.

En el Hospital de Bariloche se produjeron 8 despidos por recortes de gastos provinciales.

Conflictos abiertos

El apartado III del presente trabajo permite vislumbrar futuras situaciones conflictivas en materia laboral. El recuento asciende a 7.025 casos. De ellos, 3.100 corresponden a casos de servicios, y 3.925 a casos industriales.

En el caso de los industriales, se percibe la profundización de la crisis laboral en el sector petrolero.

Marzo, un mes de discusiones paritarias

El mes de marzo comenzó con la convocatoria de las diversas centrales sindicales a una movilización el 7 de marzo. A dicha movilización se sumaron organizaciones sociales y políticas en un abanico de reclamos entre los que se destaca el reclamo por los recurrentes despidos.

Sin embargo, tanto en lo referido a la convocatoria como a los objetivos posteriores de la marcha, la mirada no resulta homogénea. El recuerdo del post 29 de abril de 2016 donde luego de una masiva movilización popular sólo se consolidó el acuerdo de la cúpula cegestista en relación al reclamo por fondos de obras sociales, pero como contraparte, se garantizó casi un año sin conflictos, se encuentra aún fresco en la memoria. En relación a la convocatoria, la decisión de no realizar un paro nacional ni congregarse en la Plaza de Mayo, expresan la intencionalidad de un sector sindical de evitar un efecto mayúsculo en contra del gobierno nacional. Como contrapartida, la presión de la Corriente Federal junto con otros gremios, con interés en apuntalar un paro nacional a fin de marzo, también se ha expresado y ha tenido resultados en esta convocatoria. De hecho la movilización fue impulsada desde la Comisión de Industria de la CGT, donde comulgan los gremios más combativos y tiene como antecedente la movilización de los metalúrgicos contra despidos y suspensiones del 14 de febrero.

En este escenario es oportuno seguir de cerca el proceso de unidad de la CTA, quien también promociona el llamado a un paro nacional.

Finalmente, vale mencionar la estrategia de Cambiemos en relación a estos reclamos. Además de la recurrente mención al supuesto cambio de dinámica en lo referido al mercado de trabajo, se sumó en la primera semana de marzo la premeditada estigmatización de un sector gremial representado en el ataque a Roberto Baradel, Secretario General de SUTEBA. La finalidad de tales menciones están dirigidas a justificar aumentos salariales que consoliden la pérdida de poder adquisitivo producida a lo largo de 2016 junto con el condicionamiento de los futuros reclamos, pasos necesarios en el proceso flexibilizador explicitado por el propio gobierno.

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Randazzo, entre una tapa y la pared

(por Ignacio Cantala) Entre las consecuencias deseadas de la batalla –para algunos con derrota- política, económica y cultural que dio el último gobierno contra el multimedios Clarín, bajo la iniciativa legislativa de la “Ley de Medios”, debemos ubicar el hecho que la sociedad dejó de asumir la neutralidad u objetividad del mensaje u información periodística. La búsqueda del interés particular detrás de una información, o en torno a su tratamiento, obligó a muchos comunicadores a asumir posicionamientos políticos o ideológicos.

Otra consecuencia deseada fue la derrota de una máxima de la política nacional que afirmaba “ningun gobierno resiste tres tapas de Clarín”. La sobrevida política de Cristina tras el ataque sistemático a su figura y a las políticas de su administración, dieron por tierra esa “verdad”.

De todos modos, Clarín y sus tapas continuaron siendo fuertes, eficaces y determinantes a la hora de marcar agenda o modificar rumbos.

Habrá que buscar muy lejos en el archivo para encontrar una tapa del Clarin domincal que haga una referencia positiva a la interna peronista. En efecto, la tapa del domingo 4 de marzo “Randazzo va a la interna del peronismo para enfrentar a Cristina” expresa la necesidad de encontrar la esperanza blanca dentro del peronismo, que garantice al poder económico y medíatico sus negocios inconmovibles.

El pasado 15 de diciembre, en la nota “Apariencia y Realidad. La política en el universo Randazzo” (http://www.primereando.com.ar/apariencia-y-realidad-la-politica-en-el-universo-randazzo/) este cronista desarrolló una caracterización del ex Ministro de Transporte, Florencio Randazzo.

En el marco de las frustradas negociaciones por obtener cargos en la legislatura provincial, pretendiendo ubicarse como operador único del peronismo, adelantamos en dicha nota algunos aspectos que a la fecha se van confirmando acerca de figura, su entorno y sus definiciones políticas inmediatas.

