El plan es lanzar a más tardar en junio una licitación para sumar hasta 3000 MW de potencia térmica. La expectativa es recibir propuestas para instalar alrededor de cinco ciclos combinados de mediana envergadura. Cuáles son los nodos que se quieren reforzar. También habrá espacio para encarar proyectos de pequeña capacidad en nodos críticos como Tierra del Fuego.
El área energética del gobierno avanza en el diseño técnico de la licitación con la que pretende sumar hasta 3000 megawatt (MW) de potencia termoeléctrica al parque de generación. Al igual que con la creación de una nueva empresa pública para gestionar las represas hidroeléctricas del Comahue a partir de agosto, como reveló este lunes EconoJournal, el Ejecutivo corre contrarreloj y son pocos los actores privados que creen que el concurso para instalar nuevas centrales abastecidas con gas natural estará concluido antes de las elecciones de octubre. Los que miran el vaso medio lleno advierten, sin embargo, que aunque no se lleguen con los plazos, es mejor dejar un proceso licitatorio lanzado para que el próximo gobierno opte por finalizarlo o darlo de baja.
Nodos críticos
“El Estado está ordenando la criticidad de los nodos de inyección de energía para determinar cuáles son los prioritarios en los que se puede y debe reforzar potencia”, explicó un alto ejecutivo que está a la espera de que la Secretaría comunique la letra chica de la licitación.
Fuentes privadas al tanto de la iniciativa explicaron que la compulsa tendrá distintos renglones que definirán qué cantidad de potencia se buscará instalar en cada nodo crítico. Se sabe que habrá un capítulo especial para Tierra del Fuego, la única provincia que no participa del sistema interconectado nacional (SADI). “Como hay limitantes en la red de transporte de alta tensión, hay que hacer los cálculos para saber dónde podemos sumar nuevas centrales. La lista (por Tierra del Fuego) precisa de una nueva central de entre 50 y 100 MW para garantizar la seguridad del suministro”, reconocieron en un despacho oficial.
Vaca Muerta y el NEA
Otro renglón estará dirigido a incrementar la potencia termoeléctrica en Neuquén, el principal pulmón gasífero del país. Cammesa está determinando qué capacidad de transporte disponible existe hoy a lo largo del año. Las cuatro líneas que transportan energía desde el complejo hidroeléctrico del Comahue hasta Buenos Aires tienen un remanente, al menos durante varios meses del año, por lo que el gobierno quiere promover la construcción de un nuevo ciclo combinado de mediana escala (de entre 400 y 600 MW). Incluso no se descarta que se presente alguna oferta para generar electricidad directamente en yacimiento con gas en boca de pozo, aunque no será fácil encontrar algún campo en Vaca Muerta que se encuentre cerca del tendido de 500 kV del SADI.
En lo conceptual, hay consenso dentro del área energética acerca de promover la construcción de un ciclo combinado en la región del NEA. Es conveniente, interpretan en el gobierno, avanzar primero con la electrificación de la región en lugar de esperar la penetración de las redes de distribución de gas. La central estaría emplazada en Formosa o Chaco y no en las provincias mesopotámicas. La gran duda es cómo asegurará el Estado el abastecimiento de gas para el nuevo complejo térmico dado que la región está alejada del tendido troncal de gas. La reversión del gasoducto Norte para llevar gas desde Vaca Muerta hacia el norte del país es una condición necesaria para viabilizar operativamente el proyecto.
El pliego licitatorio que prepara Cammesa también prevé reforzar la región de Cuyo y de la Costa Atlántica. En este último caso no se descarta promover la instalación de centrales más pequeñas de más rápido ingreso en el sistema (de entre 100 y 200 MW), similar a las que se licitaron bajo el paraguas de la resolución 21/2016.
Un apartado especial estará destinado a la región del Gran Buenos Aires (GBA), que depende de tres o cuatro usinas térmicas estratégicas para cubrir los picos de demanda.
Interesados
Central Puerto, que ya controlaba la usina homónima que está ubicada frente al Río de la Plata en el ingreso norte al centro porteño y este año adquirió Central Costanera en el sur de la ciudad, es el principal candidato a participar de ese renglón.
La empresa liderada por Guillermo Reca —socio en el capital de otros empresarios locales como Eduardo Escasany y la familia Miguens-Bemberg— tiene en su inventario una turbina de gas de más de 500 MW que había comprado para un proyecto en el litoral que nunca terminó de materializarse. Pampa Energía, YPF Luz y MSU Energy son otros de los players que muy probablemente participen de la compulsa.
Fuente: Econojournal