Anunciado en la tapa y desarrollado en una extensa nota, Julio Blanck brindó la primicia de que Randazzo se habría definido a disputar las PASO del peronismo contra la ex Presidente Cristina Fernández de Kirchner.

De un comentario a un sindicalista y una reunión con el Papa, el corresponsal de guerra informó al justicialismo el camino que recorrerá en los siguientes meses.

Consultado por este medio un intendente afirmó en tono de queja y hartazgo “hablan con los periodistas y no con nosotros…no vienen a San Vicente donde estuvimos todos y nos hablan de unidad y candidaturas por la tele y el diario”.

El Movimiento Evita y Julian Dominguez, junto a Magnetto y su columnista-vocero, son los actores principales detrás de la apuesta por las PASO contra la ex presidente. Poco análisis requiere adivinar donde se depositarán los recursos del gobierno nacional, provincial y del poder económico ante eventual contienda.

Macri y Vidal tienen en claro que su futuro depende de la fragmentación del peronismo. Solo eso explica el lugar de privilegio otorgado a Duhalde durante la apertura de sesiones en el Congreso. Aún se desconoce el pensamiento de Carrió ante la presencia de quien considera “el mayor responsable político de la droga en Argentina”.

Pese a todo, Randazzo no ha hablado, por lo que muchos interpretan la tapa como un mecanismo explícito de presión que fuerce su definición.

En el Congreso Macri anticipo que las políticas de licitaciones transparentes y claras que llevará adelante su gobierno le permitió ahorrar 32 millones de pesos solo en lo vinculado al Transporte.

Blanck le recordó al ex Ministro de Transporte algo similar, “en términos de sobresaltos judiciales, estaría lejos de ser invulnerable. Desde hace tiempo se especula con que sus enemigos políticos, dentro y fuera del peronismo, estarían esperando que se mueva para tirarle con denuncias y avances súbitos en causas hasta ahora dormidas”.

En definitiva, o construyen una unidad contra Cristina o vuelan carpetazos para todos.

Entre tanto, se consolida la paradoja “Cristina candidata es funcional a Macri”. La idea reiterada por el Chino Navarro no encuentra argumentos políticos ni sociológicos. Por un lado, las encuestas muestran que Cristina es la única capaz de vencer al oficialismo y por el otro, cada vez son más los actores que la piden como garantía de unidad para alcanzar la victoria electoral.

Hay muchos ansiosos por conocer las declaraciones de quienes afirman que la unidad se construye en la calle, junto a los humildes y trabajadores, y ahora levantan la figura de quien no se escuchó expresión crítica contra el ajuste, los tarifazos o los despidos, e incluso de quien definitivamente fue quien menos campaña hizo para la victoria de Scioli 2015, ardid utilizado para armar el supuesto ranking de responsables de la derrota electoral.

“Cuan diferente hubiera sido la historia si Florencio no se bajaba de la interna con Scioli o si hubiera sido candidato el único candidato a Gobernador” se lamentan todavía hoy muchos dirigentes derrotados, nostálgicos de los trajes comprados para los cargos prometidos.

En la primera aparición en este nuevo escenario de definiciones, Julián Domínguez la pasó mal ante el periodista deportivo Brancatelli, quien le recordó que las PASO son una herramienta válida si no compitiese Cristina, pero que con ella en la cancha el pueblo no quiere a nadie más. Además, en un gesto del periodismo que busca sangre en un invitado golpeado, le vaticinó una derrota de 98 a 2.

También hay quienes creen que se trata de presionar con una PASO para finalmente integrar las listas de unidad. Se sabe que los lugares son pocos y los aspirantes muchos. Además, es conocido el perfil del entorno randazzista, hombres de gestión más que de territorio. Como nunca nadie aclara de qué gestión, se siguen sumando randazzistas en el gobierno provincial o junto al Sciolista Lorenzino en la Defensoria del Pueblo.

Los sciolistas, blancos predilectos de Randazzo en el camino hacia la elección del 2015, hoy se jactan de su lealtad a Cristina y sacan a relucir la nota (http://www.telam.com.ar/notas/201501/90774-florencio-randazzo-frente-para-la-victoria-peronismo-elecciones-2015-daniel-scioli-clarin.html) donde el ex ministro afirmaba que dentro de la interna del FPV el candidato de Clarín era Scioli.

“No borro con el codo lo que escribo con la mano” suele repetir Randazzo. Por ahora, quien escribió fue Magnetto.

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Por el deterioro en los precios pagados a productores, la cosecha de peras y manzanas en 2016 fue la peor de la década.

Según un Informe de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) el sector frutícola en nuestro país está atravesando una aguda crisis, que se potenció en el último año. Un contexto cada vez más competitivo a nivel global, donde nuevos actores se siguen incorporando a la oferta internacional, se conjuga con una diversidad de factores internos que atentan contra el potencial de nuestros recursos naturales.

Ocurre que en los últimos años se perdieron mercados de exportación, mientras que en 2016 el consumo interno y la industria de transformación primaria presentaron un marcado deterioro. Todo esto, además, se encuentra traspasado por un fenómeno estructural de inequidad al interior de la cadena de valor frutícola en nuestro país. Este fenómeno, que se repite en más de una economía regional, tiene que ver con una estructura de mercado en la que confluyen un número muy alto de productores de poca escala, un número menor de empacadoras, conservadoras e industrias de transformación, y por último un número mucho más reducido de comercializadoras y exportadoras. En esta dinámica, la posibilidad de fijación de precio recae sobre el último eslabón de la cadena, derivando en la compresión de los márgenes de rentabilidad para los agricultores del Alto Valle. En un contexto económico donde los costos de producción aumentaron fuertemente por el proceso inflacionario, la sustentabilidad de la actividad frutícola se ha erosionado y la devaluación, como principal política para mejorar las perspectivas sectoriales, se ha mostrado a todas luces como insuficiente. Con todo, un debate profundo sobre la cadena de valor es imperioso para que la producción no se vuelva inviable y nuestro país resigne su posición actual de ser el quinto exportador mundial de manzanas y el primero de peras entre los países del hemisferio sur.

En primer lugar, es interesante observar lo que ocurrió con la producción a nivel global, en los últimos años. En la oferta mundial, dado lo que es el ciclo de cultivo convencional, Argentina compite contra los países del hemisferio sur, mientras que nuestra producción es complementaria estacionalmente con los países del hemisferio norte. Por tanto, es relevante analizar comparativamente lo que ocurrió con nuestra cosecha, en relación a la de los demás países del Sur. Como se señaló previamente, Argentina ha sido históricamente un importante jugador mundial en el mercado de frutas , ya que la relación entre su producción y el (escaso) tamaño del mercado interno, lo ubica en una posición muy ventajosa. El siguiente gráfico, ilustra la evolución de la producción de la Argentina en comparación al resto de los países productores más importantes del hemisferio sur, en la última década.

Producción total de frutas de pepita, Argentina vs principales países del hemisferio sur, 2007-2016

(en miles de toneladas)

Fuente: Producción propia en base a The World Apple and Pear Association (WAPA).

Como señalan los economistas de la UNDAV, el desplome de nuestra producción en el último año se ubicó en más de 21 puntos porcentuales debajo de la cantidad de frutas de pepitas cultivadas en 2007, mientras que descendió un 15,5% en comparación al valor promedio de la última década. Situación contraria ocurrió en el resto de los países , donde, si bien se presenta una tenue caída en el último año, la producción consolidada es un 11,6% mayor a la de hace diez años atrás y casi un 5% superior a la del promedio de la década.

En este escenario, y teniendo en cuenta el contexto de los principales mercados de exportación de la cadena, se pone un manto de duda sobre la recuperación del sector frutícola. El hecho de que la producción frutícola tenga un impacto tan relevante en las provincias de Neuquén, Río Negro, Mendoza y San Juan, entre otras, demuestra la necesidad de fomentar políticas activas para propiciar la expansión del sector. Ampliar el horizonte comercial de los distintos nodos de la cadena de valor hacia nuevos mercados no explotados es perentorio, ya que los destinos tradicionales parecen ya no representar una opción asegurada. Para comprender la situación actual de los núcleos productivos regionales, los siguientes gráficos muestran el desempeño en 2016 de las principales exportaciones de las provincias previamente mencionadas.

Principales exportaciones por provincia, 2015-2016

(en toneladas)

Además, según el Informe del Observatorio de Políticas Públicas de la UNDAV, de estos sustanciales derrumbes de las ventas al exterior, resulta alarmante que nuestro país en 2016 comenzó a importar productos primarios del sector frutícola. Como muestra el siguiente gráfico, a diferencia de un 2015 en el cual las importaciones fueron virtualmente nulas, en el año pasado se adquirieron productos primarios por más de 4.000 toneladas (mayormente manzanas).

Importaciones de frutas de pepitas y carozos, 2015-2016

(en toneladas)

Es llamativo observar, que incluso se presentaron exportaciones en los meses de mayor abundancia relativa de oferta en el mercado interno, esto es, en la segunda mitad del año.Con todo lo enunciado, a continuación se presenta, a modo de resumen, los principales resultados empíricos encontrados a partir del análisis integral del sector frutícola.

  • La fruticultura en Argentina profundizó su crisis en el año 2016. Las caídas en el consumo interno, en el procesamiento de los productos primarios, y en las exportaciones, determinaron una merma en la producción.
  • Así, la producción de peras y manzanas fue la peor de los últimos 10 años y un 15,5% menor al promedio de la última década. En cambio, el resto de nuestros competidores directos aumentaron un 5% su oferta en el mismo período.
  • En materia de exportaciones, se comerciaron un 9,6% menos de frutas en 2016. Alguna de las mermas más significativas de las economías regionales son las ventas de ciruelas de San Juan (-96,4%), duraznos de Neuquén (-73,2%), peras de Mendoza (-46,7%) y manzanas de Río Negro (-18,2%).
  • También aumentaron las importaciones. Desde un 2015 de compras al exterior virtualmente nulas, se pasó a importar más de 4.000 toneladas de frutas de carozos y pepitas en 2016. Esto conlleva un crecimiento anual del 3.460%.
  • En un contexto internacional con excedentes de oferta y países competidores con estructuras de costos más competitivas, es acuciante la aplicación de políticas de sostenimiento de la actividad por medio de subsidios directos y mejora de los márgenes de rentabilidad a productores.
  • Descargá la Infografía – Crisis Sector Frutícola

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    “Tomá mate”: Análisis del conflicto yerbatero

    Según un análisis de CEPA este sector, caracterizado por una oferta primaria atomizada y comercialización final oligopolizada el conflicto se centra en las dificultades de los pequeños productores de recibir el precio fijado por el laudo del Ministerio de Agroindustria.

    Dicho precio, fijado en octubre de 2016, ya se encontraba en aquel momento por debajo del costo determinado por el INYM, habiendo generado varios conflictos en el transcurso del año pasado por el reclamo de los productores acerca de la inviabilidad de la actividad. Dicho laudo aumentó los precios aproximadamente 10% pero insuficientes respecto de los aumentos de costos (productos químicos importados, salarios y transporte/gasoil).

    A pesar del diagnóstico del INYM haciendo hincapié en un supuesto exceso de producción, se observa que no ha habido incremento de ingreso de hoja verde a secadero ni aumento en lo referido a salida a molino sino una sensible caída en las exportaciones.

    El crecimiento de la cosecha de yerba mate fue apenas 1,2% superior al del año 2015, mientras que la variación de 2016 en relación a 2015 en lo referido a yerba Mate a salida de Molino ha sido de 0,79%.

    Adicionalmente, las falencias en la fiscalización permite que se muela el palo, lo que genera un aumento del palo en paquete, lo que aumenta la rentabilidad de la industria a costa del precio del pequeño productor.

    A pesar del “aumento de competitividad precio de la yerba” vía tipo de cambio y quita de retenciones, no hubo un despegue de las exportaciones del complejo yerbatero sino todo lo contrario. La caída fue de 10 millones de kg, es decir, una retracción del 27% en 2016. Adicionalmente y tal como se mencionó anteriormente, dada la alta concentración en la comercialización, en definitiva el beneficio derivado de la devaluación alcanzó solo a un pequeño sector.

    Resulta llamativo el diagnóstico de exceso de producción ya que si bien el precio impuesto a los pequeños productores ha caído por debajo del laudado, los precios en góndola van en aumentado. Se observa entonces que el impacto de la caída de las exportaciones pretende hacerse pesar sobre el precio que “de hecho” se paga a los pequeños productores.

    Por otro lado, el precio en góndola, como resultado de la devaluación de diciembre último, mostró una evolución por encima de la de los precios al productor. Mientras el precio de la hoja verde puesta en secadero aumentó en el período septiembre de 2016 a marzo de 2017 en el orden del 6,25% y la canchada en 6,49%, los precios en góndola, según el relevamiento de CEPA-Indep, crecieron 12,15%, es decir, casi el doble. Si se considera el período noviembre de 2015 a marzo de 2017, el aumento de precios de hoja verde puesta en secadero fue de 19,44% y la canchada en 21,60%, mientras que los precios en góndola, e incrementaron 32,33%.

    Incluso con el kilo de hoja verde a $5,10, no caben dudas que en los primeros tramos de la cadena de producción el atraso en el precio continúa siendo insostenible, a sabiendas que en el eslabón comercial es dónde se dan los mayores márgenes de utilidad en la cadena yerbatera. Habiendo neutralizado Cambiemos la tarea de precio de referencia de “precios cuidados”, otro elemento importante de este nuevo laudo es el efecto traslado en la cadena de distribución y comercialización cuyo desenlace es siempre el incremento del precio final de la yerba mate en góndola con fuerte impacto económico por tratarse de un producto de consumo masivo.

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    “Mejorar el gasto”

    La sensible reducción de los programas Progresar, Conectar Igualdad e incluso de las pensiones no contributivas contradicen la "apuesta" del Gobierno por sostener la inversión social en la Argentina.

    Según un análisis del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), se ha producido una reducción en el presupuesto para los programas Progresar y Conectar Igualdad que contradice los argumentos del Gobierno en cuanto al mantenimiento de la inversión social.

    Los jóvenes alcanzados por el programa Progresar se redujeron sustancialmente en sólo seis meses: de 904.950 casos en diciembre de 2015, la cantidad se reduce a 723.085 a junio de 2016, es decir, 181.865 casos menos. En monto, la reducción es de $659.035.914 en diciembre de 2015, a $526.591.506 en junio de 2016, $132.444.408 menos en la comparación vis à vis.

    Siguiendo con el análisis del Programa Progresar, la sumatoria de los últimos seis meses de 2015 ascendió a una inversión de $3.859.229.994, mientras que en los primeros seis meses de 2016 el monto sólo asciende a $2.939.276.872, es decir, 23,84% menos.

    Considerando el efecto de la inflación, el monto de los primeros seis meses a valores de julio de 2015, ascendería a $3.606.803.103, mientras que el de los primeros seis meses de 2016 sólo llegaría a los $2.221.062.858, es decir, 38,42% menos.

    Si se realiza la comparación considerando exclusivamente el mes de diciembre de 2015 en relación al último mes con información publicada (junio de 2016), entonces la caída vis à vis resulta ser de 19,18% en términos nominales y 44,98% en términos reales.

    En el programa Conectar Igualdad se constata que la cantidad de netbooks entregadas en 2016 alcanzan solo las 94.111 unidades, es decir, no logran cubrir los 600.000 casos que implica atender a los alumnos ingresantes al nivel secundario por año. Esto representa sólo el 16% de la demanda necesaria anual.

    Finalmente, en lo referido a pensiones, entre 2015 y 2016 se computan 25.968 pensiones no contributivas menos, entre invalidez, madre de 7 o más hijos y pensiones graciables.

    Mirá el Informe Completo CEPA

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    ¿Cuanto cuesta mantener un auto tras los últimos aumentos?

    Según un informe realizado por economistas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), mantener un vehículo se incrementó un 50,3% en el último año.

    Tener un auto propio representa en muchos casos un estilo de vida, una cuestión de fuerte arraigo cultural o simplemente un comportamiento aspiracional. No obstante, en otros casos, contar con movilidad propia se vuelve casi una necesidad básica para emprender determinadas actividades productivas del día a día, o por simple escasez de otros medios públicos de conectividad. Por esto, el automóvil representa un bien cuya utilidad y productividad muchas veces excede aquella subyacente a un mero bien de reemplazo del transporte público convencional.

    En el último año, se ha observado un fuerte incremento en los costos de mantener un vehículo. Ítems como combustibles, patentes, peajes, seguros, entre otros, mostraron aumentos por encima de la evolución salarial. La mayoría de los incrementos registrados se deben a una serie de decisiones políticas que impactaron de lleno en los costos reales de. La quita de subsidios, liberalización de la competencia en los mercados o, simplemente, los “sinceramientos de precios”, impactaron de lleno en el costo de sostener la utilización de una unidad vehicular. Si bien los costos de los bienes y servicios se han incrementado transversalmente en todos los rubros y sectores, el impacto mayor es para los sectores populares, cuyos ingresos no han podido acompañar la escalada inflacionaria. Esto ha implicado que el auto propio se constituya virtualmente en un “bien de lujo” para los sectores populares, muchos de los cuales deben usarlo para trabajar diariamente, moverse en la ciudad o transportar a la familia.

    El informe de la UNDAV expone un relevamiento sobre los costos de mantener un vehículo, en el último año, de acuerdo a diferentes categorías de automóviles de acuerdo al poder adquisitivo de las personas. La canasta se construyó, por tanto, a partir de una serie de bienes y servicios que se consideran como básicos para mantener el vehículo en condiciones mínimas de circulación. A continuación, se comentan algunos de los principales resultados obtenidos.

    En el ejercicio simplificado llevado adelante, se tomó el caso de una persona que reside a 30 km del lugar de trabajo, que debe recorrer 60 km diarios para ir y volver, en un total de 22 días laborales al mes. También se considera que abona peaje. tanto de ida y de vuelta, mientras que a su regreso guarda el vehículo en una cochera. El siguiente cuadro resumen, da cuenta de los principales resultados del armado de la canasta seleccionada. Los resultados se resumen en la siguiente tabla:

    Como se puede observar, el costo total se modifica sustancialmente dependiendo de la gama del automóvil. Lo paradójico del caso es que los incrementos entre 2016 y 2017 se presentaron de manera más pronunciada en la gama baja y media que en gama alta de vehículos. Por tanto, el resultado ilustra que fueron los poseedores de automóviles de más antigüedad, mayor deterioro y menor valor de reventa, aquellos que soportaron la parte más significativa del peso de los incrementos. Por lo tanto, lo que se desprende del cuadro es que mantener un auto “de consumo popular” registró un mayor incremento que las demás unidades más onerosas. A principios de 2016, el costo total de una unidad “barata” ascendía a $7.035 aproximadamente, mientras que se trepó a más de $10.733 a principios de 2017 (un 52,7% de aumento). El segundo lugar en el orden de los aumentos anuales, lo ocupan las unidades gama media, cuyo costo de mantenimiento pasó de ser $8.397 en 2016 a $12.621 en 2017, esto es, un 49,3% de incremento. Por último, los gastos relativos a los automóviles de alta gama, presentaron un aumento de 44,5%. Este avance fue producto de un alza de $13.710 a $19.806, en la sumatoria de los ítems anteriormente expuestos. Con todo, se puede apreciar que los sectores de la población de estratos medios y bajos fueron los más perjudicados. Los primeros, debido a que los automóviles de baja gama, usualmente consumido por la clase media, presentaron el mayor incremento de valor. Por su parte, los sectores menos desfavorecidos, también se ven impactados por los costos de manteniendo, ya que sufren los “incrementos de segunda ronda”, producto del traspaso de los aumentos desde comerciantes y productores hacia el eslabón más débil de la cadena.

    Si analizamos la variación de los ingresos por deciles, tomando el decil 6 como característico de un consumo de autos de gama baja, el 8 para la gama media y el 10 para la gama alta, se encuentra que en las dos primeras categorías el costo total de mantenimiento aumenta a mayor velocidad que el incremento en los ingresos individuales. Por su parte, el indicador de cobertura, presentado anteriormente disminuye en los dos estratos más bajos. No obstante, para el caso del decil 10 (la gama más alta) sucede lo contrario: el promedio de los ingresos aumenta más que el incremento en los costos y el grado de cobertura mejora para los sectores de altos ingresos.

    Con todo lo enunciado, a continuación se sintetizan los principales resultados empíricos hallados por los economistas de la Universidad Nacional de Avellaneda.

    .Por la liberalización de tarifas de bienes y servicios regulados, la canasta de bienes y servicios requerida para mantener un vehículo personal se incrementó, en promedio, en un 50,3% en 2016. Esto es, casi 10 puntos por encima de la inflación del período.

    .Si se discrimina por diferentes segmentos de automóviles, se encuentra que la canasta para los vehículos de gama baja aumentó casi 8 porcentuales por sobre los de gama más alta. Esto da cuenta de un deterioro proporcionalmente mayor en el poder adquisitivo de los estratos medios.

    .Los aumentos, estuvieron mayormente traccionados por peajes y lavaderos (subieron más que un 100%), así como también por los costos del seguro y de estacionamiento (aumentaron su precio por encima de la inflación). .Si se compara los incrementos en los costos con el avance del salario medio del último año, se encuentra un deterioro en la “cantidad de salarios medios” que se necesita ganar para mantener un vehículo personal.

    .Si se compara los incrementos en los costos con la distribución del ingreso, se encuentra que aquellos deciles más propensos al consumo de autos de gama alta fueron los únicos que mejoraron la relación entre el costo de la canasta para mantener un vehículo personal y la cantidad de salarios medios.

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